La publicación digital del motociclismo
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La publicación digital del motociclismo
Lo hemos dicho alguna vez pero, con tu permiso, insistimos. Transformar una BMW, Harley-Davidson u otra moto gorda tiene mérito pero hacerlo con un humilde modelo de 500 cc nos parece digno de elogio. Pero esa no es la razón por la que traemos a estas páginas digitales la Honda CL500 que ves aquí, sino por el excelente resultado final.
En su ciberpágina, los responsables de Motoism (¡gran nombre!) aseguran que su compañía es “sinónimo de diseño y facilidad de uso. Desarrollamos componentes para el motorista del mañana, utilizando los procesos de fabricación más avanzados de Alemania”. Vamos, que humildes tampoco parecen…
La belleza, como tantos otros asuntos es subjetivo. Depende de la mirada del sujeto, y cada individuo tiene la suya. Dicho lo cual, nos atrevemos a decir que la mayoría estará de acuerdo que con las piezas de Motoism, la Honda CL500, ya de por sí un modelo agraciado, adquiere una pátina especial.
Los compañeros de bikeexif.com presentaron esta especial Honda CL500 que han realizado los artesanos de Motoism con la colaboración de Honda Alemania. Los artistas de Múnich, en vez de elaborar ejemplares únicos han decidido ofrecer piezas especiales para algunos modelos establecidos. Así que aquellos que deseen personalizar su moto pueden tirar del catálogo de la compañía.
La preparación consta de solo cinco piezas que se acoplan sin mayor problema al modelo de serie. Los cambios comienzan por la careta del faro, mientras que los intermitentes delanteros de LED van en los extremos de unas piezas que se montan en la horquilla. En vez de ir en horizontal, como suele ser habitual, están colocados de manera vertical. El guardabarros anterior (una minúscula aleta) es otra de las piezas de diseño propio, al igual que el grupo óptico posterior (hay que hacer dos agujeros para montarlo) y los intermitentes traseros. El conjunto se completa con un portamatrículas diferente al de serie.
Un detalle muy de SUV gringo es el posavasos en el manillar, algo que quizá no tiene mucha utilidad pero que se puede interpretar como un toque desenfadado. “Nunca había visto uno en una moto y si no lo tuvieses en tu coche lo echarías de menos. Es algo informal que va con el espíritu de relax de la moto”, explicó Ben Ott, fundador de Motoism. Pues bien, ¿la tuya la quieres con posavasos o sin él?
Tras estudiar periodismo e inglés, en los 80 me publicaron una entrevista con Kenny Roberts y desde entonces estoy en este mundo. Dispuesto a aprender hasta la caída de la bandera ajedrezada.
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