
Prueba Triumph Tiger Sport 2016: compañera ideal


ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
La séptima generación de la Triumph Tiger, en su versión Sport, se adapta a los últimos tiempos incorporando la última tecnología para hacer de ella una moto fácil de manejar, cómoda y práctica, ideal para el día a día con la que no echarás de menos nada. Capaz de callejear por las calles más estrechas de la ciudad o llevarte a las carreteras más divertidas de la sierra y con la que te aseguro, te divertirás elijas lo que elijas.
La Tiger Sport hereda el motor tricilíndrico de 1050cc de la mítica Speed Triple y ahora, en esta versión, también su electrónica. Con 3 modos de conducción, control de tracción y ABS, la tricilíndrica ofrece una seguridad para disfrutar de ella al máximo y tener su potencia siempre bajo control.
El motor renueva 104 de sus piezas para conseguir una mayor eficiencia y una mejor respuesta del motor. Aunque hereda el motor de la Speed , Triumph ha querido sacrificar algo de potencia con respecto a su hermana naked para ofrecer un motor más lógico y suave pero rindiendo los nada despreciables 126 cv y con un par de 106 Nm a 7.000 rpm.
Como la seda
Como no podía de ser de otra manera y, tras varios días utilizándola por ciudad, me escapé a la sierra de Madrid a ver qué tal se desenvolvía la Tiger Sport. He de decir que en esos días pude comprobar lo fácil que es hacerte a ella. Posiblemente una de las motos a la que menos me ha costado acostumbrarme. El acelerador `ride-by-wire´ y el embrague asistido consiguen que, incluso en ciudad, su conducción sea una delicia. Para el que no esté acostumbrado al acelerador electrónico, como me pasó a mi, le costará hacerse al tacto tan directo, pero una vez que le pillas el punto, es una verdadera gozada.
En autopista la moto es realmente cómoda. El motor te permite conducir a un régimen de revoluciones bajo, consiguiendo consumos contenidos para este motor, aunque si quieres guerra, basta con girar un poco más la muñeca y te catapultará sin límite, sin necesidad de reducir ninguna marcha. La protección aerodinámica es suficiente y pensada para todas las tallas, ya que la cúpula es ajustable en altura (55mm). Una de las aptitudes de este motor es su carácter viajero, para lo cual incorpora un control de crucero que funciona a las mil maravillas. Un simple click y la moto mantiene la velocidad que desees, pudiendo luego subir o bajar esa misma velocidad con dos botones en la piña derecha. Este sistema se desactiva automáticamente en cuanto rocemos los frenos o embrague.
La postura es cómoda y natural, permitiendo recorrer kilómetros sin el menor síntoma de cansancio. Las vibraciones del motor tricilíndrico son mínimas, aunque se aprecian ligeramente mirando en marcha a través del retrovisor. El sonido del motor apenas se aprecia a velocidades de crucero, lo que se agradece si se va a hacer un trayecto de largo recorrido. Triumph ha hecho un gran trabajo en este apartado, ofreciendo lo mejor del lado rutero de esta moto, dulzura y suavidad para recorrer kilómetros y desconectar del mundanal ruido de la ciudad.

Haciendo honor a sus apellidos
Si bien es verdad que la Triumph destaca por su suavidad, no hay que olvidar los apellidos que acompañan al nombre. En 1993 apareció la primera Triumph con apellido Tiger, pero no fue hasta 2007 cuando, la marca de Hinckley añadió el segundo apellido Sport, creando una nueva versión de la gama más polivalente de Triumph. Dos palabras que ya te ponen en precedentes de lo que puedes esperar de esta moto. Un frontal agresivo, un depósito robusto, un colín afilado, el escape lateral y un monobrazo espectacular, hacen honor a estos apellidos. Pero si esperabas una moto trail con un motor potente y poco más, te sorprenderá más de lo que imaginas. La Triumph Tiger Sport tiene mucho que ofrecer.
Antes de empezar las curvas, desde un botón al lado del cuadro, seleccionamos el modo Sport y ahora sí, el ritmo aumenta. Salimos a dar las primeras curvas exigiendo cada vez más a la moto para descubrir el lado más salvaje de la Tiger Sport. La postura erguida no incita a correr, ni siquiera a moverte encima del asiento para tomar las curvas, pero el sonido del tricilíndrico y la admisión cuando abres gas y un par motor de 106Nm te hace sacar tu lado malvado. Como he comentado más arriba, a los pocos kilómetros de rodar con ella, ya sentía como si llevase en ella desde hace meses. Esto hizo que en curvas reviradas y lentas pudiese manejarla con total confianza, aunque en curvas rápidas la moto flanea un poco, algo normal en una moto de este tipo tan voluminosas y con centro de gravedad más alto; tampoco vamos subidos en una Daytona y sería injusto poner el listón a la misma altura. Las suspensiones se comportan de maravilla en todo tipo de terreno, tanto para el día a día con baches, asfalto irregular o incluso badenes, hasta conducción deportiva por carretera. Puedes tumbar con total confianza, siempre y cuando calientes antes los neumáticos, pues si le exiges algo más de la cuenta sin hacerlo, los Pirelli Angel ST no agarrarán lo que deberían.
Electrónica a tu servicio
Esto tampoco es un problema, puesto que la electrónica que incorpora la Tiger Sport actúa de manera sutil pero eficiente. Dispone de un modo de conducción para cada momento. Sport, Road y Rain. El modo Road, diseñado para el día a día, para una conducción tranquila pero con los 126 cv de potencia disponibles para cuando lo desees. Misma potencia que en el modo Sport, pero con una respuesta del motor más agresiva y diferente gestión del control de tracción. Se nota nada más salir desde parado, acariciando el acelerador notas cómo la moto tiene ganas de marcha, justo al contrario que en el modo Rain. En este modo la moto cambia radicalmente, limitando la potencia a 100cv, haciendo más perezosa la respuesta al acelerador y actuando el tcs y abs al máximo.
El poder del motor, rediseñado, consigue un comportamiento más suave y un consumo un 8% menor, permite salir en marchas largas desde un régimen muy bajo de revoluciones. Desde 2.000 vueltas empuja sin problemas en sexta, pudiendo estirar hasta las 10.000 y sentir el empuje del tricilíndrico. Esto ayuda al ahorro de cambios de marcha, que es algo ruidoso por cierto. Reduciendo a baja velocidad se escucha un `clonc´ demasiado ruidoso si no estamos acostumbrados a él, aunque el cambio en general, es suave y muy preciso. Acelerar desde parado e ir empalmando marchas entre 5.000 y 8.000 rpm es una verdadera gozada.
Frenada 10
En el apartado de frenos, no tendrás problemas para detener la moto con total firmeza, gracias a las pinzas Nissin radiales de cuatro pistones. Además, el embrague antirrebote te ayudará a frenar la moto sin miedo a que la rueda trasera se bloquee en caso de reducciones fuertes. El ABS se encargará de ello en el caso de que efectuemos la frenada en suelo deslizante. Todo este conjunto hace que, con la dulce respuesta del motor, sea una delicia su conducción y, aun yendo a ritmos elevados, lo que destaque sobre el resto sea la suavidad de su comportamiento general.
¿Rutera o deportiva?
Si echas un vistazo a los accesorios originales de Triumph adaptarla totalmente a tus necesidades. Tienes la vertiente sport o la más rutera. Entre ellos destaca el escape completo Arrow, las maletas, caballete, soporte GPS, puños calefactables, etc. ¡Descúbrelos!
Precio: 13.900€
En definitiva, con la Tiger Sport, Triumph ha conseguido una moto para todo. Sorprendente desde el mismo momento en el que te subes a ella y más aún cuando sales a disfrutar del asfalto. Quizás una de las motos que más me ha sorprendido, en el mejor de los sentidos. Si quieres una moto para el día a día, cómoda, segura, ágil, la Tiger Sport te lo da. Si quieres una moto para viajar, solo o con pareja, la Tiger Sport te sorprenderá. Si quieres una moto únicamente para salir los domingos y salir de ruta con amigos para disfrutar de las curvas, la Tiger Sport te lo pone en bandeja. Pero ¿Para qué elegir? Si quieres una moto con la que puedas hacer todo eso y mucho más, definitivamente, la Tiger Sport es tu moto.
Opinión del pasajero
Una moto para el día a día, tan completa como la Tiger Sport, pedía a gritos la opinión de un pasajero, una segunda opinión con la que no siempre podemos contar. Decidí subir a mi compañera Sara González, que pudo disfrutar de esta moto desde el asiento del pasajero.
Estas fueron sus sensaciones: “La Triumph Tiger Sport quizás no sea la moto más cómoda en la que me he montado (siempre de pasajero), pero sí es una en las que más segura me he sentido. Te permite tener una postura erguida y cómoda, en ningún momento forzada. Soy una chica alta (1,77cm) y aun así podía mantener una buena posición, sin que mis piernas estuvieran cargadas o encogidas más de lo debido. Es muy estable en curva, incluso a altas velocidades y la suspensión trasera hace que cualquier bache apenas se note.
El asiento, algo duro y estrecho, hace que no sea la moto perfecta para viajes largos, pero sí lo es para moverse por ciudad, carretera y en distancias medias.”
La moto al detalle...

La Tiger Sport incorpora el icónico motor de 1.05cc de tres cilindros en línea, pero en esta última versión cuenta con 104 nuevas partes, como el cigüeñal, la cámara de combustión o los pistones diseñados desde cero. Este “nuevo” motor ofrece 126cv y 106Nm que, junto con el acelerador electrónico ofrece una suavidad para la conducción del día a día a la vez que una respuesta directa y rápida para cualquier imprevisto.



Uno de los detalles que más llama la atención de esta moto y que le da un aspecto más deportivo y único. El basculante monobrazo deja el lado derecho “desnudo” y ofrece una vista espectacular de la llanta, colín y escape.

La salida de escape de la Tiger Sport va acorde a la estética de la moto. Sencillo y robusto, que consigue un sonido dulce, con ese silbidito típico de las Triumph, pero con un fondo ronco cuando abres gas.

En una pieza pero en dos niveles bien distinguidos para un mayor confort tanto del piloto como del pasajero. Se acopla perfectamente a las líneas de la moto, estrecho en la zona de las piernas, mullido en el centro y afilado al final, combinando las tres caras de la Tiger: agilidad, comodidad y deportividad.
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