Prueba KTM 1290 Super Adventure S 2021: el triunfo de la técnica

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La más moderna maxitrail V2

Como su máxima rival (Ducati Multistrada) ha cambiado radicalmente de motor (ahora V4) la KTM 1290 Super Adventure se ha quedado como la única trail grande, moderna y potente con motor V2. La superventas BMW también es bicilíndrica pero su bóxer pesa bastante más y está lejos de los 160 CV de esta austríaca.

Pero aquí la clave no está en la mecánica, que también, sino en la electrónica: esta moto va equipada al más alto nivel en este sentido, incluyendo sus propias suspensiones inteligentes desarrolladas junto a WP. Es decir, que contamos con modos de motor y todo tipo de "vigilancia" tanto al acelerar (control de tracción ajustable según el pilotaje) como al frenar (ABS en curva y frenada combinada). Pero además las suspensiones también contribuyen a mejorar la eficacia, y la seguridad, también según nosotros queramos que intervenga.

Todas esas posibilidades se pueden ajustar en el menú de fácil manejo (y en español) con dibujos muy claros sobre qué estás tocando. Ah, y un extra destacable: cómodo control de crucero con radar de proximidad que se ajusta a la distancia al vehículo precedente. Puedes elegir cuánto de cerca se activa, aunque para mi gusto el "muy cerca" podría ser todavía algo más ajustado.

Toda esa electrónica, muestra de "lo más" de la tecnología actual, se monta en una moto puesta al día en muchos detalles que si no me equivoco es ya su tercera generación. El motor ha perdido casi dos kg en su paso a la Euro5 con un nuevo cambio más suave y preciso (con QuickShifter+), es más fiable y necesita menos mantenimiento. el chasis se ha modificado ligeramente mejorando la ergonomía, con un depósito de 23 litros y un asiento con dos posibles alturas (fácil de cambiar) y una pantalla ajustable (también fácil).

 

En marcha

Ya desde el primer momento esta KTM 1290 Super Adventure S (la "R" está más orientada al campo con ruedas de 21 y 18 pulgadas entre otros detalles) se siente más cómoda, más ágil y sobre todo más amable. Aunque las circunstancias me obligaron a adaptarme a ella rápido para afrontar lo que te describía al principio, la verdad es que no me costó nada hacerme con ella, no solo "dinámicamente" sino también a nivel de configuración y menús, que cuando ves las opciones puede marear un poco pero luego es todo fácil y evidente.

 

Por empezar por algún sitio, sus cualidades como rutera: entre el control de crucero automático, la posición cómoda (también para pasajero, con más mullido en el asiento incluso), el parabrisas ajustable y la pantalla TFT con su información y opciones, los kilómetros pasan a sus mandos sin darte cuenta. A ritmo alegre (rápido pero aún sin riesgo a perder puntos de tu carnet) el consumo se mantiene muy moderado en torno o por debajo de los 6 litros cada 100 km, igual que en carreteras pilotando "animado".

La contrapartida llega si apuras sus prestaciones y mantienes cruceros muy rápidos (en la frontera del delito en este país): así verás más de 8 litros de consumo medio, demasiado alto, y además tan deprisa esta KTM se vuelve algo sensible a tu posición o la carga que lleves detrás, perdiendo precisión. Es el único momento en que puedo criticarle algo a esta moto: eso, y que en los primeros kilómetros, al mantener un crucero con el motor a unas 4000 rpm me llegaban vibraciones a las manos, que más adelante dejé de percibir. Es posible que fuera "rodaje" pues la moto tenía poco más de mil kilómetros al recogerla.

 

Ese depósito de 23 litros dará mucho de sí en uso normal, incluso a buen ritmo como decía. Para uso diario, recados, etcétera, también esta Super Adventure me parece mucho mejor que sus antecesoras, menos exigente y más agradable, menos "de carreras". Pero cuando dejas de conducir y te pones a pilotar los genes de KTM salen a relucir. Cuando das al contacto (con una estupenda llave presencial que no me falló nunca por cierto) ese "Ready to Race", su lema que aparece en pantalla, te lo recuerda cada vez...

Acción

Tras la RodiBook se me ocurrió pensar esto: si la centralita Bosch IMU, ésa que detecta la posición de la moto y ayuda a "controlar" todo (suspensiones, frenos y motor), registra la información... ¡debió pensar que había metido la moto en una montaña rusa! El caso es que no creo que sea muy frecuente eso de que en una (larga) jornada se hagan más de 600 kilómetros y apenas haya tramos rectos, y sí muchos muy retorcidos con la moto todo el rato inclinada y de lado a lado.

Pero qué mejor prueba que ésa para cualquier moto, y una trail como ésta en particular. Para la moto y para sus "sistemas": el menú te permite elegir si tú pones a punto las suspensiones o ella decide sobre la marcha. Lo primero es posible de forma sencilla, es decir, eligiendo precarga (ideal para cuando llevas pasajero o no por ejemplo) y dureza de amortiguación, lo segundo es todavía más fácil: le dejas a ella todo el trabajo y se va adaptando también en función del modo de conducción elegido, es decir Street, Sport, Rain, OffRoad o Rally, muy autoexplicativos.

Te resumiré qué tal lo hace el sistema: de viaje hacia Viella fui probando "mis ajustes" en diferentes tramos, y una vez allí di una buena vuelta (necesitaba probar la caja de Road Book que me prestaron) con lluvia. El día de la RodiBook probé algún ajuste y enseguida decidí dejarla en automático "a ver". Pues mira: me di cuenta al final de esa larga jornada que, ni una sola vez, eché de menos tocar algún ajuste. Ni una sola vez pensé "esto podría ser más blando o más duro", nunca tuve un solo susto (y confieso que no fui despacio) pese a rodar por todo tipo de firmes (algunos "delicados"). La única vez que la moto hizo algo "obvio" fue cuando el viernes me tocó pasar por un retorcido puertecillo lleno de hojarasca y lloviendo: ahí el control de tracción trabajó cada vez que abría gas (y el ABS en alguna frenada) pero sin aspavientos y dejándome concentrar en lo mío. Resumiendo: sobresaliente.

Después de tantas aventuras a sus lomos confieso que eché de menos esta fantástica moto, tras devolverla. Como digo cada vez que la coges te recibe de buen grado, y si te apetece animarte a sus mandos ella siempre te acompaña. El pasajero va cómodo y no siente vibraciones, aunque sí el genio del motor si te pones en modo piloto. Los neumáticos originales, unos Mitas, agarran muy bien en asfalto bueno o no tan bueno (no sé cuánto durarán), y detalles como la llave presencial, los menús, la pantalla... te facilitan su uso y disfrute. Una candidata muy a tener en cuenta entre las maxitrail actuales que además cuenta con buenas condiciones de financiación en la propia página de KTM.