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Bien sabido es que a los moteros nos gusta enzarzarnos en discusiones bizantinas que casi nunca nos llevan a ninguna parte. Pese a eso, algunas de las que mostramos aquí resultan interminables...
Raro es que una salida motera, sea de la disciplina que sea, no incluya entre medias o ya en la fase de las cervezas alguna de esas polémicas intrínsecas al mundo de la moto pero que, por otro lado casi nunca llevan a ninguna parte… ¿Qué se le va a hacer? ¡Discutir entretiene! Y cómo se trata de entretenimiento... aquí abrimos el debate...
A la hora de elegir casco hay que tener en cuenta siempre el uso primordial que se le va a dar. Si vamos a hacer todos los kilómetros sobre nuestra moto en vías rápidas la elección más lógica será sin duda un casco integral. De ese mismo modo, si el 100% de los kilómetros serán en ciudad lo más normal sería elegir un casco de tipo abierto. Así mismo, con estas premisas, para una conducción mixta el casco a elegir debería uno modular.
Pero más allá de lo que pueda parecer lógico y por muy cómodo que sea un casco abierto, nunca protegerá nuestra valiosa cara tanto como un integral. Por otro lado, los cascos modulares pueden parecer menos “cool” pero son la mejor opción cuando lo que queremos es comodidad y seguridad. Y con un casco cerrado, tendremos un poco de calor y un poco menos de comodidad pero ¡vamos seguros pareciendo más pro!
El mundo de la moto está cada vez más “electronificado” y eso es bueno y malo a la vez. Es bueno porque en el uso diario de nuestras motocicletas todas las ayudas siempre son bien recibidas y cada vez nos hacen ir más cómodos y seguros pero al mismo tiempo hace que nos confiemos demasiado.
También en el mundo de la competición los pilotos que corren para marcas con más desarrollo tecnológico tienen ciertas ventajas. Esto hace que las luchas en las carreras, en las de velocidad principalmente, no sean exactamente de igual a igual. Así las peleas entre pilotos dentro del circuito no son en pilotaje real sino que es una suma de pilotaje real y pilotaje “tecnológico”. Pero también hay que decir que sin el desarrollo en las carreras esos avances difícilmente llegarían a las motos de calle.
Los pilotos de cada especialidad casi siempre defienden la suya propia. Lo cierto es que la exigencia física del motocross y del enduro pocos deportes en el mundo la alcanzan. A nivel psicológico, el enduro y la velocidad requieren más concentración que motocross o trial ya que en enduro se rueda al límite en un recorrido por el que no se ha pasado nunca y en velocidad se rueda al milímetro cada vuelta.
En motocross, sin embargo, una pequeña falta de concentración puede tener consecuencias fatales y en trial un despiste mientras se está en equilibrio a unos centímetros de una pared de caída de 10 metros puede ser catastrófico. Y eso sin olvidar los raids, que unen el factor velocidad como en carretera y la improvisación del enduro. Dos factores que pueden unirse además a un ritmo al límite que pueden acercarlo a la exigencia física del motocross. De todos modos, en exigencia física y mental, el enduro extremo podría llevarse la palma ya que puede llevar a los pilotos al borde del colapso físico y mental en las secciones más difíciles.
Ahora que llega el invierno es fácil recordar que, con la llegada del buen tiempo, tal como aparecen las primeras flores en los almendros aparecen también las motos en la carretera. Igualmente florecen también los talleres llenos de motos paradas desde que desaparecieron los días de 20 grados. Estadísticamente -según datos de la Fundación Mutua Madrileña- el mayor uso del vehículo de dos ruedas se da durante el verano y el otoño, siendo junio, julio, octubre y noviembre los meses en los que más se usa la motocicleta.
Sin embargo, el tráfico creciente en las ciudades y las restricciones presentes y futuras nos hacen pensar que el uso de la moto probablemente se irá ampliando a fechas con temperaturas más bajas. Todo ello unido además a que las equipaciones de invierno son cada vez más eficientes y asequibles hacen del invierno una época también adecuada para rodar en moto.
Con la llegada de Jorge Lorenzo a Honda y con la última batalla, o guerra mejor dicho, Rossi-Lorenzo aún resonando en nuestros oídos nos preguntamos si es bueno que los componentes de una misma escudería se lleven bien durante el campeonato.
Recientemente le preguntaron a Marc Márquez cómo esperaba que fuera su relación con Lorenzo el año que viene como compañeros de equipo, a lo que respondió “aquí en el paddock es muy difícil ser amigo con el que te juegas el pan de cada día”.
Tener un ambiente de trabajo en el que te encuentras a gusto es agradable para todo el mundo pero en un ambiente de competición tu compañero es tu primer rival. La lucha por ser el piloto número 1 del equipo es la primera a la que se enfrentan los pilotos por lo que gestionar que tu compañero de trabajo sea también tu “primer enemigo” no es fácil. Respecto al rendimiento es muy difícil de valorar como afectan estas situaciones; por ejemplo Rossi -20 años en MotoGP y sólo seis compañeros- parece llevarse bien con Viñales pero pese a eso, Yamaha lleva 24 carreras sin ganar.
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