Destacados:
Cuando cumplimos el sueño de tener nuestra primera moto tras superar esos pequeños "trámites iniciales" como sacarse el carnet o elegir moto, pensamos que ya lo sabemos todo. Pero hay algunos detalles que son básicos y que, por su sencillez, a veces obviamos.
Tanto tiempo soñando con tener tu propia moto y, tras superar esos trámites pequeños iniciales como pueden ser obtener el carnet de moto o decidir qué moto te vas a comprar, por fin ha llegado el día: vas a salir por primera vez con tu nueva moto. Pero ahora toca lo más difícil: aprender a conducir. Sí, porque todos sabemos que aunque, en principio, en la autoescuela conseguimos un manejo básico, el aprendizaje es continuo y hasta que no sales en tu primera ruta no te das cuenta de lo verde que estás. De hecho, hasta pasados unos meses no serás consciente de lo verde que empezaste.
Por ese motivo y para que no te saquen los colores, aquí tienes unos consejos iniciales para que, aun estando verde, no te saquen los colores por ser principiante.
Sabemos que no es práctico ponernos un mono de cuero cuando cogemos la moto para ir a comprar pero, aunque sean trayectos cortos, es importantísimo ir bien equipado. Es imprescindible el uso de un buen casco homologado, una chaqueta con sus correspondientes protecciones y los guantes; pero es aconsejable proteger también la parte inferior con unos pantalones de cordura o kevlar y unas botas o botines especiales para moto. Y esto es porque cualquier caída, por tonta que sea, puede causarnos graves consecuencias.
2. Elección del casco
La elección del casco es siempre la más importante después de elegir la moto que quieres. Independientemente del tipo de casco que elijas, tienes que asegurarte de que está homologado y que va a ofrecerte toda la seguridad posible en caso de caída. Para ello es muy importante que te fijes en el material de la calota y, si tu previsión inicial es tenerlo durante muchos años, te decantes por cascos de fibra o tricompuestos ya que el policarbonato se puede degradar con el uso. Así también, es muy importante que el casco sea cómodo y no te haga daño. Tienes que asegurarte de que es de tu talla, que al ponértelo no se te mueve y que, a la vez, no te haga daño. Es muy recomendable que lo tengas puesto varios minutos para cerciorarte de que no te presiona en ninguna parte de la cabeza. Si te hace daño, no es tu talla; y si al cambiar de talla sigue sin adaptarse bien, no es tu marca. Pruébate todos los cascos que necesites hasta encontrar el modelo ideal para ti. Y un detalle final: el casco siempre abrochado, que a veces se olvida.
3. Una braga en el cuello haga el tiempo que haga
La braga es un elemento indispensable en invierno ya que nos mantiene el cuello caliente durante las rutas pero, además, nos protege de las picaduras de los miles de insectos con los que nos cruzamos en una ruta. Por este motivo, si cuando sales llevas el cuello al descubierto (como sucede con un mono de cuero) es recomendable llevar siempre una braga o similar y, si hace muchísimo calor, llevarla humedecida o mojada producirá una sensación de frío que ayudará a combatir las altas temperaturas.
Es normal que las primeras veces que subes a la moto vayas muy tenso, es una sensación nueva para ti y hasta que no eres consciente de que eres tú el que domina la moto y no al revés, no te relajas. Por este motivo, cuando somos principiantes tendemos a sujetar firmemente el manillar y esto es un error por varios motivos: Cuando agarramos con fuerza la moto, todas las vibraciones que se producen durante la conducción se transmiten a nuestro cuerpo por los brazos, por lo que nos nos sentiremos cansados mucho antes y terminaremos con las manos, los brazos, los hombros y la espalda doloridos. Esta tensión también repercute en la conducción ya que esas mismas vibraciones las volvemos a transmitir a la moto impidiendo una conducción completamente segura. Lo ideal es pilotar con los brazos relajados, con las manos ligeramente apoyadas en el manillar y sujetándonos a la moto con el cuerpo y las piernas, lo que nos asegurará una conducción más suave y segura.
5. Utiliza el freno trasero
La frenada de una moto es un arte que pocos dominan a la perfección pero para acercaros un poco a ella es recomendable, a la hora de frenar, accionar primero el freno trasero e inmediatamente después el delantero. Si frenas solo con el freno delantero todo el peso de la moto se desplazará a la rueda delantera por lo que la trasera no tendrá superficie de contacto suficiente con el suelo como para asegurar una frenada satisfactoria. Sin embargo, al accionar primero el freno trasero, el peso de la moto se desplazará ligeramente a la rueda trasera asegurándonos una tracción correcta que, junto con la acción del freno delantero, equilibrará el peso de la moto a ambas ruedas y nos asegurará una frenada más eficiente.
A la hora de llegar a una curva hay que adaptar la velocidad de la moto, frenando si es necesario, antes de entrar en ella para después ir acelerando progresivamente a la salida. Pero si durante el proceso debes frenar porque vas a una velocidad excesiva o porque has tenido cualquier otro problema, acciona suavemente el freno trasero, mejor que el delantero. Esto te ayudará a corregir la trayectoria y salir de la curva airoso. Si frenas con el delantero, la moto normalmente dejará de inclinarse y querrá irse recta, por lo que podrías salirte de la curva. Por este motivo, el uso del freno delantero en curva es bueno evitarlo. Lo ideal es llegar siempre a la curva con la velocidad adecuada pero, si no te queda más remedio que frenar, el freno trasero será un gran aliado.
No te puedes perder: La frenada de emergencia en moto: Esto SÍ, esto NO
La gestión de la mirada es un punto muy importante a la hora de pilotar una moto. El lugar hacia el que diriges tu mirada es el punto exacto al que va a ir tu moto. Por este motivo, al entrar en una curva debes mirar directamente hacia el final de la misma. Y si te encuentras algo que quieres evitar, mira hacia la escapatoria, nunca hacia ese elemento porque de ser así, en vez de esquivarlo, irás directo hacia él.
Por suerte o por desgracia no vamos solos en la carretera, por este motivo hay que tener mucho cuidado con el resto de vehículos que nos podemos encontrar en la vía por la que transitamos. Por este motivo siempre es recomendable que, tanto en movimiento como durante las paradas en un atasco, nos situemos en un punto en el cual podamos ver al conductor del otro vehículo por su propio retrovisor. Si podemos verle a él, nos aseguraremos de que nosotros estaremos siendo vistos y esto nos evitará muchos problemas. Para ello también es recomendable vestir prendas con colores vivos y reflectantes, esto último sobre todo si vamos a conducir por la noche.
9. Si algo en el suelo ves al pasar, a conciencia lo tendrás que evitar
Cuando rodamos todos soñamos con una carretera limpia y bien asfaltada pero no siempre es así. Tenemos que estar bien atentos a cualquier elemento que pueda dificultarnos la conducción, por lo que es recomendable evitar tanto las marcas viales pintadas en el suelo, como por ejemplo, un paso de cebra, como las manchas visibles que pueda haber en la vía porque no sabemos si es agua, aceite o cualquier otro líquido que pueda disminuir la tracción o hacer que lleguemos a tener una caída. También hay que tener mucho cuidado con esas líneas negras y serpenteantes que encontramos en la carretera, que no es otra cosa que un sello para arreglar grietas sin tener que asfaltarlo todo. Este tipo de líneas son muy resbaladizas y según el nivel de inclinación de la moto podremos, incluso, caernos.
10. Ve a tu propio ritmo y ten mucha cabeza
La velocidad es algo que a todos nos apasiona pero hay que ser conscientes de que la carretera no es un circuito y que además, cuando estás empezando, todas las sensaciones son nuevas y el dominio con la moto es casi inexistente. Por esto, y más aún cuando todavía eres un principiante, no debes entrar en piques tontos ni intentar ser el más rápido de tu grupo. La moto es para disfrutar y cada uno tiene un ritmo distinto. Es recomendable realizar cursos de conducción para conocer tus propios límites y los de tu moto. No des más del 70% de lo que puedes dar encima de una moto y podrás salvar cualquier imprevisto con el que te puedas encontrar. Si vas al 100% no tendrás capacidad de reacción.
Amante de las motos desde que tengo uso de razón, llevo toda la vida sobre dos ruedas. Tras realizar colaboraciones en distintos medios, en Moto1Pro he hecho de mi pasión, mi modo de vida. Curiosa, analítica y muy digital, además de probar motos, coordino la redacción con mano de hierro en guante de seda.
Relacionados