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¡Hola amigos de EnduroPro!
Aquí estamos con el mes de febrero, un mes en el que la primera mitad la hemos pasado en el hielo y la segunda mitad la hemos pasado en el calorcito. Después de dos o tres años que no se hacía, volvió la Extreme Peyratoise, que es la misma carrera, o parecida, a la antigua “Gilles Lalay Classic” que se hacía hace 20 o 25 años, el memorial. Fue una carrera muy, muy dura. Más que hard enduro, era un enduro convencional, con algo de técnica y dificultad. Más que nada fueron muchas horas a fondo, con mucho frío.
El formato no es muy apetecible, con la salida a las 06:00 de la mañana del paddock, totalmente de noche, y a -7 grados centígrados de temperatura. En la especial nocturna había hielo en el suelo, toda la hierba estaba helada. No me gustó mucho la experiencia, aunque ya lo había hecho hace dos o tres años. Me sentí muy inseguro yendo a fondo por la hierba helada. Tampoco fui al 100 por ciento, sino conservando un poco. Luego hubo una especial diurna. A las 14:30 de la tarde salías para seis horas y 40 minutos de carrera.
Lo que más me sorprendió, aparte del formato, es que es un terreno que, a pesar de estar en Francia, parece Noruega, Suecia o Finlandia. El bosque es muy blando y hay muchas zonas de fango en las que la moto se entierra. En especial durante la segunda vuelta (eran dos vueltas de 60 km) había millones de roderas, un montón de motos atrancadas y gente ayudando. Era un reto seleccionar visualmente qué línea era la buena sin hundirte. En definitiva, ninguna era buena, había que sacar la moto a pulmón y que quedé atrancado varias veces.
Pude subir al podio y hacer un buen trabajo para la marca. Fue una experiencia dura, pero al mismo tiempo enriquecedora personal y profesionalmente.
Luego estuve viajando por Venezuela. He estado en Caracas y en Mérida, entrenando y haciendo cursos. Todo fue muy bien. El clima era más bien caliente. Muchos alumnos, un terreno fantástico. Me ha gustado mucho la cultura y el país. Ya había estado el año pasado. Hay muchísima afición al enduro y eso me gusta un montón. La segunda semana estuvimos en Mérida. Allí aluciné con los Andes de Venezuela. Hay todo lo necesario para entrenar, bici, moto… Para ponerte como una bestia porque hay mucha altitud. Sin duda, volveré. En principio tenemos otro viaje programado ya para septiembre para prepararnos para Sudáfrica. En marzo toca entrenamiento en casa.
¡Hasta la próxima!
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