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KTM Duke 2015: Dukado naranja

Acudimos a una exclusiva reunión familiar. Toda la gama Duke de KTM nos esperaba en Tailandia para que la pusiéramos a prueba. Desde la pequeña 125 a la salvaje 1290 Super Duke R. ¡Naked para todos los gustos y necesidades!

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Alejandro Alonso
KTM
02/12/2015

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Alejandro Alonso
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02/12/2015


ASPECTOS POSITIVOS

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ASPECTOS NEGATIVOS

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Pocas veces se nos presenta la oportunidad de poder hacer una comparativa como la que os traemos en este número. Es verdad que en las páginas de nuestra revista digital Moto1Pro ya os hemos hablado de cada modelo de esta especial prueba, pero nunca habíamos podido compararlos al completo en una misma jornada y en diferentes contextos para comprobar en muy poco tiempo sus cualidades.

KTM ha querido hacer un relanzamiento de su gama Duke, sus modelos naked que se salpican por todas las cilindradas, y lo ha querido hacer invitando a un selecto grupo de prensa internacional a una jornada de pruebas nada menos que en Tailandia.

¿Y por qué en Tailandia? La elección de hacerlo en el ‘País de los Thai’ no es baladí. Asia es un mercado muy interesante para todos los fabricantes y, ya sea tarde o no, las marcas europeas se han dado cuenta. No en vano, KTM ya inició su colaboración con el gigante indio Bajaj para fabricar precisamente algunos modelos de su familia Duke (de las que ya se han fabricado nada menos que 100 mil unidades en la factoría de la India).

En este contexto, merece recordar que KTM viene de un 2014 que ha sido el mejor año de su historia (casi un 30% de crecimiento en ventas), con inversiones más altas en I+D e infraestructuras o la llegada de nuevos modelos punteros en sus segmentos, como la gama Super Adventure y Adventure. Ni que decir tiene que en competición siguen cosechando éxitos como su 14º Dakar consecutivo (con Marc Coma a los mandos) y otros títulos offroad, además de su poderío en el Mundial de Moto3 y el ilusionante proyecto para volver a MotoGP en 2017.

KTM 390 Duke

Generación Duke

Pero vamos a hablar ya de motos. Desde su creación en 1994, la KTM Duke ha sufrido una transformación lógica y acertada desde un concepto supermotard con muchas adaptaciones venidas del offroad, hacia un uso más lógico, accesible y dirigido al asfalto. En los últimos años, además, ha visto cómo han aumentado las opciones en distintas cilindradas de lo que es ya una pura naked asfáltica. Tal es la importancia que está adquiriendo este segmento que 2014 ha sido el primer año en la historia de KTM en el que las ventas de motos de asfalto han superado a las offroad, un dato sorprendente en una firma tan ligada a la moto de campo.

Hoy la familia Duke ofrece diferentes cilindradas para dar opción a diferentes usuarios y usos. Mientras la clásica Duke monocilíndrica se mantenía en una media cilindrada hasta la actual KTM 690 Duke, en 2011 apareció la 125 Duke y un año después la 200 para completar el segmento de acceso con la 390 en el año 2013. También había espacio para las altas cilindradas con las Super Duke, la cual ha ido evolucionando enormemente desde 2005. Sin embargo, el hito definitivo ha llegado con la brutal KTM 1290 Super Duke R. Os contamos el día...

KTM Duke

KTM 125 Duke / 200 Duke: Digno inicio

La intensa jornada de pruebas la arrancamos a lomos de la KTM 200 Duke, que comparte la mayor parte de los componentes con la 125. Se trata de los dos modelos que pretenden atraer al público más joven, además de los conductores más urbanos. De hecho, en mercados como el europeo, la 125 está siendo el modelo naranja más vendido aprovechando legislaciones como la española, que permite al conductor de coche con 3 años de experiencia conducir motos de hasta 125 cc.

No por ser las más asequibles, renuncian al ADN “ready to race” de KTM y esto lo compruebas en un rápido vistazo. El ligerísimo chasis multitubular te ofrece una estabilidad que está claramente por encima de lo exigido por su pequeño motor. Lo mismo ocurre con el comportamiento de sus suspensiones o los frenos Bybre (subsidiaria de Brembo). En definitiva, podemos decir sin despeinarnos que de parte ciclo van más que sobradas. Sólo en ciertos acabados es donde te das cuenta de que no estás ante el caviar de la marca austriaca.

Y es que es verdad que las Duke 125 y 200, con ABS desconectable de serie, no tienen unas prestaciones descomunales. ¡Tampoco las buscan! Si bien la 125 se te puede quedar corta rápidamente con sus 15 cv, la 200 te permite alcanzar y superar los 120 km/h sin problemas gracias a que su potencia crece hasta los 26 cv. Es verdad que el tacto del motor 200 (el que probamos en Tailandia) es un tanto brusco, pero rápidamente te acostumbras a sus posibilidades y sacas todo su jugo aprovechando sus 6 marchas.

Un inicio tranquilo por carreteras generalmente anchas fue suficiente para desentumecer el cuerpo y empezar a sentirnos parte del ‘dukado’.

KTM 390 Duke: Empieza la diversión

Era el momento de hacer el primer cambio. Llegaba el turno de la KTM 390 Duke y poner rumbo a las reviradas carreteras del Parque Natural de Khao Yai, el segundo parque nacional más grande de Tailandia que se sitúa a unas dos horas al noreste de Bangkok. Nada más entrar, se nos avisaba claramente en carteles que elefantes o cobras salvajes pueden cruzar la carretera... Por suerte, no tuvimos que hacer ninguna frenada (o huída) de emergencia, pero habría sido maravilloso contemplar, siempre desde una distancia prudencial, a alguno de estos seres.

Hablemos de nuestros ‘animales’. Ir un poco más allá. Es lo que KTM ha hecho con la 390, tomar la base de la 125/200 y añadirle más vitaminas. El motor crece hasta los 373 cc con un peso de 129 kg en seco, sólo 10 kg más que la 200. Rinde demasiado bien. Y es que su potencia declarada es de 44 cv, ajustada al máximo para no exceder el límite de potencia/peso exigido para el carnet A2.

Imagínate, pues, cómo se comporta este ‘bicho’ con una relación de peso/potencia tan apretada. La 390 es una de las que no había probado el que os escribe estas palabras y hay que decir que, ahora sí, su parte ciclo va más emparejada a lo que le exiges desde el motor. Las frenadas son contundentes y seguras, gracias al ABS. Aunque, ojo, porque ahora tienes más potencia y en más de una ocasión a la salida de alguna curva pudimos hacer deslizar levemente la rueda trasera pasándonos con el gas. Nada a lo que no te puedas acostumbrar e incluso con lo que divertirte.

En estas tres motos (125/200/390) consigues un manejo y un paso por curva increíble. Es poner la mirada en el vértice y la moto entra como una flecha, sobre todo en zonas de curvas más ratoneras. Pero no deja de sorprender la estabilidad de la que puede presumir una moto tan ligera y con esas dimensiones y distancia entre ejes tan cortas. No hay más que ver cómo se manejaba el piloto Jeremy McWilliams, guía de lujo en esta presentación, a quien grabamos desde nuestra cámara onboard cuando fuimos a su rueda en uno de los tramos.

KTM 690 Duke: Pura dukesa

Durante el recorrido por la jungla de este parque natural, que por cierto es Patrimonio de la Humanidad, los periodistas pudimos intercambiar de moto entre la 390 y la 690 para comprobar de manera inmediata sus diferencias.

Cuando pasas a la 690, te das cuenta de su poderío. Todo arrancó con esta monocilíndrica, ahora una pura naked que, aun así, no esconde su actitud guerrera como supermotard que empezó siendo. Son 68 cv de potencia, pero no te engañes, en el primer golpe de gas te das cuenta de su gran par motor con una entrega que su monocilíndrico de 690 cc te ofrece desde bien abajo.
Sí, como cabe esperar, la KTM 690 Duke es una moto más exigente en el tacto de gas que sus hermanas pequeñas. Sin embargo, su trabajado (y bellísimo) chasis y sus casi 150 kg de peso en seco nos permiten acoplarnos rápidamente a su manejo haciéndonos pensar que no hemos cambiado de moto y que simplemente tenemos más potencia.

Si con la 390 ya nos pasaba, con la ‘señora dukesa’ 690 hay que dosificarse mucho más con el gas. La ausencia de ayudas electrónicas (ya presentes en la versión 2016), excepto el ABS de serie, te da la responsabilidad total de controlar esa entrega de potencia. Es seguramente aquí donde también radica su encanto, con una pureza que pocas motos pueden ofrecer hoy en día.
Por supuesto, la diversión está asegurada en las sucesiones de curvas y en las frenadas fuertes y muy pronto te olvidarás de las vibraciones, que poco a poco KTM va haciendo desaparecer del conjunto de su naked.

Sin duda, la 690 Duke es una opción divertida y lógica para el que busca una moto ‘para todo’ con la que ir a trabajar además de sacarte la vena ”ready to race” de vez en cuando.

KTM 690 Duke

KTM 690 Duke R: El toque diferenciador

Llegaba el turno de entrar al Bonanza International Speedway, circuito elegido por KTM para probar las naked naranjas más potentes de la familia. Descansamos del tremendo calor y la humedad del clima tailandés, pero era el momento de quitarnos el vaquero y la chaqueta para enfundarnos el mono de cuero y pisar inmediatamente el asfalto de este pequeño pero coqueto circuito.
Tras el exclusivo briefing impartido por Jeremy McWilliams (no todos los días un piloto de su talla te cuenta las claves de un trazado), nos subimos a la KTM 390 Duke para hacer tres vueltas de reconocimiento. Efectivamente, no dio para mucho, pero fue suficiente para comprobar que se puede ir muy rápido con la 390, que los cambios de dirección son muy ágiles (a veces demasiado) y que en un circuito más pequeño te lo puedes pasar como un niño con su nuevo juguete.

En la primera tanda 'de verdad', probamos la KTM 690 Duke R, una versión que cuenta con esos detalles que tanto nos gustan para hacer a nuestra moto un poco diferente al resto. Una vez dentro del circuito y comparándola con la versión básica, te das cuenta de que los cambios no sólo están en el aspecto visual (protectores de motor, posición un poco más agresiva...). Para empezar, la versión R incorpora un escape Akrapovic con el que se consiguen 2 cv más de potencia.

Sin embargo, el punto más destacable está en su horquilla, una WP más evolucionada que la que monta la versión estándar y en la que, sobre todo, puedes realizar diferentes ajustes y configuraciones en sus 150 mm de recorrido (frente a 135 mm de la normal), lo que te permite una capacidad de giro e inclinación mayor. También crece el monoamortiguador trasero hasta los 150 mm y con posibilidad de ajustar la precarga, el rebote y la velocidad de compresión.

Hay que añadir la notable la diferencia de frenada de la versión R. Sus discos son también Brembo pata negra, pero con mejor bomba y pinzas monobloque. Sin duda, el punto de frenada en cada curva del circuito tailandés, se retrasa varios metros y los pasos por curva son mucho más agresivos y a la vez seguros. Pero, como en la versión estándar, olvídate de asistencias electrónicas y mantente atento al gas desde la parte baja del cuentarrevoluciones.

KTM 1290 Super Duke R: ¿La naked definitiva?

Al finalizar la primera tanda de nuestro grupo sobre la 690 R, las cosas se pusieron feas. El cielo se encapotó y las primeras gotas que nos cayeron aún en la moto se convirtieron poco después en un tremendo aguacero típico de estas tierras exóticas. Parecía que nos íbamos a quedar sin probar la 1290...

Por suerte, el temporal amainó y, aunque el asfalto no se secó del todo, sí pudimos salir a pista y darle gas a la KTM 1290 Super Duke R, la que para muchos es la supernaked definitiva. Ya al verla, te das cuenta de que estás ante algo muy serio: Una estética agresiva como pocas, con el espectacular chasis multitubular a la vista, el basculante monobrazo, posición de ataque... No nos olvidemos de su colosal motor V2 de 1.301 cc. Eso sí, a pesar sus 180 cv de potencia o los 144 Nm de par maximo, al principio sorprende su suavidad respecto a sus hermanas pequeñas.

Salimos a pista. ¡Gas a fondo y adrenalina! La Super Duke te dispara sin ningún tipo de duda. La electrónica refleja el desarrollo espectacular cocinado en los fogones de Mattighofen, lo que hace que el control de esta moto sea muy fácil, demasiado fácil, incluso cuando estamos hablando de una bestia con estos números.

KTM 1290 Super Duke R

Con el asfalto en estas condiciones, no pudimos sacarle todo el jugo que nos habría gustado, pero sí comprobar que incluso en estas circunstancias adversas, se comporta con una seguridad que deja al piloto gratamente sorprendido. La estabilidad en las curvas rápidas en frenada se combina a la perfección con las clavadas fuertes, de la misma forma que las aceleraciones las haces sin miedo y sin miramientos gracias a la actuación impecable del control de tracción y otras innumerables ayudas electrónicas que, en contra de lo que puedas pensar, no restan un ápice las sensaciones a lomos de esta bárbara.

La cosa no estaba para bromas y era muy arriesgado atacar con todo. Por eso, la elección del modo de motor Rain fue el más prudente para estas condiciones, igual que la acción del control de tracción en modo lluvia. No era el momento de probar el suelo. ¡A ver si nos salía una cobra!

La pena fue irnos del circuito sin poder probar la KTM 1290 Super Duke R preparada con ruedas slicks y configuración de carreras. Con el asfalto frío y húmedo no tenía sentido salir a pista a no ser que fueras un McWilliams, quien por cierto nos deleitó con wheelies interminables a bordo de esta versión exclusiva a lo largo de la recta del circuito y quien incluso se ofreció para darnos rueda en alguna vuelta. ¡Inolvidable!

Y ahora... ¿cuál es tu dukesa?

La moto al detalle...

KTM 200 Duke
KTM 125/200 Duke
KTM 390 Duke
KTM 690 Duke
KTM 690 Duke
KTM 690 Duke R
KTM 690 Duke R
KTM 1290 Super Duke R
KTM 1290 Super Duke R

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