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Vídeo: Los 10 fracasos más sonados del mundo de la moto

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Las motos también han tenido muchos modelos fallidos, fracasos por conceptos técnicos o bien porque el público no lo entendió. Esta es nuestra primera selección de las 10 más destacadas.

Motos sorprendentes, innovadoras, originales… o simplemente feas. De todo hay en esta lista de motos con un denominador común: Todas fueron un fracaso. Más grande o más pequeño, pero un fracaso. Eso sí, seguro que si no todas, algunas te van a sorprender.

Aunque estás diez motos hayan sido un fracaso soy de los que valora mucho la valentía de las marcas por explorar nuevos caminos. Detrás de estas 10 motos en todos los casos había buenas ideas y de hecho es lo primero que os vamos a contar. Pero en unas no se plasmaron con brillantez y en otras se adelantaron demasiado a su tiempo.

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Vamos con la lista por orden alfabético.

Vespa 150 TAP, “A la guerra en Vespa” (1956)

La idea era muy buena: ¿Qué problema tiene un paracaidista si llega vivo al suelo? Moverse rápido y bien armado. Así que los franceses de ACMA Ateliers de Construction de Motocycles et Automobiles partieron de una Vespa e hicieron este invento de TT armado con un cañón de 75 mm. Incluso estaba previsto un sistema para disparar en marcha que evitase el retroceso.

Yamaha U5E. La “lady Yamaha” (1965)

Otra idea buena sobre el papel: Una moto para mujeres. Lo que pasa es que una moto para mujeres debería ser algo más que partir de una moto normal, pintarla de rosa, montar una cesta en el manillar y poner flecos en el sillín.

OSSA Urbe, “proyecto crisis” (1980)

La idea en este caso: Un vehículo de dos ruedas con el comportamiento de una moto y la limpieza y practicidad de un Scooter. Esta era la idea de los directivos de la marca para salir de la crisis en que estaba sumida.

Honda ATC. O sobra, o falta una rueda (1980)

Otra idea brillante cobre el papel: Un vehículo con las posibilidades de una moto de TT pero al alcance de todos los público, porque no había que mantener el equilibrio. Ya había Trikes desde los ’70, pero con motores de 50 o poco más. Pero este, ya más potente no se caía como una moto, pero volcaba fácilmente y todo el peso iba a parar sobre su conductor.

BMW K1 “El ladrillo volador” (1988)

En este caso la idea era un poquito desesperada: Sustituir con aerodinámica y chasis la falta de potencia en una deportiva. Pero es que los japoneses y los italianos, en esos años, ya ofrecían motos muy deportivas con chasis decentes y buena aerodinámica.

Gilera CX 125, una Show Bike de calle (1991)

Otra buena idea: Hacer de una “Show bike” una moto rompedora. También pretendía ser una Bimota asequible. Lo más destacable su suspensión delantera y carrocería integral. La suspensión delantera hasta tenía nombre en clave SSS, Single Suspension System y se hizo en colaboración con la empresa de horquillas Paioli.

Suzuki XF 425, tracción total (1991)

¡Ojo! En este caso, hablamos de un prototipo que nunca se produjo. Pero me ha parecido interesante. En este caso la idea era hacer una moto de tracción total, con las dos ruedas motrices. Para ello contaba con un sistema complejo a base de cadenas que llevaban la tracción a la rueda delantera que llevaba una horquilla tipo Earles.

Aprilia Moto 6.5, con chasis de goma (1995)

Te advierto una cosa: Esta moto, hoy día, es objeto de culto por los coleccionista, por su exclusividad y rareza. En este caso la idea era hacer una moto “bella” por encima de todo. La dibujó el prestigioso diseñador francés Philippe Starck y a mí me parece bonita.

BMW C1, “con techo y sin casco” (2001)

La idea: Una moto que se pueda llevar sin casco y que no te mojes cuando llueve. Para mí, era una mala idea. Para muchos potenciales usuarios de moto, que no iban en moto, la idea no les parecía tan mal.

Honda DN-01, ¿la moto del futuro? (2008)

Alguien tuvo una idea: Y si mezclamos una custom y un maxiscooter.  La idea no parecía mala sobre el papel, pero solo duro dos años… Y eso que era un proyecto serio, una moto que debía ser fácil de llevar con tecnologías como el cambio automático…

Espero que os haya gustado este desfile de imaginación. Si es así, podemos hacer una segunda parte… ¡porque al menos otras 10 seguro que salen!

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