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¿Por qué lo he utilizado hoy? Porque este fin de semana hice una buena excursión en moto y en muy buena compañía.
¿Qué tiene que ver lo uno con lo otro? Muy sencillo: Había montones de motos, muchas, en algunos momentos muchísimas, e ibas saludando a las motos que venían de frente, en algunos momentos era un no parar…
¡No paremos! Porque cada vez más detecto que algunos motoristas no saludan… ¡No perdamos nuestra identidad! Somos una “tribu”, somos diferentes y, precisamente a diferencia de otros aficionados, no hacemos distinciones: Todos somos moteros o motoristas, indistintamente de nuestra edad, sexo o tipo de moto… no perdamos esta seña de identidad única.
También monto en bici de montaña. Y cuando me cruzo con otro u otros ciclistas saludo… y más de la mitad de ellos ni me responden. Una verdadera pena que entre ciclistas no exista esa sensación de pertenecer a un grupo, de pertenecer a algo grande. Pero en moto sí existe y no debemos perderla.
Está claro que si te cruzas en plena curva a lo mejor no es buena idea soltarse de una mano. ¡No pasa nada! La seguridad es lo más importante y seguro que el que viene de frente, que probablemente tampoco saluda por el mismo motivo, lo entiende.
Y aquí los pasajeros juegan un papel importante. Cuando voy con mi pareja, que no era nada motera, se sorprendía y me llegó a preguntar “¿os conocéis todos?”… Jajajaja… Le expliqué que no, no nos conocemos todos… pero es como si nos conociéramos. Y la animé a que ella también saludase y ahora lo hace e incluso le divierte. Y cuando paramos a tomar algo o vamos a una concentración se da cuenta: NO nos conocemos todos, pero como si nos conociéramos.
Así que seguiré insistiendo: Uves a TODOS los moteros y motoristas.
Soy un motero atípico. De pequeño me preguntaban si quería más a mi madre o a mi padre y ahora si me gustan más los coches o las motos. No lo sé, pero me gustan mucho. De hecho llevo casi ¡40 años! en esto del periodismo del motor… y no me aburro.
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