Prueba Zontes V-310: La “machito bike”
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
Cilindrada
Motor
Potencia
Peso
Carnet
Precio
Ver ficha técnica completa
Hace algunos años, a mediados de los 90, aparecieron motos como la Yamaha V-Max, la Honda Valkyrie o la Harley-Davidson V-Rod a las que -de un modo genérico- se denominó “macho bikes”. Hoy en día la dictablanda de la corrección política en la que vivimos inmersos haría imposible una definición que, en cualquier caso y lejos de ser sexista, sólo intentaba explicar que se trataba de motos de estética y arquitectura cercanas al custom pero con motores de mucha cilindrada y caballería que aseguraban aceleraciones brutales y necesitaban músculo para ser conducidas.
- Debes leer: Prueba Zontes T310: Una gran moto trail para el A2
- No te pierdas: Zontes R 310 y X 310: Más motos para el A2
El mercado actual -como casi todo en estos tiempos- se ha vuelto melifluo, ambidiestro, lógico y racional... y apenas quedan ya referentes de las “macho bike”; solamente la Ducati Diavel y la Triumph Rocket encarnan todavía ese espíritu noventero incorrecto y faltón al que no le importaba presumir de cilindros, caballos y prestaciones.
Debo confesar que cuando vi la Zontes V-310 por primera vez, la imagen de una “mini macho bike” me vino casi de inmediato a la cabeza. Por el concepto y porque la moto tampoco esconde guiños al género... como esa parte trasera de clara inspiración “diabólica”.
Evidentemente de una moto monocilíndrica de 300 cc y 38 CV no cabe esperar reacciones explosivas, pero el concepto y sobre todo la vocación de ofrecer sensaciones a pesar del cubicaje están ahí, siendo capaz de luchar dentro de todas las motos para el carnet A2.
Prestaciones Zontes V-310. A escala.
Estamos ante una moto claramente urbana a la que, sin embargo, no asusta para nada la carretera revirada. De hecho incluso en los tramos más exigentes su parte ciclo -en parte gracias a un tarado de la suspensión incuestionablemente duro- se mantuvo rígida y noble, dando en todo momento la impresión de que podía aceptar perfectamente 10 o 15 CV más.
El motor tiene de la Zontes V-310 una personalidad muy marcada; hasta las 4.000 vueltas ofrece buena salida y buenas recuperaciones -entendamos siempre que dentro de un orden de 300 cc- pero después se viene un poco abajo obligando a un uso continuo del cambio hasta las 6.000 vueltas, a partir de las cuales saca su mejor cara y se muestra alegre y divertido.
Hay disponibles dos modos de conducción Eco y Sport -seleccionables desde las piñas del manillar- pero, en ambos casos, estaremos ante un propulsor nervioso que busca de modo natural la zona alta del cuentavueltas y que hay que conducir siempre revolucionado para sacarle partido. En esa tesitura los 35 caballitos cunden muchísimo y se antojan ideales para moteros debutantes que quieran irle cogiendo el tranquillo a una máquina que transmite en todo momento sensaciones de moto de mayor calado.
Ergonómicamente es una de las motos más bajitas de su segmento, con un asiento situado únicamente a 720 mm, lo que transmite una enorme confianza a la hora de maniobrar en parado gracias también a su peso contenido de 175 kg en orden de marcha. La postura al manillar es claramente custom sport, con los pies adelantados y los brazos estirados sujetando un manillar tan ancho que se siente casi como un trail.
Zontes V-310. La importancia de no llamarse Ernesto.
Más allá de gustos personales, la V-310 es un motón. Lo digo en serio; poco más se le puede pedir a una máquina de su cilindrada. Con sus 4.635 euros, la relación precio/prestaciones es inmejorable, los acabados rozan la excelencia, el motor rinde más de lo que se espera y el equipamiento electrónico hace palidecer a motos que la triplican en precio. Si la V-310 luciera el logo de Yamaha o de Honda o de Ducati o de cualquiera de las grandes estaríamos ante un éxito de ventas incuestionable.
Pero en el depósito pone Zontes... y eso exige todavía una apuesta y un ejercicio de confianza por parte del potencial comprador. El poco conocimiento de la marca -propiedad de Tayo Motorcycle Technology y distribuida en nuestro país por Motorien- será su principal escollo a la hora de hacerse un hueco en el mercado.
Sus responsables son conscientes de ello y por eso se dan un plazo prudencial en el que la prioridad será precisamente “hacer marca”, conseguir que cale la idea de que Zontes aspira a dejar atrás los tópicos y convertirse en una marca premium entre las fabricadas en China. Un camino similar al que, en su momento, abrió KYMCO y que le llevó en una década de ser considerada una marca taiwanesa de producto barato a uno de los fabricantes de scooter más respetados por la industria y capaz de motorizar incluso a la sacrosanta BMW.
Zontes ya demostró con su anterior producto -la T-310- que es plenamente capaz de ello y mantiene la misma intención con el aluvión de novedades que pudimos ver en primicia y que ha de completar entre 2020 y 2021 una gama que abarque más cubicajes y estilos... incluyendo un esperado maxiscooter supertecnológico del que nos mostraron algunas imágenes de preserie y que pinta muy pero que muy bien.
La moto al detalle...
Se trata de un monocilíndrico 4T de 312 cc, DOHC, 4 válvulas, refrigeración líquida e inyección electrónica. Está construido en aleación de aluminio y entrega 35 CV a 9.500 rpm, una cifra que se queda lejos del techo de la categoría A2 -es decir, los 47 CV- que tienen rivales como la Honda Rebel 500 o la Benelli 502 Cruiser. Sin embargo, la Zontes es, respectivamente, 15 y 42 kg más ligera.
Una de las principales características de la parte ciclo de la Zontes es que el chasis hace también de depósito de aceite y el lubricante circula por el interior de los tubos, permitiendo con ello montar un cárter mucho más pequeño y aligerar el peso del conjunto.
El sello de identidad que Zontes pretende dar a sus productos es el de la electrónica y el equipamiento, y en la V-320 sin duda el más destacado es el cuadro de instrumentos TFT LCD a color, con 4 interfaces disponibles y cambio automático en la intensidad dependiendo de la iluminación del entorno. Un gadget difícil de encontrar incluso en máquinas de mayores pretensiones.
La moto china quiere posicionarse como Premium entre las de su clase y para ello apuesta por un completo equipamiento de serie que incluye apertura automática del asiento y del tapón del combustible, protectores anti-caídas, piñas retro-iluminadas o un pequeño respaldo lumbar extraíble.
Un verdadero catálogo con elementos como llave de proximidad que permite encender la moto y funciones bloqueo/antibloqueo, tecnología LED de iluminación y toma de corriente USB para cargar dispositivos móviles.
Galería de fotos
Relacionados