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Hacía 20 años que no veíamos a Suzuki ganar un título en el Mundial de Motociclismo. Ahora, año 2020, en MotoGP de manos de Joan Mir y entonces, año 2000, en 500 por cuenta de Kenny Roberts Jr. Sin embargo, los éxitos de Suzuki en el, llamémoslo así, “Mundial de Motociclismo”, vienen desde mucho más atrás y de hecho conseguido este año es el séptimo que se lleva la firma japonesa.
Aunque son siete los títulos son seis los nombres protagonistas de esta historia de velocidad sobre dos ruedas: Barry Sheene, Marco Lucchinelli, Franco Uncini, Kevin Schwantz, Kenny Roberts Jr. y Joan Mir. Eso si nos finamos en la categoría reina del Mundial de Motociclismo como tal, hoy llamado MotoGP, pues antes, mucho antes, en 1962 el alemán Ernst Degner ganó el primer campeonato del mundo para Suzuki en el Mundial de 50 cc.
Suzuki, como tal, nació en 1909 de manos de Micchio Suzuki como una empresa mecanico-textil. La recesión que llegó tras la Segunda Guerra Mundial hizo explorar otros campos y en 1952, dirigida por Shunzo Suzuki, fabricó un motor dos tiempos de 36 cc, pasando poco después a los ciclomotores de 50 cc completos. A partir de 1954 el progreso en este campo fue tal que olvidó para siempre su pasado textil. Y las cosas fueron rápido, porque en 1962 ya estaba ganando el mencionado Mundial de 50 cc. La guerra con sus principales rivales, Honda, Yamaha y Kawasaki, estaba servida.
Para cuando Suzuki comenzó a destacar en la categoría de 500 cc el Mundial llevaba 16 años consecutivos en manos de MV Agusta. Pero a partir de 1975 las cosas comenzaron a cambiar, ese año el Mundial de 500 fue para Yamaha y Agostini, pero en 1976 llegaron los triunfos de la pareja formada por Suzuki y Barry Sheene.
La RG 500 de 1976 empezó a ganar nada más llegar y con Barry Sheene al manillar las alegrías no se hicieron esperar. Ese año Sheene consiguió cinco victorias pero Lucchinelli, Lansivuori y Read ayudaron a que Suzuki se pusiera en lo más alto.
Al año siguiente, en 1977, la pareja Suzuki-Sheen volvió a alzarse vencedora con victorias en Venezuela, Alemania, Italia, Francia, Bélgica y Suecia. En total de 11 carreras Suzuki ganó en 9 de ellas. La Yamaha de Steve Baker poco pudo hacer ante el dominio de la marca de la “S”.
La racha de Suzuki podría no haber acabado si no hubiera sido por Keeny Roberts “el Marciano”, quien con su Yamaha consiguió tres títulos seguidos y siempre con una Suzuki en segunda posición, primero Sheen, después Virginio Ferrari y en 1980 Randy Mamola.
En 1981 le llegó el momento a Marco Lucchinelli, quien con su RG500 se impuso a la RG500 de su compañero Mamola, pero también a Kenny Roberts y su Yamaha YZR500 y a su ex compañero Barry Sheene, entonces ya con Akai-Yamaha. Lucchunelli consiguió cinco victorias ese año y hasta la última carrera, disputada en Suecia, no consiguió imponerse sobre Mamola.
Lucchinelli, que había comenzado su carrera deportiva en 1875 sobre una Laverda, tras ganar con Suzuki en 1982 aceptó una oferta de Honda para competir con su nueva NS500 de tres cilindros junto a Freddie Spencer y Takazumi Katayama. Sin embargo, el italiano no tuvo la suerte que esperaba y se volvió a imponer una Suzuki, la de Franco Uncini.
La cosa cambiaba en 1982. Lucchinelli se había ido y Suzuki presentaba sus nuevas “XR Gramma” con bastidores tubulares de aluminio y sección cuadrada, además de antidive y “Full Floater” monoshock, capaces de ofrecer 125 CV a 11.000 vueltas. Fue el momento de Franco Uncini. Con esta victoria se cerró un ciclo de siete años en el que Suzuki había conseguido cuatro títulos y tres subcampeonatos, ni más ni menos.
En 1983 la mejor Suzuki fue la de Randy Mamola, que fue tercero, y al final esa temporada la marca decidió retirarse de la categoría reina durante una temporada.
Tuvo que transcurrir toda una década hasta que volvimos a ver a Suzuki en lo más alto. Kevin Schwantz hizo su aparición en 1987 con el Heron Suzuki. Fue subcampeón en 1990 por detrás de Wayne Rainey, tercero en 1991 y cuarto en 1992, pero en 1993 todo cambió.
Rainey llevaba tres años ganando con su Yamaha pero una grave caída en Misano en septiembre de 1993 le retiró de la competición para siempre. Y le llegó el momento a Schwantz. Aun así Rainey quedó subcampeón esa temporada. La última carrera de la temporada la ganó Alex Barros con la Suzuki RGV500 del equipo Lucky Strike, demostrando que la Suzuki era una moto ganadora incluso fuera de las manos de Schwantz.
En 2002 llegaron las MotoGP de cuatro tiempos, pero antes de terminar la era de las 500 dos tiempos Suzuki aún tenía algo que decir. Fue en el año 2000 y gracias a Kenny Roberts Jr. Ya en 1999 fue subcampeón por detrás de Alex Crivillé pero los resultados del año 2002, donde consiguió 4 victorias y subió 9 veces al podio, le permitieron alzarse con el título. Sin embargo, al año siguiente Roberts solo consiguió una undécima posición en la clasificación final.
A partir de ese momento Suzuki empezó a desaparecer poco a poco y su última victoria fue la de Sete Gibernau en Valencia 2001. La llegada de MotoGP hizo que la marca fuera prácticamente invisible y, cuando las dificultades económicas llegaron, Suzuki se despidió del Mundial de MotoGP hasta nuevo aviso.
Suzuki no volvió a MotoGP hasta 2015 y los encargados de ponerlas en pista fueron Maverick Viñales y Aleix Espargaró. La nueva GSX-RR empezó a demostrar que Suzuki había hecho un buen trabajo antes de reaparecer en escena y en 2016 Viñales subió a lo más alto del cajón de Silverstone. Una buena racha que no tuvo continuidad en 2017.
En 2018 las Suzuki se volvieron a ver en el podio de manos de Andrea Iannone y Álex Rins, quien al año siguiente ya tendría como compañero a Joan Mir.
2020 ha sido un año atípico y caótico por muchos motivos, a nivel mundial por la pandemia de la Covid-19 que lo ha trastocado todo, y deportivamente en el mundo del motociclismo por la lesión que dejó a Marc Márquez fuera de juego durante gran parte de la temporada. Joan Mir ha demostrado el potencial de la Suzuki, su excelente regularidad y el coraje necesario para imponerse en un año de locos en el que cada carrera los pilotos del podio parecían salir elegidos al azar. Pero incluso así, Mir lo ha puesto todo en cada gran premio y no le hizo falta llegar a la última carrera de la temporada para ya alzarse Campeón del Mundo de MotoGP en el Circuito de Valencia.
Comencé sobre dos ruedas en una Bultaco Chispa y antes de terminar la carrera de periodismo ya trabajaba en una revista especializada, donde me formé y empecé a escribir de motos. Formo parte del equipo de Moto1Pro desde hace casi 10 años y procuro aportar todo lo posible desde mi “joven” experiencia.
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