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El poder de Valentino Rossi

El poder de Valentino Rossi

Desde hace veinte años, Valentino Rossi es el piloto que más ha contribuido con sus éxitos al palmarés del motociclismo italiano. Hace una década todo giraba a su alrededor, y hoy, Rossi sigue siendo el epicentro de este deporte en Italia.

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Redaccion Moto1pro
Juan Pedro de la Torre
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Archivo
Fecha25/08/2016
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Fecha25/08/2016


Hubo un tiempo en el que Valentino Rossi lo acaparaba todo. Su potencial era tan grande que terminaba eclipsando a todos los demás pilotos italianos, absorbiéndolo todo: la atención de la prensa, el interés de los patrocinadores, el fervor de los aficionados. De alguna manera, hace quince años, la Italia motociclista se dijo: o Rossi, o nada. Hoy se celebran 20 años de victorias de Valentino Rossi enel Mundial de Motociclismo.

Italia no supo mirar más allá

Mientras Valentino disfrutaba de sus mejores días en el Mundial, sumando un título tras otro, anotándose infinidad de victorias que le llevaron a ser el segundo piloto más laureado de todos los tiempos, el resto de los pilotos italianos se veían abocados a un discretísimo segundo o tercer plano. La situación fue tal que Italia pasó de ser una cantera constante del motociclismo mundial a un país casi sin resultados, más allá de los de Rossi. Es como si la veta se hubiera extinguido. El último título italiano llegó en 2009, precisamente de la mano de Rossi, y desde entonces el único piloto italiano que ha luchado por un título con opciones de ganar ha sido el propio Valentino.

¿Quién fue el último campeón italiano que no fuera Rossi? ¿Os acordáis? Fue el malogrado Marco Simoncelli, y eso fue en 2008. De esta forma, voluntaria o involuntariamente, Rossi se ha convertido en principio y fin de todo en el motociclismo italiano. Los árboles no dejaron ver el bosque.

Todo se fió a la genialidad de Valentino Rossi sin realizar un eficaz trabajo de promoción, olvidando que habrá un día, no muy lejano, en el que Valentino deje de competir. Y entonces, ¿qué? Los pilotos que crecieron a la sombra de Valentino no fueron capaces de llegar a su nivel, por los motivos que fueran, pero no lo consiguieron, e Italia se mostraba complacida con los éxitos de Rossi sin mirar más allá y sin pensar en el futuro, como si Valentino fuera eterno. Así que cuando llegó a MotoGP la generación que plantó cara a Rossi, no había ningún italiano entre ellos. Y ahora, cuando se han dado cuenta que hay que buscar un relevo, parece tarde. Sorprende que un país con una tradición motociclista como es Italia haya tenido tan poca perspectiva.

En España pasó con Nieto

Hay una gran semejanza entre la situación que se vive en Italia en torno a la figura de Valentino y la que se dio en la España motociclista de los años setenta del pasado siglo, en torno a Ángel Nieto, cuando se actuaba de igual manera, sólo pensando en el presente y en los resultados inmediatos, satisfechos con el talento de Nieto. A las instituciones de la época les bastaba con el título que Nieto conseguía ganar cada temporada y no hacían nada por crear una cantera que consolidara el deporte motociclista. Todo lo que era capaz de generarse en el mundo de la moto se centraba en la figura de Nieto. Por eso cuando Derbi anunció en diciembre de 1972 que se retiraba de la competición, cundió la alarma. Posteriormente, en 1974, 1975 y 1976, la Federación Española se movió para que Nieto siempre tuviera material competitivo, pero nada se hizo para incrementar el nivel del motociclismo español en su conjunto.

Rossi hace lo que no hace la FMI

En los años ochenta la Federazione Motociclista Italiana (FMI) puso en marcha un proyecto deportivo mítico: el Team Italia. Por él pasaron a los largo de los años decenas de pilotos, y algunos llegaron a ser campeones del mundo. Aquella iniciativa fue un ejemplo, pero terminó extinguiéndose a principio de los años noventa.

Con la llegada del siglo XXI se produce una eclosión en el motociclismo español que tiene su base primero en la Copa Aprilia, donde dieron sus primeros pasos pilotos como Jorge Lorenzo, Álvaro Bautista y Héctor Faubel, entre otros, y posteriormente el CEV y la Copa Movistar. Enseguida el CEV se convirtió en el elemento clave del éxito del motociclismo español, y también sirvió de base para que muchos otros pilotos de diferentes países evolucionaran y alcanzaran el nivel adecuado antes de dar el salto al Mundial de Velocidad.

Italia, que había sido la referencia con el Team Italia, se queda atrás. Además, la desaparición de las categorías de 250 (2010) y 125 (2012), en las que Aprilia adquirió un peso trascendental en los últimos veinte años de su existencia, eliminó del terreno un elemento fundamental de cualquier motociclismo: su industria nacional. Sin un fabricante italiano que impulsara la base de la competición, el motociclismo italiano comenzó a perder terreno. Aunque los resultados garantizados de Valentino Rossi contentaban a todos.

La nueva referencia llegaba desde España, desde el CEV, y ningún otro país fue capaz de replicar este campeonato con el mismo resultado. La FMI puso en marcha el CIV, pero aún hoy sigue siendo un campeonato insuficiente y que no contribuye a la mejora del motociclismo italiano. De hecho, los mayores talentos de la velocidad italiana buscaron en el CEV ese trampolín necesario para su progresión.

Correr en Italia es costoso y hay pocas facilidades para que los más jóvenes se entrenen y mejoren, por eso incluso las figuras emergentes muestran más interés por correr en el actual FIM CEV que en hacerlo en el CIV, que sería, por lógica, el lugar idóneo para iniciar su formación. 

El poder de Valentino Rossi

VR46 Riders Academy

Se podría pensar que un piloto como Valentino Rossi, que lo tiene todo, y quien todos quieren tener (patrocinadores, fabricantes, etc), no necesita involucrarse en la competición más allá de sus propios intereses, pero no es el caso de Rossi. Valentino se ha implicado al máximo para impulsar a los pilotos italianos, para ayudarles a mejorar, para que el motociclismo italiano siga adelante. En estos últimos años, Rossi está haciendo más por el motociclismo de su país que la federación italiana en las últimas décadas.

El VR46 Ranch, la pista que Rossi ha creado en un terreno comprado años atrás por su padre, con la intención de crear una pista de entrenamiento, tiene una dimensión que supera lo imaginable. No es un circuito, es la materialización de un sueño. Cuando Rossi y Graziano entrenaban en “la cava”, una cantera en la que Valentino hizo muchas horas de moto y kart, desde su infancia, siempre pensaban en conseguir un espacio en el que poder trabajar a sus anchas. Y lo consiguieron con el rancho. Es un espacio de libertad absoluta para el piloto, y allí Rossi y todos cuantos acuden se expresan sin el encorsetamiento de las carreras, dando rienda suelta a su talento, disfrutando plenamente de la pasión por las carreras, sin límites, sin trabas.

Rossi se ha rodeado de varias generaciones de pilotos en el rancho, y con su carisma ha impulsado la regeneración de la velocidad italiana. Su inteligencia le ha llevado a comprender que enfrentándose a los más jóvenes, él se vuelve joven. Es un hecho inapelable que en esta reinvención que ha protagonizado Rossi en los últimos años, el VR46 Ranch es una pieza fundamental. Y a la vez, el rancho es la clave para el nuevo impulso que está experimentando la velocidad italiana. A pesar de su rivalidad, de las disputas entre todos ellos en sus respectivas categorías, las sesiones en el rancho de Rossi permiten a todos ellos retroalimentarse entre sí.

Además, por si el rancho no fuera suficiente, Rossi ha tejido una red que permite completar su labor en las carreras. Son las ventajas de ser Valentino Rossi, que llega donde otros no lo consiguen. El motociclismo italiano acusaba una importante carencia de patrocinadores, pero la llegada de la cadena televisiva Sky, que desde 2014 retransmite las carreras en Italia, permitió la entrada de esta cadena como patrocinador, apoyando un equipo creado por el propio Rossi. Tras tres temporadas en Moto3, a partir de 2017 también tendrá una estructura en Moto2.

Es importante la competición, pero aún más el deseo de competir, y esto se alimenta día a día en el VR46 Ranch. Rossi, que tutela la carrera deportiva de su hermano menor, Luca Marini, no ha dudado un momento, y tras los primeros años de formación en Italia, decidió enviar a Luca al CEV dando la espalda por completo al campeonato italiano, corriendo primero con el Team Aspar en Moto3, antes de dar el salto al Mundial de Moto2 con el Team Pons. Y los principales pilotos italianos han hecho lo mismo: Fenati, Migno, Bagnaia, Baldasarri, Bulega… La única excepción es Morbidelli, que llegó desde el Europeo de Superstock 600. Y todos, absolutamente todos, se reencuentran entre carrera y carrera en Tavullia, en el rancho, que se ha convertido en su segunda casa.

El polémico final del Mundial de MotoGP 2015 y la absurda postura adoptada por Valentino Rossi a partir del Gran Premio de la Comunidad Valenciana, no deben impedir que contemplemos el verdadero rostro de Rossi, un piloto genial e irrepetible, con un talento y una personalidad abrumadoras, con una inteligencia extraordinaria y al mismo tiempo con una capacidad de asumir con humildad su situación ¿Hay alguien capaz de enseñarle algo al que quizás sea el mejor piloto de la historia? Probablemente nuestra respuesta sería no, si no fuera porque el propio Rossi se ha encargado de demostrarnos que siempre tiene cosas nuevas que aprender.

Rossi ha incorporado a su grupo de trabajo a Luca Cadalora, triple campeón del mundo en 125 y 250, y subcampeón de 500. Las aportaciones de Cadalora han permitido a Rossi mejorar, y Valentino no duda en elogiarle en cuanto tiene oportunidad. Siendo como es un campeón indiscutible, un piloto como pocos, Rossi ha tenido la humildad de saber pedir ayuda para mejorar, y ha recurrido a un piloto como Cadalora, alejado de las carreras desde hace tiempo, pero cuyo talento siempre ha sido incuestionable. Al final, Rossi ha conseguido crear un grupo intergeneracional que enseguida ha dado sus frutos.

Y Cadalora se muestra satisfecho e ilusionado con esta nueva etapa que le toca vivir: "Todos estamos centrados en el entrenamiento y en hacerlo lo mejor posible, es un gran grupo. Nos gusta trabajar y entrenar juntos, y creo que algunos de ellos, o la mayoría de ellos, son bastante rápidos, como ya han demostrado en Moto3 y Moto2. Van en la dirección correcta", decía hace unos días Cadalora, en Misano, durante la carrera del Mundial de SBK.