
Prueba Royal Enfield Classic 500: aguanta en el frente


ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
El concepto de la Royal Enfield Classic 500 Squadron E4 es sencillo, tanto como su construcción y funcionamiento. Es una moto de la II Guerra Mundial fabricada el mes pasado. Inevitablemente, para poder venderse en el mercado europeo, debe superar la normativa Euro4, que si bien apenas afecta a las prestaciones del motor, si lo hace a esa pureza tan clásica, que se ve corrompida por las siglas ABS.
Soldado de infantería
La Royal Enfield Classic Squadron E4 es una moto que te hará sentirte Steve McQueen, o simplemente un anónimo soldado de infantería de la unión motorizada cruzando las Ardenas. Es esa moto que, aunque portes un M1 Garand, la policía te seguirá pidiendo la ITV como si nada, o en todo caso la homologación de la carabina, sin asombrarse de que vayas con un arma de fuego sobre el manillar. Este es el concepto de la Classic 500 Squadron E4, y en ello, pocas, por no decir ninguna moto, lo hace tan bien como ella.
Cuando hablamos de una moto de mitad de siglo XX fabricada el mes pasado no es una exageración, y ello tiene su parte buena, su parte auténtica, genuina… pero también su parte negativa: les ha salido “demasiado bien” – ese fue mi primer pensamiento.
Mientras lo sepas y seas consciente y no le pidas más, tienes algo que ninguna otra marca te va dar, con la calidad de Royal Enfield.
La Royal Enfield Classic 500 Squadron E4 (que de sencillo el nombre tiene poco) es un monocilíndrico de 500cc dentro de una espiga central, sin más miramientos, así consigue un perfecto traspaso de vibraciones, que nos hará descubrir desde el minuto 1, y sufrir a partir de los 100km/h … pero, ¿es de lo que se trataba no?
Debo reconocer, que con pocas motos he sentido y percibido tanta autenticidad y tantas sensaciones circulando a tan baja velocidad. La Royal Enfield logra un despliegue histórico y dinámico a través de sus vibraciones y su inestabilidad, que acabas apreciando. Así que, cálzate tus botas, despídete de tu mujer, abróchate la chaqueta y carga tu M1… bueno eso último no, pero si ya lo tienes, no importa, puedes llevártelo.
En marcha, prepárate
Al margen de todo este clímax conceptual y sensacional, la moto es una auténtica viajera de paso medio; hasta los 100 km/h circula con mucho arranque gracias al portentoso motor, rebosante de par, empuje y vibraciones. Hasta los 120 km/h vas a necesitar un poco más de espacio, ya no solo por la aceleración que precisa superada esa franja de velocidad, sino por los metros de frenada que demandará a más de 100km/h si sucede algún imprevisto. La frenada no es mala, pero es… demasiado “auténtica”, tendrás que apretar con los 4 dedos.
El chasis es un clásico, como su motor, nunca mejor dicho; un monotubular del tipo Churchill, quiero decir, del tipo Harris. Como detalle, comentar que carece de subchasis, por lo que el guardabarros trasero es el que se encarga de dar sustentación al asiento del pasajero. Asiento que se puede quitar y convertirla en monoplaza, con el paso de rueda al descubierto.
El motor, que ya lo mencionábamos al principio, se trata de una máquina de par y no de potencia, su “feeling” es más el de una locomotora a vapor que el de un motor de combustión interna, muy auténtico y muy divertido. Tiene muchísima salida, y una fuerza de recuperación increíble. Tiene una velocidad punta de 140km/h, y alcanza los 120 relativamente fácil, aunque su margen de funcionamiento óptimo es hasta los 100km/h, ideal para carreteras comarcales y secundarias.
Old school
Las suspensiones, el tren delantero es un telescópico convencional, y el trasero dos oleoneumáticos, ambos enfocados para ofrecer comodidad. Su comportamiento en marcha es suave y confortable, te permite circular largas distancias sin resultar dura y cargante. Por el contrario, le resta sustentación: hay que tener cuidado por encima de los 100km/h ya que es propensa a sufrir un cierta inestabilidad que solo eliminarás disminuyendo la velocidad.
En curvas se mantiene muy bien armada, sin perder mucha estabilidad, aunque peca de altura al suelo: en algunas tumbadas es probable que roces la pata o la estribera, sobre todo si eres un piloto pesado.
Pero si andas buscando todos estos aspectos técnico-físicos y como responde desde un punto de vista científico, seguramente no sabrás encontrar lo que ofrece, lo mejor de ella, lo que la hace única, y por supuesto, mejor que ninguna. La Squadron E4 classic 500 es esa moto que compras con el corazón, y no con la ficha técnica en la mano. Es esa que disfrutas tanto encima de ella, como bajado, admirando sus líneas desde el café de la plaza, y no viendo bajar los tiempos o quemando tu tramo favorito. Es esa moto con la que puedes ir al centro, o a los pirineos, que en ambos marcos te va dibujar esa sonrisa adictiva que solo querrás repetir y repetir. Esa es la Squadron E4, y esa es su virtud, la atmósfera que te hace experimentar. Además también te sirve para cuando haya alguna reconstrucción histórica, poder participar sin problema.
Yo quiero una, y con sidecar, mejor.
La moto al detalle...

En 1960 disponías de un velocímetro y un cuentakilómetros. En la Royal Enfield Squadron, igual. Genuinidad por delante, simpleza y austeridad, el cuadro cuenta con lo justo y necesario.

Doble asiento separado, con opción a retirar el asiento del pasajero y dejar el guardabarros trasero al descubierto y convertirla en monoplaza. Sustentación con muelles.

Faro convencional halógeno redondo, con el pequeño detalle de la visera, que le da un aire II WW, y unas lices de posición encastradas a los lados del foco principal (externas)

Monocilíndrico de 500cc classic, el propulsor típico de Royal, desbordante de carácter y personalidad, y carente de prestaciones indomables, pero con un par motor altísimo para su escasa potencia.

A pesar de que dispone de de arranque eléctrico, en Royal Enfield no han querido privar a la Squadron e4 de nada de lo que llevaba en sus modelos de antaño, y dispone de un arranque a patada para poner en marcha este monocilíndrico de 500cc. Tendrás que estar en forma para ello.

La Squadron E4 dispone de una “guanterita” lateral bajo el asiento, que no deja de ser una “tartera” que se abre con llave, en donde encontrarás un pequeño set de herramientas indispensables.

La Royal Enfield Squadron e4 monta un único freno delantero de 280mm y pinza de un pistón con sistema ABS
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