Prueba KTM 390 SMC-R: mucha diversión para el carnet A2

Ver ficha técnica completa

KTM 390 SMC-R

Su base motor es el conocido LC4c monocilíndrico de 399 cc pero actualizado, desarrolla 45 CV a 8.500 rpm y un par máximo de 39 Nm a 7.000 rpm. Entre las novedades se incluye gestión Bosch con ride-by-wire (acelerador electrónico) y cuerpo de admisión de mayor diámetro (46 mm), también permite mapear la respuesta del acelerador y optimizar la entrega para uso urbano o deportivo, además de un embrague anti rebote PASC y transmisión de 6 velocidades. En conjunto ahora ofrece un rango utilizable más amplio, sobre todo a medio régimen con una estirada final que no se queda corta para rodar en autopista (la he visto pasar con relativa facilidad los 160 km/h de marcador).

En cuanto al bastidor y parte ciclo siguen apostando por una estructura de chasis tipo cajón fabricado en tubo de acero con el subchasis de aluminio fundido atornillado. El basculante es de doble brazo también de aluminio y curiosamente lleva el amortiguador desplazado al lado derecho para facilitar su regulación y deja más espacio para la voluminosa (pero oculta) marmita del escape. Sus geometrías están orientadas a conseguir agilidad, con un ángulo de dirección, bastante cerrado (26,9º) y una distancia entre ejes de 1453 mm, pesa 163 kg en orden de marcha con los (solamente) 9 litros de combustible incluidos. Como no podía ser de otra manera, monta suspensiones WP regulables y con un recorrido notable de 230 mm en los dos ejes, más propio de trail camperas.

Para los frenos confían en un enorme disco de 320 mm en el eje delantero con pinza By-Bre de cuatro pistones y anclaje radial y un disco de 240 mm y pinza simple detrás. Las llantas son de radios, ambas de 17” y los neumáticos unos pegajosos Michelin Power 6. No cabe duda que, en estos apartados, no han ahorrado nada.

Electrónica, ayudas y equipamiento

La KTM 390 SMC-R incorpora una electrónica completa para su categoría, unidad de gestión Bosch con ride-by-wire, modos de motor (ajustables), control de tracción desconectable y una instrumentación TFT a color de tamaño compacto (demasiado pequeña para mi vista) con interfaz específica para supermoto. En función del mercado puede disponer de ABS que también se puede desconectar en la rueda trasera o modos de ABS optimizados para entrar frenando en curva derrapando, aunque para controlarlo hay que dominar la técnica y practicarlo mucho. Estas ayudas la hacen más amigable para pilotos menos experimentados y ofrecer más posibilidades de pilotaje para los más avanzados.

En cuanto a su equipamiento de serie no se puede decir que venga cargada, es minimalista y ni siquiera trae unos sencillos cubre-manos, aunque la iluminación es full LED, asiento ergonómico alto y opciones de accesorios KTM PowerParts para personalizarla con protecciones, escape o electrónica con Quick-shifter adicional. La percepción recibida es de ser una moto seria, con componentes de buena calidad.

Y ahora… ¿Cómo va y a quien se la recomiendo?

Llegó la hora de ponerse el “traje de faena y salir a darle al mango”. Por un momento pensé tirar de traje de cuero, botas de trail y buscar un circuito de karting para hacer una buena sesión de fotos, tantear donde están sus límites (y los míos) y disfrutar pilotando. Pero reflexionando un poco pensé que pocos usuarios con el A2 se van a meter de primeras en esos berenjenales y decidí que lo mejor era daros una visión global de cómo va esta KTM 390 SMC en una utilización correcta en todos los escenarios.

Una vez a sus mandos tengo muy claro que estoy sobre una moto de la marca austriaca, un asiento bien acolchado, de anchura y altura correcta y puedo llegar bien al suelo, aunque como sabes, no soy un piloto alto (es muy estrecha). La postura es bastante adelantada, para controlar bien la rueda delantera, pero también resulta suficientemente cómoda cuando viajas por carretera o autovía a velocidad constante.

Arrancamos y, como buena KTM, te invita a ir rápido desde el primer momento, su parte ciclo desborda agilidad, facilidad de conducción y confianza, cosa a la que también contribuyen sus gomas Michelin, con muy buen agarre incluso en asfaltos que no estén en su mejor estado. He de admitir que el motor en bajos no me pareció muy fino, pero es que es un monocilíndrico y no lo puede tener todo. Luego, a partir de 3.500-4.000 rpm, se “redondea” y empuja con fuerza hasta 9.000 y todavía tiene 1.000 vueltas más de sobre-régimen.

La parte ciclo funciona muy bien, con suspensiones de calidad a las que no hace falta hacer grandes cambios a los reglajes que vienen de serie, a no ser que tengas un físico muy especial o un tipo de conducción muy particular. Si te quieres iniciar en el supermoto sin duda esta puede ser una buena escuela, sus 45 CV en un circuito de karts son suficientes y su ABS en modo Supermoto te permiten frenar derrapando y coger el truco a su técnica. Pero cuidado, no te garantizan que no te vayas a caer nunca…

Donde personalmente he disfrutado mucho durante esta prueba, ha sido en carreteras viradas de montaña, por mis puertos favoritos. Es rápida de reacciones, estable, ágil, precisa, frena bien y el conjunto me transmite confianza, con lo cual solo voy concentrado en mi conducción y en el trazado. Me ha parecido una buena herramienta de diversión.

Conclusión

En este segmento del supermoto A2 tan poco poblado, la KTM 390 SMC-R es la opción ideal para quienes buscan iniciarse en ese campo utilizando un formato muy bien pensado en unamoto que además se puede usar a diario sin casi compromisos. Con su estudiada tecnología, ofrece sensaciones supermoto a un precio competitivo, que sin duda captará a nuevos usuarios y también cumple con las expectativas de pilotos más expertos. Pienso que, un paquete formado por sus voluntariosos de 45 CV, una electrónica tan capaz y un chasis tan bien afinado, la 390 SMC-R resulta ser una polivalente y divertida moto para uso diario y una eficaz “supermoto para todos”.