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Prueba intercomunicador Cardo Freecom 2x: alto y claro

Prueba intercomunicador Cardo Freecom 2x: alto y claro

Probamos el segundo intercomunicador más alto de gama de la nueva serie Cardo, que destaca por el uso de una rueda de control y sus más de 12 horas de batería.

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JMªA/Cardo
24/03/2022
Prueba intercomunicador Cardo Freecom 2x: alto y claro
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JMªA/Cardo

24/03/2022


ASPECTOS POSITIVOS

Buen sonido en escucha y micrófono
Impermeable y resistente
Muy bien preparado para la instalación

ASPECTOS NEGATIVOS

Sobresale del casco
Hay que montarlo... bien

Dentro de la nueva gama de intercomunicadores para motoristas Cardo, el Freecom 2x (209 euros) es el segundo más alto de gama: sólo tiene por delante el Freecom 4x, que admite hasta cuatro personas en conversación (éste 2, de ahí su nombre) y además con un alcance algo superior (1200 metros mientras éste son 800) y con control por voz directo. En nuestro caso el conjunto suministrado es el “Duo”, es decir, vienen dos intercomunicadores completos en la misma caja (precio 399 euros). Esto es ideal si vamos a instalarlo en el casco de piloto y pasajero, o en nuestro caso lo aprovechamos para montarlos en dos de nuestros cascos habituales de pruebas (un Shoei NXR 2 y un HJC concretamente).

 

Prueba intercomunicador Cardo Freecom 2x: alto y claro

Unboxing: qué viene en la caja

Al tratarse de un kit Cardo Duo la caja viene bien llena: además de las obligatorias hojas de advertencias o garantía, se agradecen sendos manuales de montaje y uso también impresos. Un código QR nos dejará instalar rápidamente la aplicación de control propia, para Android o iOS, pero lo cierto es que pudimos conectar y usar el Cardo también como si fuera un auricular Bluetooth del móvil sin más, algo que siempre es una ventaja.

Instrucciones aparte, en la caja tenemos los dos intercomunicadores en sí, cada uno provisto de una base tipo “pinza” y otra adhesiva, según queramos (o podamos) realizar el montaje (enseguida más sobre eso). También los auriculares, en este caso sendos mini-altavoces JBL de 40 mm de diámetro dignos de un auricular de calidad, y dos micrófonos: uno suelto para instalar en la mentonera de un casco integral, y otro con “flexo” para quien use casco abierto o modular con doble homologación, y prefiera llevarlo así. Además diversos accesorios que facilitarán el montaje: toallitas con alcohol para desengrasar, velcros, etcétera. No falta nada y sí sobrará según nuestras necesidades de instalación, pero preferimos esto a encontrarnos a medio montaje echando de menos algo... La sensación general es de calidad y cuidado con el comprador.

Cardo Freecom 2x: Montaje

Como comenté más arriba, nuestro kit era un Cardo Freecom 2x Duo: contábamos con dos unidades y los montamos en sendos cascos. La diferencia de montaje más importante es qué base usar: si el casco tiene la calota acabada de forma que lo permite, usarla base con “clip” es lo más sencillo (y reversible). Es la base que viene montada por defecto, de hecho, pero en nuestro caso ni el Shoei ni el HJC lo ponían fácil: la base de la calota y cómo está rematado no dejaban usar el clip dejando un buen acabado, así que optamos en ambos casos por la base adhesiva. Es decir, basta dejar limpio el casco por fuera (perfectas las toallitas con alcohol incluidas) y asegurar dónde pegamos la base (hay que fijarse en la curvatura del casco aunque la base es algo flexible y se adapta).

En el HJC lo dejamos pegado en la posición típica (lateral izquierdo, abajo) pero en el silencioso Shoei probamos antes un par de ubicaciones, saliendo a rodar buscando ruidos: el mejor sitio (menos ruido) era un poco más arriba y atrás, y ahí se quedó (ya sé que parece raro pero recomiendo probar el tema ruidos a ver a qué conclusión llegáis). Los cables dan de sobras pero ahí arriba quedan algo sueltos hasta que entran, conviene usar un adhesivo o pegatina para dejarlos fijos. De todos modos es cierto que sobresale bastante, es lo que menos me gusta: esto puede impedir que el casco quepa en algún hueco (scooter justos por ejemplo) o que reciba un golpe llevándolo en la funda.

En cuanto al montaje en sí, es fácil: basta desenganchar los laterales internos del casco (van con “clips” para su limpieza periódica) y en estos dos cascos la calota ya tenía un hueco previsto para auriculares. Así que bastó colocarlos (Shoei, con velcro ya puesto de serie) o pegar un velcro y ponerlos (HJC). El micrófono en ambos casos fue a la mentonera con velcro adhesivo; es bueno ponerse el casco y marcar dónde queda nuestra boca para que se reciba más claramente el sonido (y menos ruido de viento). Como hay cable de sobras (de hecho podrían ser bastante más cortos), en ambos casos lo escondimos por detrás del forro interior del casco, y en los dos la parte más protuberante (el jack macho+hembra de auriculares a intercomunicador) pudimos dejarlo acoplado en una ranura del plástico blando protector. Podría haber ido a la parte baja, ya dependerá de cada caso, pero no se puede descuidar o molestará al ponerse el casco (y podría ser un problema en caso de golpe).

¡Alto y claro!

Tengo bastante costumbre de probar altavoces y auriculares de todo tipo, y desde ese punto de vista el Cardo no me dio ningún problema. Reconoció enseguida el móvil (y viceversa) por primera vez y las conexiones siempre fueron rápidas al apagarlo y encenderlo. En cuanto a la calidad del sonido, tiene claramente cierta ecualización (un poco al estilo de los productos Bose) que favorece los graves, se aprecia enseguida con música, pero da claridad a las voces también, lógico para el uso habitual que tendrá. Desde luego tanto en uno como otro casco (cada uno tiene sus propiedades acústicas) me sorprendió favorablemente la calidad de sonido percibida, sin necesitar subir el volumen mucho mientras mantengas velocidad moderada. Y a partir de ahí, cuidado, porque es fácil pasar de 80 dB entre el viento y el sonido, y eso va contra de la salud de tus oídos. Incluso más adelante ya con tapones (rara vez voy sin ellos) podía apreciar matices en el sonido y entender voces bien. Excelente.

Su propia aplicación es una ayuda para la conexión y control pero me gusta que no es “imprescindible” (en otros productos la necesitas sí o sí). Con el móvil en la mano es fácil elegir música, conectar con otro intercomunicador o usar el teléfono. Todo eso lógicamente se puede hacer con los botones del propio dispositivo, incluso con guantes es fácil, y en este modelo contar con la ruedecita para el volumen (con “clic” por ejemplo para parar la música) es ideal.

Pero sí reconozco que me costó aprender algunos de los comandos, por ejemplo para activar la radio, cambiar de emisoras y cosas así (clic aquí, doble clic allá, etc)… Además del desplegable, si incluyeran una chuleta de tamaño tarjeta y plastificada seriá "diez". La batería debe durar las 12 y pico horas prometidas, en reposo diría que más, porque nunca bajé del 50 por ciento ni en días de uso intensivo. En uso como intercomunicador o para llamadas de teléfono, la verdad es que sorprende lo bien que se escucha, y te escuchan, mientras no pases de la velocidad a la que el viento suena demasiado (la legal de autopista o algo menos). Como titulé, con el Cardo irás tranquilo porque se oye todo ¡alto y claro!

Al detalle...

Rueda de control

Además de los botones (cuyo tacto es fácil de identificar incluso con guantes gruesos) la rueda de control es muy práctica: para controlar el volumen o para presionarla ("clic") según la función.

Aplicación de control

Es recomendable instalar en el móvil la aplicación Cardo porque facilita algunos controles (gestión de emisoras de radio y otros detalles), pero la verdad es que podrías conectar el intercomunicador al móvil como "auricular Bluetooth" y no necesitarla, lo que nos parece una ventaja.

Impermeable y resistente

La centralita del intercomunicador (que contiene electrónica, controles y batería) está obviamente expuesta a los elementos, por eso es impermeable, y confesamos que se nos cayó alguna vez al quitarla (fácil) para cargarla... Es robusto y eso da confianza a largo plazo.

Galería de fotos

Josep Armengol

Apasionado de las motos, los aviones y la tecnología, llevo más de 30 años viviendo "desde dentro" la información del mundo de la moto en los mejores medios: ahora, en Moto1Pro.

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