Destacados:
Hasta 360 kilómetros por hora en recta. Frenadas en las que sientes como si te arrancasen la cabeza. Un aparato de carbono, aluminio y titanio con más de 300 CV de potencia que generan fuerzas G dignas de un avión de caza. Y todo eso mientras manejas un “ordenador”. Podría ser un videojuego distópico… pero no. Ni siquiera es el mundial de motos de serie preparadas, las Superbike. Hablamos de MotoGP… y puedes estar seguro: No hay nada más bestia sobre dos ruedas… Al menos en esta galaxia.
Te recomendamos este reportaje con las diferencias clave entre las MotoGP y las motos de calle.
Vemos a los pilotos cada fin de semana, en muchos circuitos distintos, en muchas condiciones distintas… parece que “bailan” sobre el asfalto a velocidades de las que no eres consciente… Y hacen que parezca fácil, pero te aseguro que no lo es.
Hoy vamos a sumergirnos en la física, la tecnología y el esfuerzo humano que se esconden detrás de cada curva, de cada recta, de cada adelantamiento, de cada vuelta rápida.
Es el “Origen de la Bestia”. Para entender el desafío, primero hay que entender la bestia que es una moto de MotoGP. Y el corazón de esta bestia es su motor. Hablamos de prototipos de 1.000 cm3 y cuatro cilindros con cifras de potencia que los equipos guardan con recelo… y que todos sabemos que esa potencia supera los 300 caballos. Para 157 kilos en seco.
La relación peso/potencia de una MotoGP es de aproximadamente 0,75 kg/CV. kilogramo. Para ponerlo en la perspectiva comparémoslo con el otro rey de la velocidad: un Fórmula 1. Un F1 actual, con su piloto, pesa unos 798 kg y ronda los 1.050 CV. Su relación es de… 0,75 kg/CV.
Pero un F1 tiene 4 ruedas anchísimas y su piloto va atado con arneses a su asiento, luchando contra las fuerzas G. El piloto de MotoGP controla esa esas fuerzas con cada músculo de su cuerpo.
Los ingenieros trabajan para ponérselo más fácil a los pilotos. Y aquí es donde entra el primer gran desafío: la electrónica. Pero…la Electrónica no lo es todo. Los equipos y los ingenieros cuentan con un sofisticado arsenal electrónico: Control de tracción, control de anti-levantamiento o anti-wheelie, freno motor ajustable, mapas de potencia... Un auténtico cerebro digital que toma miles de decisiones por segundo.
¿Te acuerdas de las "salvajes" motos de 500?
Sí. Y no. Porque no es un sistema de "configúralo y olvídate". El manillar de una MotoGP moderna se parece más a la cabina de un caza o al mando de una videoconsola de élite que al de una moto.
Frenada de otro planeta. ¡Bienvenidos al Mundo del Carbono! Si la aceleración es de ciencia ficción, la frenada es la mezcla de un acto de fe ciego y de una violencia física extrema. Las MotoGP no usan los frenos de acero que llevamos en nuestras motos de calle. Usan discos de carbono-carbono, una tecnología derivada de la aviación.
Te lo cuento de otra manera: Los brazos de un piloto de 70 kg, con todo su equipamiento, tienen que soportar una fuerza que le empuja hacia delante con una fuerza de cerca de 150 kg. Y al mismo tiempo, tienen que aplicar hasta 10 kg de presión sobre la maneta de freno con solo uno o dos dedos por supuesto, mientras preparan la entrada a la curva.
Te lo aseguro, para buscar el límite en una MotoGP hay que ser muy bueno… y muy valiente. Un error común es pensar que una MotoGP es como una Superbike llevada al extremo. Pues no. Una Superbike deriva de una moto de producción. Una MotoGP es un prototipo puro, diseñado con un único propósito: ser lo más rápido posible en un circuito.
Y eso se nota, por ejemplo, en su chasis increíblemente rígido. El piloto necesita sentir exactamente qué está haciendo el neumático delantero, cuánta carga está soportando, cuándo está a punto de perder el agarre. Es una conexión directa entre el piloto y la goma. Esta rigidez tiene cara y cruz, porque las hace increíblemente exigentes. No perdonan.
Y luego están los neumáticos. En este sentido, el progreso ha sido bestial son prototipos, como las propias motos. Su capacidad de agarre es tal que permiten ángulos de inclinación de hasta 65 grados. Eso de rozar la rodilla con el asfalto se ha quedado viejo, ahora se roza con el codo y el hombro.
Pero este agarre tiene un precio. La “ventana” de funcionamiento óptima de los neumáticos es muy estrecha, tanto en temperatura como en presión. Si el piloto no consigue mantenerlos en ese rango, el agarre desaparece de forma repentina.
Por si todo esto era poco, en los últimos años, un nuevo factor ha elevado aún más la dificultad: la aerodinámica. Inspirada en la Fórmula 1, ha llenado las motos de alerones y apéndices. Su función principal es generar carga aerodinámica o "downforce", que literalmente pega la moto al asfalto a alta velocidad.
Toda esa carga aerodinámica hace que la moto sea físicamente mucho más pesada de mover en los cambios de dirección. Los pilotos ahora tienen que luchar contra una fuerza invisible que se opone a que inclinen la moto de un lado a otro.
Como confesaba Aleix Espargaró, uno de los pilotos más en forma físicamente de la parrilla: "Las motos de ahora son mucho más estables en recta y frenando, pero son unos 'camiones' en las chicanes. Tienes que usar todo tu cuerpo, hacer una fuerza brutal para meterla en la curva”.
Además, la aerodinámica crea turbulencias, el llamado "aire sucio", detrás de la moto y esto hace que los adelantamientos sean mucho más complicados y arriesgados.
La exigencia física y mental de un piloto es brutal y ya re digo que los convierten en uno de los atletas más completos del mundo. Durante una carrera de 45 minutos, su ritmo cardíaco se mantiene de media entre 160 y 180 pulsaciones por minuto, con picos que rozan las 200. Es como correr una media maratón, pero soportando fuerzas G brutales, vibraciones constantes y una temperatura dentro del mono que puede superar los 50 grados.
Entrenan como auténticos atletas de élite: horas de gimnasio para fortalecer los brazos y las piernas; ciclismo y carrera para el cardio; y, sobre todo, muchas horas sobre otras motos como motocross o dirt track para mantener el tacto y los reflejos.
No hay una respuesta a la pregunta de ¿por qué es tan difícil pilotar una MotoGP? Porque no hay una sola razón. Es la tormenta perfecta. La capacidad de domar a una bestia de 300 caballos en el filo de la navaja, donde la gloria y el desastre están separados por una finísima línea, a veces, un milímetro.
La próxima vez que veas una carrera de MotoGP, fíjate bien. Porque es un espectáculo único… probablemente el mejor espectáculo del Mundo.
También en formato podcast
Puedes escuchar el contenido de este vídeo también en formato podcast.
¿Quieres estar al tanto de todas las novedades de Moto1Pro y EnduroPro?
Suscribete a nuestro newsletter para no perderte el mejor contenido relevante, novedades, opinión, podcast, etc.
Relacionados