Prueba Suzuki GSX-S 950: limitada (A2) y deslimitada
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
Cilindrada
Motor
Potencia
Peso
Carnet
Precio
Suzuki lleva un tiempo sacando mucho partido de motos, y motores, que les han dado buen resultado. La verdad es que hay que reconocer que eso tiene mérito, y además coincidimos en que en todos los casos tienen razón en que así sea: alguna vez otras marcas descatalogan motos y/o motores, que nos encantaban... aparentemente porque desde marketing creían que era mejor apostar por otra cosa (y bastantes veces equivocándose).
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Pero Suzuki no se equivoca: quizás sea demasiado conservadora en algunos segmentos, pero si las V-Strom 1050 o 650 siguen apreciadas entre los aficionados ¿por qué no seguir con ellas? Pues algo parecido vamos a ver aquí: la recién renovada GSX-S 1000, una "supernaked mil" que a su vez usa la base mecánica (motor y chasis) de la deportiva GSX-R 1000 de hace varias generaciones, ha dado lugar a nada menos que cuatro motos. Además de ella misma, una Sport-Turismo con carenado y maletas (la GT), y las dos naked que probamos ahora: se llaman GSX-S 950 (pese a montar el mismo motor de 999 cc) porque ofrecen menos equipamiento y menos potencia (47 CV para carnet A2 o deslimitada con 95 CV).
Ya te adelantamos que nos parecen una "compra maestra": si la GSX-S 1000 es la naked deportiva de mejor relación calidad-precio, y cuesta 14.095 euros... ¿Qué te parece la misma moto, con suspensiones más sencillas, algo menos de electrónica, un poco menos de potencia (95 CV cunden en una naked) por 3.000 euros menos? ¡Un chollo! Solamente la superventas Kawasaki Z900, mil y pico euros más económica, puede rivalizar con ella. Ellas, porque como ves en las fotos, son dos.
Suzuki GSX-S 950: dos en una
La política "conservadora" de Suzuki se ha encontrado con algunas dificultades: las normas de emisiones son la más evidente, y la llegada de la norma Euro5 complicó las cosas a la marca. Su naked media-grande hasta hace poco era la GSX-S 750, derivada de la deportiva GSX-R 750 en su última (y añorada, debo decir) encarnación, pero ese motor ya era complicado actualizarlo en ese sentido. El trabajo hecho con la "mil" iba a dar más de un fruto, y así nacieron estas dos GSX-S 950: usando la misma base de la GSX-S 1000 pero dejándolas con equipamiento más sencillo y con un motor que pasa, nada menos, de 152 hasta solo 47 CV... Sí, los del carnet A2, porque ésa era la función también de la anterior 750, tener un modelo que ofrecer a los primerizos.
La Suzuki GSX-S 950 monta una horquilla invertida con buenas barras de 43 mm, pero sin ningún ajuste (la 1000 es multiregulable y de mayor calidad). Detrás, parecido: un amortiguador normal con ajuste de precarga frente a un elemento de superior categoría y multirregulable en la 1000. Los frenos son algo más sencillos (pero con discos de 310 y pinzas radiales) y no hay modos de pilotaje, pero sí control de tracción con 3 niveles, además del ABS obligatorio. Y pocas diferencias más... El mismo chasis doble viga en aluminio (con basculante también en aleación ligera) y el mismo motor tetracilíndrico, ambos de herencia GSX-R 1000 "K5", muy bien puestos al día como veremos en el caso del motor. Las ruedas (medidas "estándar" 120/70 delante y 190/50 detrás ambas en 17 pulgadas) montan de serie excelentes neumáticos Dunlop RoadSport 2 que, pese a su aspecto muy deportivo y que no me gustó mucho en la GT, esta vez nos sorprendieron favorablemente los fríos y algo húmedos días de prueba. ¡En marcha!
Trastorno de Identidad Disociativo
Existe una enfermedad mental que provoca múltiples personalidades al paciente: del Trastorno de Identidad Disociativo se ha escrito mucho y hay algunas películas brillantes al respecto (recomiendo "Split", aquí "Múltiple"), y hay casos en los que las personalidades parecen muy creíbles aunque sean incluso antagónicas. Esto es lo que parecen haber conseguido en Suzuki con su motor de cuatro cilindros y 999 cc: varias personalidades, todas perfectas. Pruebas la GSX-S 950 de serie, con sus 47 CV, y con los ojos cerrados dirías que andas sobre una moto de 500 o 600 cc para carnet A2 suave, fina y con buen carácter. Pasas a la GSX-S 950 deslimitada (sí, hay que deslimitarla) con 95 CV y la cosa cambia, el motor ya parece un 750 o más, con buenos bajos, genio a medio régimen y buena potencia final. Y si pruebas la GSX-S 1000 (o la GT, que monta la misma "personalidad"), te recordará mucho ese motor de 95 CV hasta que superes las 7-8000 rpm donde, en lugar de estirar suavemente, seguirá empujando con rabia (152 CV). Vuelves a la original de 47 CV y parece imposible que mecánicamente sean el mismo motor: la magia de Suzuki ¡es buena!
Realmente mi experiencia fue justo en orden inverso: haber probado el motor de 152 CV con anterioridad, subirme primero y hacer kilómetros con la GSX-S 950 de 95, y después probar la de 47 CV. El cambio no es sutil ni se limita a un régimen determinado, como digo la magia de Suzuki es buena y parece otro motor, con menos empuje desde abajo y diferente estirada. La deslimitada tiene el puño de gas mucho más lleno, y siendo como es una moto sin carenado no se echa de menos en carretera ni autovía la rabia final ni esos 57 CV extra, la verdad. La experiencia de mi compañera Marisa fue la descrita más arriba: rodar con la GSX-S 950 de serie (47 CV) antes de descubrir la de 95 CV... y así lo sintió ella.
En cuanto tienes delante la Suzuki GSX-S950 con su imponente aspecto, te das cuenta que estás ante una moto grande a pesar de ser la versión de 35 kW. Cuando te montas en ella, no dejas de percibir que su peso es superior a la mayoría de las motos para carnet A2. Aunque el motor tetracilíndrico tiene su parte de “culpa” en esto, también es el motivo por el que la moto en marcha resulta tan agradable de tacto y suave. La Suzuki GSX-S950 en su versión limitada te invita a disfrutar de la carretera y sus curvas, mostrándose muy dócil a la conducción y los cambios de marchas. Eso sí, durante nuestra prueba, esta naked deportiva en su versión de 47 CV ha tenido un consumo de 6 l/100km, unas cifras que, según el uso que vayas a darle, puede resultar algo elevado.
Cuando te subes a la Suzuki GSX-S950 de 95 CV parece que estás ante la misma moto... ¡pero todo cambia al meter la primera marcha!. La respuesta de su versión para el carnet A es completamente distinta y se hace notar desde el primer golpe de gas. Te das cuenta que al deslimitar la Suzuki GSX-S950 te encuentras ante una moto mucho más potente, que responde con mucho más nervio a nuestro acelerador, multiplicando las sensaciones de conducción respecto a su versión para el A2. Ahora adelantas sin mirar cambio ni vueltas: abres gas y sales disparada. Realmente es "otra moto".
Ágil y precisa
Más allá del motor, excelente en sus dos versiones o "personalidades", la GSX-S 950 es una naked ágil, precisa y estable. Su agilidad llega al comportamiento en el ápice: si llegas pasado a una curva, puedes tocar el freno delantero moderadamente sin que tienda a levantarse y abrir trazada. Las suspensiones son tirando a rígidas pero dan buena calidad de rodadura, no eché de menos poder ajustar nada, precarga trasera aparte (que conviene adaptar al peso del o de la piloto).
Respecto de sus hermanas 1000 sí eché de menos el Quickshifter, sobre todo en la unidad deslimitada que tenía pocos kilómetros (menos rodaje y cambio un poco más duro), pero no el resto de ayudas o modos. El control de tracción funciona muy bien y hasta al mínimo (1) permite acelerar fuerte sin apreciar casi movimientos detrás; en el más intrusivo (3) no perjudica apenas la aceleración y sí salva momentos delicados, incluso en la de serie (35 kW). Un punto extra a favor de ella para carnet A2. Además, lo que sí hubiera echado de menos, no lo tienen las 1000: ABS en curva gracias a una IMU. Otro motivo para ahorrar con esta moto que cada vez te parecerá más, como a nosotros, una buena compra.
Como puntos negativos, tengo que destacar las luces: además de feas (opinión personal pero no única) descubrí que su haz de luz es... muy malo. Las cortas proyectan un trapezoide de bordes demasiado delimitados y su tamaño en el suelo es de pocos metros cuadrados, menos si es en curva. Las largas aumentan algo esa proyección, no mucho, pero como indicador puntual en el tráfico es una luz tan "enfocada" que los coches no se enteran si les avisas con ellas. La otra cosa que no me gustó, espacio del pasajero aparte, es el consumo: la marca afirma que el motor ha sido adaptado para gastar menos, y es posible, pero en uso normal-tranquilo no es fácil bajar de 6 litros, y a poco que des gusto a la muñeca derecha (por su carácter se presta) estarás más bien en 7. Menos mal de los 19 litros del depósito, y ojo con la reserva porque no se ve mucho cuando entra, aunque es algo alarmista (quedan más de 3 litros por lo que pude ir viendo).
La moto al detalle...
Qué herencia tan rica ha dejado la GSX-R 1000 K5... Sus suaves cuatro cilindros con 47 CV tienen genio con 95.
No son regulables, pero el ajuste de serie está muy bien y no echamos de menos nada... por muchos euros menos.
Totalmente digital y un poco anticuado quizás, sin conectividad, pero ofrece mucha información de fácil acceso. El aviso de reserva (gasolina) podría ser más obvio.
Asiento pequeño, duro y alto, ahí nadie aguantará mucho tiempo ni kilómetros. Lástima, la moto se disfrutaría más entre dos.
No nos parecía estéticamente muy acertado el diseño de las GSX-S con esas luces LED, pero cuando se hizo de noche descubrimos algo peor: iluminan muy poco.
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