
Prueba Triumph Speed Triple 1200 RS: la Superbike sin carenado


ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS

Cilindrada

Motor

Potencia

Peso

Carnet

Precio
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Ha llovido mucho desde que allá por 1994 probé la primera “Speed Triple” (que era 900) de la por entonces recién renacida Triumph… La marca británica ha sabido mantener las Speed Triple adaptándose a los tiempos, hasta esta tremenda 1200 RS de 2025: una moto de 199 kg de peso para 183 CV de potencia, con el mejor equipamiento tecnológico disponible para ser eficaz en carretera y también en circuito. Ahora que la 1200 RR (semicarenada) se extingue, por 21.495 euros aquí tenemos la Triumph más deportiva, más rápida y diría que más divertida de su catálogo actual… Ya sé que no es una "mil" pero creo que es lo más parecido a una Superbike de calle, aunque no tenga carenado (o quizás gracias a eso).

Triumph Speed Triple 1200 RS 2025
La base de la actual Speed Triple 1200 nació en 2021 y ahora se pone al día aprovechando la actualización del motor a la Euro5+. El propulsor en sí no cambia de arquitectura (tres cilindros y 1160 cc con cigüeñal “normal”, no T-Plane como las Tiger 1200 que comparten su base) pero con un nuevo escape (de silencioso no muy bonito) y otras mejoras internas sube hasta 183 CV de potencia (antes 180) y gana unos 3 Nm de par. A simple vista el motor es el gran protagonista de la moto y en marcha también lo será porque el resto (suspensiones y chasis) están a su servicio… bueno, al del piloto.
La gestión electrónica es avanzada y la moto tiene IMU, así que permite elegir modos de conducción o configurarlos en parámetros como el anticaballito (elegir cuánto dejamos que se levante la rueda delantera acelerando), o el control de tracción (cuánto derrapa en modo Track o cuánto interviene en carretera). Por supuesto cuenta con quickshifter que también actúa reduciendo (dando él solo ese bienvenido golpecito de gas). Los modos son Road, Sport, Rider, Track y Rain (el único que reduce la potencia máxima).
El chasis es el clásico Triumph de doble viga formado por tubos de aluminio con basculante monobrazo de buen efecto estético, un lujo. La gran novedad son las suspensiones: sistema completo semiactivo Öhlins SmartEC3 OBTi que, sobre una horquilla NIX 30EC (barras 43 mm) y un amortiguador TTX 36 EC, aplica ajustes electrónicos en marcha a los hidráulicos. Lo malo es que la precarga se ajusta a mano (y con herramienta) pero, la verdad, en esta moto casi monoplaza será algo que dejaremos bien para nuestro peso y no tocaremos; hay un menú en las suspensiones precisamente para eso y nos dice cómo ajustar la precarga según nuestro peso (sí).
En ese completísimo menú de las suspensiones se accede a múltiples opciones: podemos elegir un “modo” y que ella trabaje, o podemos elegir uno de tres ajustes “fijos” y usar el ajuste propuesto o modificarlo a nuestro gusto, en extensión y compresión de hidráulico tanto delante como detrás, como en unas suspensiones a la vieja usanza. Pero en el primer caso (modos Normal, Dynamic o Confort) usamos el cerebro de la moto y las suspensiones se ajustan en función del pilotaje: en eso consiste el “Objetive Base Tuning Interface” (OBTi en siglas Öhlins) que se adapta en cada fase de la curva (frenada, entrada, paso, apertura de gas y aceleración de salida). En pilotaje menos deportivo, se va adaptando al asfalto y baches para mantener una actitud óptima para el piloto.
Nos queda citar de esta Triumph Speed Triple 1200 RS 2025 que las llantas son más ligeras, lleva frenos Brembo con pinzas Stylema y la notable bomba radial MCS 19x21, y monta de serie batería de litio, que también compensa el mayor peso de las suspensiones. Debajo de la tija hay un amortiguador de dirección Marzocchi (ajustable a mano) que no recordaba de anteriores Speed Triple. Y, claro, una pantalla TFT de 5 pulgadas con conectividad y completos menús para las mencionadas opciones (y más).
Curvas… y rectas
Decía al principio que esta Speed Triple me parecía la Triumph más divertida. A ver, todavía recuerdo las Street Triple (con su motor “Moto2”) sobre todo la RS y lo que me divertí con ella, pero la verdad es que mientras que con esos 130 CV se puede ir (muy) rápido, en ocasiones tienes la sensación de que no pasaría nada si fueron unos cuantos más, o mejor dicho si la moto empujara más sin necesidad de estar en la marcha y régimen óptimos.
Esto es precisamente lo que te da la Speed Triple 1200: su tricilíndrico ya de notable cilindrada es capaz de recuperarse desde muy bajo régimen sin protestar, y a partir de unas 3000 vueltas empujar con una energía que no se acaba hasta el corte de encendido allá por 11.500 vueltas. Por el camino, a partir de 6000 vueltas empieza a gruñir de otra forma empujando más, y desde 8000 rpm el gruñido es ya un aullido que acompaña el empuje máximo hasta prácticamente el corte. Llegar a él es innecesario en carretera con esta potencia, pero tanto régimen con potencia buena puede venir bien empalmando curvas sin tener que cambiar.
El ancho manillar ayuda a mover la moto fácilmente y la posición no me incomodó aunque es bastante deportiva, con las estriberas bastante altas y un asiento no demasiado alto (830 mm pero se llega bien desde 170 cm) que obliga a doblar las rodillas si tienes piernas largas (yo 183 cm). Los frenos permiten apurar lo que se quiera y son un extra de seguridad importante en carretera porque la horquilla se adapta y puede pararte en un suspiro con control. Las suspensiones trabajan muy bien pero, de nuevo, ésta es una moto deportiva y son bastante secas: solo en modo Confort dejan de impactarte los baches o irregularidades del asfalto, cada vez más por desgracia.
Así la moto es muy usable en el día a día, el motor tan elástico pone fácil la conducción, además gasta poco (en torno a 5,5 litros sin apretarla mucho), y el único pero será en tiradas largas por vías rápidas: la Speed Triple puede mantener fácilmente cruceros entre ilegales y penales (por cierto perfecto el control de crucero) pero solo tenemos los faros para desviar un poco el viento… Con la pantalla, son fijos (no se mueven con la dirección), como debe ser para no empeorar el comportamiento. El caso es que hice algún desplazamiento de media distancia con la Speed Triple y me cansé menos de lo que temía, creo que yo podría viajar con ella (y sería solo, eso sí) si la meteorología fuera benévola.
Conclusiones
La Speed Triple 1200 RS es la Triumph más eficaz y rápida, es una deportiva capaz de brillar y divertirnos mucho en circuito (no es complicado esconderse tras el manillar), pero sobre todo de permitirnos hacer lo propio en carretera (mientras no tengamos helicópteros cerca ni mucha vigilancia...), haciéndonos sentir mejores pilotos, capaces de controlar sus más de 180 CV y disfrutarlos, y solo apreciando que las ayudas están activas al ver de reojo su testigo brillar ocasionalmente. Los pegajosos Pirelli Diablo Supercorsa SP que monta de serie desprendían un sospechoso olor a goma caliente después de cada “tramo”… prueba de esa diversión. Pero lo mejor fue usándola los días que la tuve, me mostró su cara amable y “usuaria”, algo que en una superbike sería del todo impensable: ése es el punto fuerte de esta Speed Triple, una naked muy deportiva pero también muy polivalente.
La moto al detalle...

Fantástico, el tricilíndrico se mantiene en forma, corre y funciona redondo, y encima gasta poco. La electrónica lo controla perfectamente.

El nuevo escape oculta un poco la llanta trasera pero el basculante monobrazo sigue ahí y es una pieza destacada de esta moto.

Tener esa bomba en la mano derecha con ajuste del “ataque” (más directo o progresivo) es un lujo, además la horquilla se ajusta al frenar dando una frenada óptima.

Buena pantalla, si acaso algo pequeña, pero bien legible y fácil de manipular, aunque en marcha no deja tocar algunas opciones (quizás sea mejor así).

Con la tapa trasera es monoplaza, pero sin ella tampoco sería muy buena para el pasajero. Lástima, porque la moto se podría disfrutar bien a dúo.

En sendas puntas del manillar, por lo menos son útiles para ver detrás nuestro (cómo se alejan las cosas…) pero incómodos en el tráfico urbano.

Los dos faros característicos, full LED, ofrecen buena iluminación y son lo único que nos desviará (poco) el viento en vías rápidas. Una viserita tipo Street Triple sería bienvenida…

Ahora monta el sistema semiactivo Öhlins SmartEC3 OBTi: una horquilla NIX 30EC y un amortiguador TTX 36 EC con adaptadores que ajustan electrónicamente, en marcha, los hidráulicos (lo llevaba antes la RR y en una generación anterior). Funciona muy bien pero es un poco "de carreras", porque la precarga (útil de calle) se ajusta a medida del peso del piloto con herramienta.
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Apasionado de las motos, los aviones y la tecnología, llevo más de 30 años viviendo "desde dentro" la información del mundo de la moto en los mejores medios: ahora, en Moto1Pro.
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