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Tu opinión cuenta: ¿La moto es solo para el buen tiempo?

Tu opinión cuenta: ¿La moto es solo para el buen tiempo?

Con la llegada del invierno, las lluvias y el frío se convierten en protagonistas y no son pocos los moteros que se aventuran a usar su moto como en cualquier otro día del año

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Esther Rabadan
Esther Rabadán
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Fecha22/01/2021


“La moto es solo para verano”. Cuántas veces habremos escuchado esta frase… Y siempre salen de la boca de alguien que no ha montado en moto en su vida. Los verdaderos usuarios saben que la moto es para todo el año, aunque siempre hay fechas más agradables para su uso que otras… Cierto es que en verano, el gran número de horas de luz y el buen tiempo invitan a sacar la moto, pero las altas temperaturas te obligan a dejarla en casa durante las horas centrales. Y… ¿qué pasa en invierno? Pues que con el frío, las nieblas, lluvias, heladas y nevadas (esto último nos lo ha recordado Filomena) hay que extremar precauciones.

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Hay algunos motoristas que con la llegada del mal tiempo aparcan su moto hasta primavera. Otros, sin embargo, se enfundan en su mejor (y más calentito) equipamiento y salen a la carretera a disfrutar de su pasión. Y hoy, en “Tu opinión cuenta” os traemos a algunos valientes usuarios que viven sobre dos ruedas los 365 días del año y a otros motoristas que se lo piensan dos veces antes de enfrentarse a situaciones adversas. Los protagonistas de este mes nos narran cómo fueron sus peores experiencias por culpa de la climatología y nos brindan sus consejos personales para afrontar el frío en moto.

Eduardo: “Si hay lluvia no salgo”

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Eduardo es un murciano de 35 años que lleva casi media vida sobre dos ruedas. Tras pasar por varias naked, actualmente conduce una Suzuki DR650 del 95 y, aunque le gustaría sacarla todos los días, por trabajo solo puede utilizarla los fines de semana. Para él, la moto es para disfrutar, por lo que si hay lluvia no salgo, porque es un peligro innecesario. Tampoco si hace muchísimo frío, que me impide disfrutar de la moto. En el campo no salgo cuando hace un calor brutal, tras seis meses sin llover, el aire es polvo puro picando en la garganta y terminas chorreando y con los guantes empapados. Así que disfruto más de la carretera en verano y del campo en invierno. Así puedo salir todo el año, porque durante el entretiempo murciano (unos 8 meses) puedes hacer lo que quieras, aquí siempre hace bueno.”

Para Eduardo, el hecho de utilizar la moto todo el año es por adaptación y necesidad: “La gente que te dice que sale aunque caigan chuzos de punta es porque viven en un clima donde no tienen otra opción. Si un vasco aparca la moto cuando llueve o hace frío, no saldría nunca. El que vive en clima fríos y lluviosos monta en moto, en bici, camina, trabaja o juega con sus hijos con frío o lluvia porque es su día a día. El que vive donde el sol es un castigo pues esos 4 días malos se queda en casa."

Pero, aunque Eduardo no sea de los que usan la moto a diario, también ha sufrido sobre ella por culpa del clima: “Recuerdo una lluvia inesperada en el puerto de Velefique, Almería, un día que subimos a ver la nieve. El agua arrastraba el hielo de las cunetas y la carretera se convirtió en una pista de patinaje. La lluvia y las motos no se llevan bien, la superficie de contacto con el asfalto es poca y se vuelve tremendamente inestable, además de que aflora toda la suciedad y aceite que pueda haber en la calzada. Ese día no lo olvidaré nunca”.

Y aunque Murcia sea una zona que destaca por el buen tiempo, también hay días en invierno en los que hace mucho frío. Y para sobrevivir a las bajas temperaturas en moto, Eduardo tiene varios trucos: “Lo ideal es usar tres capas de ropa: prendas térmicas pegadas a la piel, luego algo que abrigue como un forro polar y, por último, la chaqueta impermeable con protecciones. También ayuda mucho vestirse en un sitio caliente, como una habitación calefactada, en vez de tener que calentar las prendas con tu cuerpo. Un truco viejo pero efectivo es meter la manga del guante rodeando el escape en parado, los gases del escape calientan los guantes por dentro. Y para la cabeza lo mejor es un sotocasco que cubra hasta lo más abajo posible, añadiendo una braga alrededor del cuello para que el viento no te enfríe. Pero el mejor consejo de todos lo dejo para el final. Y no es otro que parar cada hora a tomar un té o un caldo y sostener y beber algo caliente, porque ayuda mucho a estabilizar la temperatura corporal.”

Carlos: “La cojo siempre, a no ser que caigan chuzos de punta

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Carlos es un barcelonés de 42 años que, tras 20 años en moto, sigue usándola a diario. Actualmente cuenta en su garaje con una Kawasaki Z 1000 y una Suzuki Intruder M1800R que son las mimadas de la casa. Y aunque hace años era más osado, ahora hay algún momento en el que se piensa si coger o no la moto: “Años atrás, lloviera, nevara, tronara, o cayeran meteoritos, cogía la moto hasta para comprar el pan. Actualmente me muevo principalmente en moto durante todo el año. La cojo siempre, a no ser que caigan chuzos de punta o se presente una lluvia de esas torrenciales muy bestias donde por inclemencias del tiempo es muy peligroso coger la moto, En esos casos cojo el coche. Pero por lo general y aún lloviendo, suelo coger la moto, pero siempre bien equipado con pantalón y chaqueta para la lluvia… etc.” Y es que a Carlos experiencia no le falta, porque ha tenido unas 15 motos a lo largo de toda su vida: Scooters, Maxi, Customs, Nakeds... Deportivas ninguna, pero las ha probado.

Y como buen usuario diario de moto, guarda en el recuerdo algún que otro momento en el que lo ha pasado bastante mal con alguna de sus monturas: “Viniendo del sur de Francia y antes de llegar a España, topé con una carretera con placas de hielo y mucha niebla, prácticamente siendo de noche y sin ninguna luminosidad. Encima con tramos de tormenta donde caía granizo. Fueron 2 horas de mucha angustia. Tuve que parar en la primera gasolinera que encontré a poner a secar un poco los guantes y continuar.” Por eso, con situaciones meteorológicas adversas, Carlos recomienda “ir siempre bien equipado y extremar las precauciones, que todas son pocas.”

Álvaro: “Conducir en moto me parece extremadamente relajante cuando llueve”

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Álvaro es un catalán de 28 años que lleva un lustro conduciendo motos. Desde hace 2 años es el orgulloso poseedor de una Honda CB1000R de 2008, que usa a diario para ir a trabajar. Para él, las inclemencias del tiempo no son un problema: “si llueve me da más pereza cogerla, pero no por la moto en sí, sino por mojarme yo y llegar mojado a mi destino. De hecho, conducir en moto me parece extremadamente relajante cuando llueve. La moto me gusta con lluvia, con nieve y con lluvia de albóndigas. Lo que no hago es salir a curvear a la montaña con colegas un día de lluvia, en todo caso me doy una vuelta solo a ritmo Miss Daisy si me apetece.”

Como buen valiente, ha sufrido en sus propias carnes varios momentos duros por culpa del mal tiempo. Uno de ellos, lo sufrió con su anterior moto, una Suzuki SV650S de 2007: “Recuerdo una noche, en un trayecto de vuelta del trabajo por autovía. Hacía muchísimo frío y caía un diluvio que me impedía ver a más de 10/15 m por la cantidad de agua que tenía en la visera. Si no recuerdo mal, iba con un AGV K3 (sin pinlock) y con la visera entreabierta para que no se empañase, con su correspondiente entrada de agua dentro del casco. Tenía que ir por el arcén y me adelantaban, salpicándome, los camiones. Por suerte era un recorrido que me sé de memoria y eso me permitía ir más atento al clima y al tráfico que a "por dónde iba". De no ser así, seguramente me habría parado en cualquier sitio hasta que dejase de llover. Llegué a casa empapado hasta por dentro de la ropa impermeable porque me caló por los huecos.” Un día para no repetir...

Desde ese día, Álvaro es muy consciente de la importancia de ir bien equipado para conducir con frío y/o lluvia:Es necesario llevar una buena braga para el cuello, subirla hasta la nariz antes de ponerse el casco y ajustarla al cuello de la chaqueta. Una buena chaqueta de invierno con forro interior impermeable. Yo no uso pantalón de lluvia porque aquí no llueve tantas veces al año pero seguro que también es buena compra.” Y, sobre todo, es consciente de que, ante una climatología adversa, hay que extremar las precauciones y modificar nuestra manera de conducir: “Lo peor de la lluvia no es que el suelo esté mojado, es que el agua no te deja ver si hay algo más: baches, suciedad, aceite, objetos pequeños... Sobre todo de noche. Y hay que conducir de forma muy progresiva. No acelerar mucho. Frenar, pero no hacer frenadas fuertes. Tumbar, pero no tumbar más de lo que te pide el paso por curva, etc. Hay que respetar mucho las distancias de seguridad incluso cuando vas "en paralelo" a otro vehículo, porque muchos coches con lluvia se quedan sin retrovisores exteriores debido a las gotas en la ventanilla. Y la gente se agobia bastante conduciendo con lluvia así que hacen maniobras extrañas con frecuencia. Y en la moto no vas con el margen de reacción de siempre, sobretodo, en contra de lo que parece, a la hora de dar un golpe de gas y salir de un apuro, especialmente si no dispones de control de tracción.

Eder: “Son los días que más disfruto de conducirla”

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Eder es un gallego de 27 años que ha ido ascendiendo de cilindrada desde el ciclomotor hasta obtener el carnet A2. Actualmente cuenta con una Yamaha XT125X que usa a diario desde hace 11 años, llueva o haga sol: “Vivo en Galicia y para moverme por ciudad uso la moto llueva, nieve o estemos en medio del juicio final, salvo que necesite llevar algo grande que no entre en una mochila. Y eso que aquí llueve de media unos 120 días al año. Es raro el día que no la uso. Y aunque muchos me miran como un loco y otros con pena cuando me ven salir del garaje con la moto en medio del diluvio universal, en verdad son los días que más disfruto de conducirla.”

En sus más de 10 años conduciendo motos, Eder ha vivido de todo pero, sorprendentemente, no tiene ninguna “anécdota” relacionada con el mal tiempo: “Tengo que admitir que este tema es algo curioso y nunca había pensado en ello ahora ya que, aunque he vivido varias situaciones tensas, ninguna fue debido a la climatología. Debe ser una mezcla entre suerte y precaución.” O quizá que los del norte estáis hechos de otra pasta, ¿no?.

Pero como buen gallego, es consciente de que, para conducir con mal tiempo, hay que ir muy bien equipado: “Para soportar el frío y el mal tiempo solo veo una solución, y es sin ninguna duda armarse con un buen equipamiento. En cuanto a la conducción, algo que me parece imprescindible es que debes extremar las precauciones con el mal tiempo y no escatimar en neumáticos ni mantenimiento. En días de mucha lluvia los despistes se pagan, la frenada se alarga mucho y una maniobra brusca, pisar en un mal momento la pintura del suelo o llevar los neumáticos en mal estado puede significar una caída.

José: “El calor excesivo procuro evitarlo.”

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José es un gallego de 48 años que en sus años mozos no conocía otro medio de transporte que no fuera una moto. Tras 30 años de carnet de moto y una larga lista de “novias” de dos ruedas, entre las que hubo desde ciclomotores, un Vespino XE, y otras de pequeña cilindrada, como una preciosa Honda NSR125R del año 90, hasta unas cuantas RR japonesas ochenteras y noventeras (Honda CBR 900 RR, Suzuki GSX 750 R, Kawasaki ZXR 750 y Yamaha FZR 1000 EXUP, entre otras), actualmente posee una pequeña pero guerrera Suzuki Bandit 400 y una RR de las de antes, una Honda CBR900RR, como la que ya había tenido en los 90, ambas del año 94.... Y con su gran experiencia, es de los que les da igual el tiempo que haga a la hora de coger su moto, excepto cuando las altas temperaturas revientan los termómetros: “Yo soy de cogerlas en cualquier circunstancia excepto con calor excesivo. He salido con lluvia infinidad de veces, tengo hecho Pingüinos yendo por las roderas de los camiones subiendo el Manzanal, con frío glaciar a -4º, con viento huracanado tumbando en plena recta... Pero el calor excesivo procuro evitarlo. Cuando hay temperaturas de más de 30ºC procuro no cogerlas, me muero literalmente en ellas, paso un calor infernal."

Y en 30 años viajando en moto, no han sido pocas las aventuras que ha vivido sobre dos ruedas sufriendo más que disfrutando por culpa del mal tiempo: “Podría contarte muchas. Por ejemplo, venir de paquete en una EXUP desde Monforte de Lemos con un chaval que tenía que llegar sí o sí a una hora porque tenía que entrar a trabajar y coincidir esa tarde la tormenta perfecta; varias nevadas gordas o heladas increíbles camino de o volviendo de Pingüinos; viento huracanado volviendo de Jerez un año… Y muchas más.” Actualmente José es más de andar a su aire y de perderse por las carreteras de su tierra que de muchedumbres moteras… Pero no quería despedirse sin antes darnos algún consejo para que cualquier inclemencia temporal no nos arruine un viaje en moto: “Lo más importante es ser precavido por lo que pueda pasar. En verano, nunca puede faltar en el equipo de viaje un impermeable. Para el invierno, un buen equipo Goretex y sellar bien las zonas del cuello, el final de la manga o enlace con los guantes, y la cintura. Todo ello acompañado con unas buenas botas goretex. Para la lluvia, un traje de agua nunca sobra. Y yo, que tengo una RR, ¿dónde meto todo eso? ¡En una buena mochila!”

Ignacio José: “La mejor forma de afrontar el frío es disfrutar del mismo”

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Nacho es un madrileño de 31 años que lleva media vida en moto. Normalmente lo podemos ver son su Honda CRF 1100 Africa Twin Adventure Sport por Madrid y Guadalajara, pero siempre que puede se escapa al Pirineo Aragonés. Ni el frío ni la nieve son un impedimento para este aventurero: me encanta conducir la moto sea cuando sea y por donde sea, siempre con respeto al terreno por el que esté circulando, a las condiciones climatológicas que me encuentre en cada momento y a la propia moto. Soy de los que les gusta sentir el calor del sol en verano abrasándome  y al ver un río parar y bañarme con lo puesto pero también sentir como los dedos de la mano empiezan a doler del frío y parar a calentarme con un buen caldo.” Como veis, Nacho sabe apreciar los pequeños placeres de la vida.

Y no son pocas las aventuras que Nacho ha vivido sobre la moto pero, hasta las más peligrosas, las toma con humor: “Situaciones tensas como tal, no he vivido ninguna, divertida a la vez que peligrosa podría decir. Por ejemplo, saliendo de Sabiñánigo, acostumbraba a realizar con la moto lo que se conoce en la zona como la Treparriscos, pero en moto en vez de en bicicleta. Pasado Broto, comenzó a llover como pocas veces he visto y por el intercomunicador un compañero me preguntó si parábamos y nos resguardábamos o seguíamos. Ambos decidimos seguir. De la lluvia que caía prácticamente no veíamos lo que teníamos a 10 metros y nos encontramos a personas parados tanto con bicicletas como motocicletas que nos miraban como si estuviésemos locos por seguir circulando. A pesar de ser conscientes de los riesgos que entrañaba seguir la marcha íbamos con una sonrisa de oreja a oreja y terminamos brindando en la terraza del Acra totalmente empapados.”

Tras aventuras como ésta, Nacho se toma el frío en moto con mucha diplomacia: “La mejor forma de afrontar el frío es aprender a disfrutar del mismo. Quien quiera ir calentito se verá abocado a conducir exclusivamente en  primavera/verano. Lógicamente, el ir con vestimenta adecuada ayudará. Eso sí, en caso de utilizar ropa calefactable, que ésta se encuentre homologada, ya que en alguna ocasión me ha tocado ver quemaduras en pecho y manos por culpa de querer ahorrar 5 euros.”

Y después de leer todas estas historias reales... ¿Sigues pensando que la moto es solo para el buen tiempo?

Esther Rabadán
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Esther Rabadán

Amante de las motos desde que tengo uso de razón, llevo toda la vida sobre dos ruedas. Tras realizar colaboraciones en distintos medios, en Moto1Pro he hecho de mi pasión, mi modo de vida. Curiosa, analítica y muy digital, además de probar motos, coordino la redacción con mano de hierro en guante de seda.

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