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Moto1Pro te trae las primeras sensaciones de la BMW S1000XR, la nueva trail alemana de corte superdeportivo con la última tecnología, sensaciones fuertes y mejor confort.
Se puede decir sin lugar a equivocarnos que BMW Motorrad es una marca de referencia en el segmento trail. Su BMW R1200GS ha cosechado los mayores éxitos en este tipo de motos viajeras y aventureras. Y es que sus cualidades han arrasado definitivamente en estos años, pero evidentemente la competencia no se queda de brazos cruzados y ha ido sacando novedades con distintos matices, mas offroad o más asfálticos, con distintas disposiciones de motor o con mayor o menor tecnología.
En este orden de cosas, BMW decidió lanzarse a ese segmento de motoristas que quieren huir levemente del concepto GS por distintos motivos. Para ello, se ha presentado la BMW S1000XR. Como su nombre ya te habrá sugerido, esta trail se basa en las superdeportivas S1000RR y HP4 y la naked S1000R y su motor cuatro cilindros de altas prestaciones.
Con él y las oportunas modificaciones, se ha conseguido una BMW S1000XR con virtudes conocidas de rendimiento, seguridad y tecnología pero con un plus de confort que elevan a la máxima potencia el concepto "Adventure Sport". Es decir, se trata de una mezcla de aires deportivos y de turismo, todo ello condimentado con emociones fuertes, aunque dejando de lado los posibles escarceos offroad, ya cubiertos de sobra por la familia GS.
Para empezar, hay que hablar del motor cuatro cilindros en línea. Se utiliza el ya dulcificado motor de la roadster S1000R que rinde 160 cv de potencia y 112 Nm de par máximo. Como cabe esperar, su rendimiento es exquisito cuando hablamos de exprimir prestaciones y sentir emociones fuertes. Su reajuste en la naked le viene al pelo a las necesidades trail de la S1000XR con una respuesta muy correcta en bajos y medios regímenes, perfecta para una conducción viajera o cuando se lleva acompañante. Bien es cierto que sentimos unas ligeras vibraciones en el manillar cuando ruedas a medio gas (entre las 5000-6000 rpm) que puede ser un tanto molesto en un viaje largo. Pero, no lo vamos a negar, las verdaderas prestaciones de la moto saltan en la 'zona roja' del cuentarrevoluciones, cuando buscas las máximas prestaciones del motor y sus 160 cv en toda regla más allá de las 10.000 rpm.
En cuanto al resto de cualidades, se parece mucho a la S1000R, ya que comparte el chasis de doble viga de aluminio con motor autoportante, pero con manillar ancho y alto y una protección acorde a las inquietudes trail. El comportamiento es menos radical que la roadster, en lo que ayuda toda su ergonomía, y cuenta con 2,5 litros extra de capacidad del depósito de gasolina llegando ahora a los 20 litros.
La tecnología desarrollada en la competición llega al usuario. Esta frase parece un tópico, pero cobra sentido más que nunca en esta XR. La electrónica y la tecnología se ha plasmado en esta máquina que sorprende por su equipamiento, aunque para tenerlo tendrás que empezar a sumar cifras en el precio final de la versión básica.
Por un lado, la BMW S1000XR incluye de serie dos modos de conducción, Rain (reduciendo a 148 cv) y Road, y un control de estabilidad ASC de serie que te hacen ir con mucha tranquilidad a bordo de esta bestia. La unidad que probamos montaba dos modos de conducción adicionales que se obtienen con el pack opcional PRO: Dynamic y Dynamic Pro, mucho más agresivos, claro está. Los cuatro tienen diferentes entregas de potencia y diferentes respuestas al puño, lo cual se agradece teniendo en cuenta los diferentes usos que le puedes dar. Con ellos también se equipa opcionalmente un sistema de control dinámico de tracción DTC espectcular, anti-wheelie y ABS Pro con frenada combinada y sensor de inclinación en curva. También opcionales, llega con suspensiones electrónicas ESA (Electronic Suspension Adjustment). Esta mezcla es realmente asombrosa cuando te ves obligado a realizar frenadas bruscas en medio de una curva. Sigues controlando la moto y sus movimientos (atentos al amortiguador de dirección) evitando que se bloqueen las ruedas. Además, gracias al trabajo electrónico, sientes que sigues trazando la curva y la moto no tiende a levantarse e irse recta, como suele ser habitual. Desafío a la física...
Cuando quisimos exigir lo mejor de esta BMW S1000XR, ni se despeinó. Las suspensiones con horquilla invertida y basculante de doble brazo detrás responden de manera óptima mientras la electrónica va adaptándolas a las necesidades a tiempo real, según el modo que hayas elegido. Tú no notas nada raro. Más bien al contrario, parece que la carretera siempre está en perfecto estado ya que la deportiva trailera alemana ni se inmuta. A esto hay que sumar el cambio semi-automático mucho más afinado, directo y preciso que en la nueva BMW R1200RS que probamos el mismo día. Los frenos Brembo detienen a la bestia de 228 kg sin problemas y con una progresividad muy destacable para una moto de corte tan deportivo. O las luces diurnas, las luces de curva, el control de crucero, la clara y fácil instrumentación, los puños calefactables, la preinstalación para el navegador, la preinstalación para las maletas, muy bien solucionado estéticamente por cierto, la doble posición de la pantalla (mejor ajustarla manualmente en parado) o la siempre práctica toma de 12V.
En BMW, lo reconocen, quieren atacar a un segmento asfáltico y deportivo muy concreto y en alza en los últimos años, y que ahora está muy controlado por la Kawasaki Versys 1000 y la tecnológica Ducati Multistrada.
La BMW S1000XR ya está a la venta a un precio base de 16.950 euros. Tienes más información detallada del modelo, ficha técnica y opciones en la web de BMW Motorrad.
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