Arbitrario viene de Árbitro, y de Arbitraje

Ojo, que no tiene por qué ser mala. Hay que arbitrar de la misma forma todo, pero Dirección de Carrera acaba de hacer borrón y cuenta nueva. Voy a ver si consigo escribir esto ligerito, no hace falta que te cuente los detalles: si me estás leyendo, además de estar muy mal de lo tuyo es que has visto lo de la Qualy entre Marc Márquez y Maverick Viñales, de sobra.

Al final, tres posiciones para atrás. Veinte minutos antes de oficializarlo, sueltan el rumor de que serán cuatro y chequean reacciones. El famoso VAR que van a poner en el fútbol es la herramienta que tiene MotoGP desde hace décadas… Se van a cagar, los del balón. Al grano, Lacave. La gente está cabreada o feliz; y tú perdido. Hace un lustro, más o menos.

Álex Rins ha dicho en la tele:  “al final todos sabemos dónde están los límites”. Esa es la clave. El límite es cagarla o no cagarla, en la pista. Y el propósito de enmienda. Marc no lo tiene; porque se apellida Márquez; y no Bartra, pongo por caso. Y no van a marcarle nada a fuego, ni siquiera un #93, como si fuera un becerro de mi tío el ganadero del campo de Cádiz. Ya ha dicho que va a seguir pilotando como sabe. Y yo que me alegro. Pero ése no es el tema.

El tema es que el arbitraje de la pole de MotoGP, este sábado en la “gravera” de Austin (el peor circuito del calendario, así lo ha definido Aleix Espargaró, con razón) ha tenido un punto de “arbitrario” al estrenar la anunciada “mano dura” con Márquez; y eso que han salvado la papeleta al pillar con unas cámaras lejanas a Pol Espargaró en una situación similar con Luthi: tres para atrás, también para el de Granollers.

El de Cervera, por su parte, dice que no se siente en el punto de mira… Porque sabe que está en el punto de mira. Desde Moto2, más o menos. Lo he contado mil veces. La estrella Márquez enamoró a las instituciones de MotoGP casi al mismo tiempo que empezó a acojonarles, por su arrojo caníbal. Ahora ha quedado claro: que nadie mire atrás, hay borrón y cuenta nueva, dicen ellos, me repito yo.

Pero, claro, es imposible: la única curva polémica que hemos dejado de visitar es el Sacacorchos; en quince días estamos en la entrada a meta en Jerez… Insisto: yo no me quejo; la nueva era nos enseña el camino del fútbol, donde se habla, se vive de hablar, o sea, del árbitro y no del partido. Pues vamos a ello. Hablaremos del arbitraje y de la arbitrariedad, que será inevitable, como imposible será aplicar el mismo rasero en cada circunstancia y con cada protagonista. Viñales y Márquez, con su lección de la foto en el parque cerrado, lo han dicho en rueda de prensa: “que sea igual para todos, en MotoGP, Moto2 y Moto3”. Adelante con los faroles, como decía el clásico, que no maestro. Vamos a tener una borrachera de polémicas que tal vez nos lleve a una resaca contraproducente. O no. Ya veremos. FútbolGP, año cero: bienvenido. Ya estabas tardando en llegar.