Moto1pro
Aceite moto

¿Qué aceite le echo a mi moto? Las claves para acertar con tu lubricante

El motor de tu moto se compone de infinidad de partes mecánicas y móviles que necesitan estar lubricadas para no dañarse entre sí. Pero como no todos los motores son iguales tampoco todos los aceites son iguales. Te explicamos cómo escoger el mejor para tu moto.

Facebook
Twitter
Whatsapp
Redaccion Moto1pro
Redacción Moto1Pro
Autor Foto
Marcas
Fecha26/02/2020
Aceite moto
Facebook
Twitter
Whatsapp
Redaccion Moto1pro
Redacción Moto1Pro
Autor foto
Marcas

Fecha26/02/2020


Que tu moto cuente con un buen aceite es básico para la salud mecánica de su motor. Pero cuando echas un vistazo a la tremenda variedad que ofrece la industria de los lubricantes la duda es lógica ¿Qué aceite le echo a mi moto? Y lo que es aún más importante ¿Por qué ese aceite y no otro? Aquí te vamos a dar unas cuantas claves para que aciertes de lleno al elegir el mejor aceite para tu moto.

No todos los motores son iguales, y por tanto no todos los motores necesitan el mismo tipo de aceite. Esa es la razón por la que encuentras tantos aceites distintos en las tiendas. Y aunque sería más sencillo que todos utilizaran el mismo lubricante, a la hora de la verdad ni todos los motores tienen las mismas necesidades ni todos gozan de las mismas condiciones de trabajo.

Entonces ¿Qué aceite le echo a mi moto? ¿La que dice el fabricante? ¿La que dice mi taller? ¿La que me recomiendan mis colegas moteros? Para empezar, toma como referencia el aceite indicado por el fabricante, nadie mejor que él conoce las necesidades del motor de tu moto. Pero no viene mal saber por qué es ese aceite el indicado para tu moto, y no otro, y qué significan todas las indicaciones que encuentras en los botes de aceite que existen en el mercado. Quizá, comprendiéndolo, puedes dar con la clave de por qué tu taller de confianza te puede sugerir una variación respecto a lo que recomienda el fabricante.

Eso sí, si no tienes una moto destinada a competir en circuito, sino que tu moto es una moto estándar con la que circulas por ciudad y carretera, descarta todos los aceites de competición. No caigas en el error de pensar que pueden ser mejores para tu moto, pues esos aceites están pensados precisamente para motores de competición, que posiblemente no sea tu caso. Están pensados para trabajar a unas temperaturas que no alcanzará el motor de tu moto, por lo que su viscosidad nunca será la apropiada y tampoco su protección. Para entender todo lo demás, ten en cuenta las siguientes claves que te damos para acertar con tu lubricante.

Aceite moto

La viscosidad del aceite y la normativa SAE

Un aceite, como cualquier líquido, tiene un determinado grado de viscosidad, y en los aceites utilizados como lubricantes podemos encontrar diferentes niveles de fluidez. Esta viscosidad, además, dependerá también de la temperatura a la que se encuentre. Quien regula y fija los diferentes niveles de viscosidad es la SAE (Society of Automotive Endinners), pues aunque existan otras escalas es esta Sociedad de Ingenieros de la Automoción la que ha prevalecido en el mercado.

La normativa SAE J es la que nos dice cómo de viscoso es un aceite, pero para ello también se ha de tener en cuenta la temperatura de trabajo del motor. Un propulsor tiene una temperatura óptima de funcionamiento y el aceite que elijamos ha de estar preparado para conseguir la mejor lubricación posible a esa temperatura en concreto. Así que para empezar, dependiendo de la temperatura que alcance el motor de nuestro moto, así deberá ser el aceite que utilicemos para lubricarlo.


Aceites monogrado: cuando la viscosidad no varía

Además de la temperatura del motor también hemos de tener en cuenta la temperatura ambiente, ya que dependiendo de ella el aceite estará de un modo u otro antes de ponerlo en marcha. Un aceite monogrado es el que tiene una viscosidad que no varía dependiendo de la temperatura ambientes, es decir, su viscosidad no se adapta a las circunstancias. El grado de variación existe, pero es mínimo, y si vivimos en una zona donde la temperatura en invierno es muy diferente a la temperatura en verano, entonces necesitaremos un aceite específico para cada época del año, y eso por lo general no sale a cuenta.

¿Cómo saber cuándo un aceite es monogrado? Sencillo: mirando su etiqueta. La nomenclatura utilizada en los aceites monogrado es la que se compone de Número + W. El significado de esa W es Winter (invierno en inglés), y dependiendo del número que lleve delante la viscosidad será mayor o menor. Los aceites diseñados para trabajar en zonas de baja temperatura, y que matendrán su fluidez incluso cuando hace frío, son los comprendidos entre 0W y 25W. Por otro lado, los aceites monogrado de verano son los que están entre los SAE 20 y 60, pero… seamos realistas ¿Realmente vamos a cambiar el aceite de nuestra moto dependiendo la época del año? ¿No hay una solución para evitar este engorro? Sí, los aceites multigrado.

Aceite moto
Aceites multigrado: cuando la viscosidad sí varía

Estos son los aceites que nos interesan. Los aceites multigrado son los más extendidos y utilizados pues se adaptan a los cambios de temperatura, por lo que se puede utilizar el mismo aceite a lo largo de todo el año, vivas donde vivas. Como son capaces de mostrar un comportamiento a baja temperatura (invierno) y otro muy distinto a alta temperatura (verano), su denominación ha de indicar ambos valores. Por eso en su etiquetado encontramos dos números.

Un aceite con etiqueta SAE 10W40 significa que tiene una viscosidad 10 en frío y de 40 en caliente. Los aceites multigrado son más estables y se adaptan mejor a las condiciones, por lo que en este ejemplo estaríamos hablando de un aceite de viscosidad 40, que es capaz de comportarse como un aceite de viscosidad 10 cuando bajan las temperaturas.

Para conseguir esta adaptabilidad a un aceite monogrado se le añaden los aditivos químicos necesarios para que sea capaz de variar su comportamiento, de manera que un monogrado 40 sea capaz de ofrecer las prestaciones de un monogrado 10 si es necesario. Esto hace que la lubricación del motor sea más efectiva y que el aceite se reparta por todos los recovecos.

El fabricante de tu moto se centrará en indicarte el segundo número del etiquetado. Es decir, en este caso el 40, y ese es el número que has de respetar, pues esa será la viscosidad que necesita el motor de tu moto cuando está a la temperatura que requiere su funcionamiento. Si utilizamos un aceite más fluido de lo indicado podemos correr el peligro de que llegue donde no tiene que llegar, como por ejemplo a la cámara de combustión, mientras que si utilizamos uno menos fluido de lo indicado puede ocurrir que el aceite no penetre como es debido y no lubrique todas las piezas que ha de lubricar, por lo que los mecanismos mecánicos se podrían erosionar y estropear.

Una moto con muchos kilómetros (más de 100.000) puede tener unos mecanismos especialmente erosionados y la holgura entre las piezas puede ser mayor que como eran de serie, por lo que no sería raro que en tu taller se recomendasen utilizar un aceite de menor viscosidad que el recomendado en un principio por el fabricante, pudiendo pasar de un 10W40 a un 20W50.
 

Aceite sintético, semisintético y mineral

Y llegamos a otra de las claves de los aceites de motor: su naturaleza. Y para definirla tendremos que fijarnos en su proceso de obtención, dependiendo de esto estaremos hablando de un aceite sintético, semisintético o mineral.

El más básico de todos es el aceite mineral. Se obtiene al destilar y refinar el petróleo, sin más, por lo que podríamos considerarlo el aceite más natural de todos. Es el más barato de obtener y por tanto también de adquirir, pero su esperanza de vida es mucho más corta, pierde antes las propiedades y tiene dificultad para trabajar como es debido a altas temperaturas.

Los aceites sintéticos nacieron como la solución a estos problemas. Se obtienen en laboratorio tras conseguir una optimización molecular mediante síntesis química, de manera que al alterarse químicamente sus estructuras moleculares conseguimos un lubricante hecho a medida para las necesidades de nuestra moto.

De esta manera, aunque los aceites sintéticos sean más caros de obtener y adquirir, son más recomendables si lo que queremos es cuidar la salud del motor de nuestra moto, pues permiten un mayor número de kilómetros, protegen la mecánica mejor que los aceites minerales, consiguen reducir la formación de depósitos en el cárter y además se gasta menos, por lo que se reduce su consumo. Salvo en lo económico, todo son ventajas.