Moto1pro
Tu opinión cuenta: Mujeres moteras

Tu opinión cuenta: Mujeres moteras

Está comprobado que año tras año, más mujeres se animan a manejar su propia moto. Hoy, algunas de ellas, nos cuentan su historia

Facebook
Twitter
Whatsapp
Esther Rabadán
Esther Rabadán
Autor Foto
Usuarias
Fecha16/04/2021
Tu opinión cuenta: Mujeres moteras
Facebook
Twitter
Whatsapp
Esther Rabadan
Esther Rabadán
Autor foto
Usuarias

Fecha16/04/2021


Las motos han sido, de siempre, una afición catalogada como masculina. Pero eso hoy en día ha cambiado. Hay ciudades en las que hasta un 20% de las motos son de mujeres. El incremento de féminas en el sector ha ido aumentando y la tendencia está en alza. Por esto, he querido ponerme en contacto con mujeres moteras para que me cuenten su experiencia en el mundillo y atentos, porque hay algunas que llevan montando desde antes de que tú nacieras.

Leonor: “Ser motera es lo que ha dado sentido a mi vida”

Tu opinión cuenta: Mujeres moteras

Leonor, o Leo, como le llama todo el mundo, es una manchega de Ciudad Real que lleva casi 50 años montando en moto. Se sacó el carnet en el año 1973 escuchando cómo el examinador le preguntaba: “¿Para qué quieres tú el carnet de moto?”. Pero ella no se echó atrás y, aunque tuvo que esperar a estar casada para poder tener su carnet (cosas de la época), fue pionera en su ciudad. En mitad de la década de los 80 empezaron a realizarse concentraciones por la provincia y ella siempre regresaba a casa con un trofeo “por la motera más veterana” aunque en esa época no llegaba ni a los 40 años. En 1992 se compró una Honda CBR600F que tuvo hasta tener casi 60 años. Actualmente, con 70, sigue disfrutando de la vida sobre una Honda NC750S: “Ser motera es lo que ha dado sentido a mi vida”. Leo no quería despedirse sin dedicar unas palabras a las futuras moteras: “Móntate una vez, solo una. Porque ya no vas a poder volver a bajarte de ella. La moto te da la vida. Te da una energía que te transformas en otra persona. Te da la felicidad”.

Mireia: “Olé yo”

Mireia es una Vallisoletana de 31 años que lleva montando en moto desde antes de cumplir los 20. Actualmente es la dueña de una Honda CBR600RR de 2007, aunque por su garaje han pasado varias motos. Para ella, ser motera tiene un significado especial: “Me siento libre y orgullosa haciendo algo que me apasiona y que cada vez se me da mejor”. Desde que comenzó, ha estado muy integrada en este mundo “de hombres”, de hecho, han sido ellos mismos los que han estado ahí para ayudarla: “te animan y ayudan a que conduzcas mejor dándote consejos y trazando el camino”. Aunque cierto es que alguno todavía se sorprende: “Cuando compré mi moto actual, el chico se quedó como... ¡Ah! ¿Que es para tí?”. Además, Mireia acostumbra a hacer largos viajes con su marido, cada uno en su propia moto, y todavía ha gente que se extraña al verla: “la gente se te queda mirando porque eres mujer, pero a mí esa sensación me gusta, porque pienso: "ole yo". Es lo que me apasiona y disfruto con ello”. Para finalizar, no quería despedirse sin enviar un mensaje a aquellas moteras que todavía no se animan a llevar su propia moto: “Si te gusta, lucha por ello. Somos cada vez más y es genial conocer a otras moteras y salir de ruta con ellas”.

Lidia: “Nadie nace sabiendo”

Lidia es una madrileña de 28 años, motera desde la cuna, que actualmente pilota una Ducati Supersport S. Tras 5 años conduciendo motos, ha vivido alguna que otra anécdota que demuestra que, sorprendentemente, todavía hay gente que no normaliza a la mujer como motera: “En alguna ocasión, he ido con mi pareja a informarme sobre una moto o sobre equipación y le han hablado directamente a él, como si no supieses de lo que hablas. Además, soy muy bajita y he recibido alguna que otra mofa por ser pequeña y manejar motos grandes. Pero afortunadamente vamos avanzando como sociedad y cada vez se repiten menos estos episodios.” Pero, ante todo, Lidia se siente muy orgullosa de ser motera: “Me siento libre, yo lo llamo mototerapia, conozco gente que comparte esta pasión, nos ayudamos entre nosotros…” Y, para todas esas moteras que no se terminan de animar, Lidia tiene un mensaje: “Insiste, nadie nace sabiendo. Hasta el más torpe con práctica se saca el A2 o se hace a una moto. Más vale hacerlo a la enésima vez que no hacerlo nunca. Y que nadie te impida hacer lo que tú quieres. Las personas van y vienen, y al que no le guste que no mire”.

Marta: “Es lo que necesitaba en mi vida”

Marta es una valenciana de 27 años que reside en Madrid. Lleva conduciendo motos desde 2018 y actualmente es la orgullosa dueña de una Suzuki GSX-S750. Motera desde bien pequeña, para ella esto es un sueño cumplido: “Me lo propuse como una locura y un capricho "imposible", y aquí estoy a día de hoy, disfrutando cada vez que cojo la moto, aunque sea para dar un paseo por la ciudad. Es vivir "libre", sentir el sol calentarte el cuero del mono. No sé explicarlo muy bien, pero es lo que necesitaba en mi vida. Y tras varios años en el mundillo, admite que siempre ha sido muy bien acogida, nadie la ha menospreciado por ser mujer y si en algún momento ha sufrido un impedimento, ha sido por parte de su propio padre: “Me costó convencerle cuando me compré mi primera moto, la veía muy grande, muy pesada, y a mi me veía sin experiencia. Supongo que se dejó llevar por el miedo, ya que él también fue motero en su día”. Y, tras haber demostrado a su propio padre que sí se puede, Marta quiere animar al resto de moteras a que luchen por su sueño: “Si de verdad lo quieres, lucha por ello. Le pese a quién le pese. Si alguien te dice que no puedes, demuéstrale que sí puedes hacerlo”.

Andrea: “Es una parte imprescindible en mi vida”

Andrea es una motera de Logroño de 27 años que actualmente rueda con una Yamaha MT-07 limitada para el A2. Para ella ser motera es una parte imprescindible en su vida: “Me he criado entre motos, ya que tengo la suerte de que mi padre es motero. Ahora cada domingo salgo de ruta con él y con mi tío. Esos momentos y recuerdos juntos con la moto... No tienen precio”. Por su parte, durante todos estos años, nunca ha tenido ningún problema por el hecho de ser mujer: “Siempre me he sentido muy arropada”. Por eso quiere animar a otras moteras a tomar la decisión de unirse a este mundo: “Hay una frase que me ha marcado mucho: "Hazlo. Y si te da miedo, hazlo con miedo", porque lo que te deparan las motos es una nueva vida y cuando lo descubras pensarás "¡Tendría que haber cogido la moto antes!". Puedes empezar cogiendo motos de poco peso y menos cilindrada si eso te hace sentir más segura, para ir cogiendo equilibrio, tacto con el gas... Con la práctica es como se consiguen las cosas”.

Elsa: “En la moto los demonios se van”

Elsa es una cordobesa de 28 años que actualmente pilota una Honda CB500F. Para ella ser motera es sinónimo de libertad: “Lo significa todo: significa libertad pura, no tener límites, diversión... También me relaja muchísimo. La moto es el lugar donde me siento tranquila y los demonios se van.” Durante los años que lleva conduciendo motos, Elsa ha recibido algún que otro comentario “fuera de lugar”: “Mucha moto ¿no?". Pero nada le ha parado y tiene muchas anécdotas que contar. Entre ellas destaca una: “Un día conocí a un Francés haciendo puertos por los Pirineos, lo perdí de vista y más tarde me paré en una rotonda a buscar un lugar para dormir. Él me vio allí y se paró pensando que me pasaba algo y cuando le conté lo que estaba haciendo terminamos buscando juntos. Al día siguiente hicimos más puertos juntos, ruteamos todo el día. Los dos hablamos un inglés regulero, pero fue muy divertido. Se llamaba Dennis y tendría unos 50 años, era súper amable, respetuoso y agradable. Me contó que su mujer también viajaba a veces con su DZR y fue realmente divertido. Por último, Elsa no quería irse sin animar al resto de mujeres a unirse a este mundo: “No hay nada que temer, esto no es inaccesible y todos somos capaces de todo. No hay que tener prisa, hay que andar cada uno su camino y se trata siempre de DISFRUTAR, si tú disfrutas yendo más despacio, hazlo, si disfrutas yendo rápido, hazlo (con cabeza), pero no te dejes influenciar por frases negativas de "tú no puedes", "es que vas a otro ritmo". Tú sí puedes, simplemente hazlo”.

Marta: “Es mi trabajo y mi vida”

Marta es una madrileña de 33 años propietaria actualmente de una KTM 790 Duke. Para ella ser motera significa muchas cosas: “Recuerdos con mi padre (motero también), una forma de independencia y libertad total, a la vez que de compañerismo y fraternidad con el resto de moter@s. Vivir la naturaleza y el entorno de forma especial y ahora mismo es mi trabajo y mi vida”. Dedicándose a las motos como lo hace, Marta ha tenido alguna que otra mala experiencia: “sobre todo en talleres, dando por hecho que no sé de motos ni mecánica por ser una chica”. Pero nunca se ha echado atrás y, durante un viaje que hizo de casi 1000 kilómetros para ver a su familia en Galicia, vivió una de las situaciones más anecdóticas que recuerda: “paré en un restaurante de carretera a tomar algo y seguir camino. Me atendió una mujer mayor muy amable, pero que al verme con el mono y el casco me dijo muy sorprendida: "Chiquilla, ¿vas tú sola en esa moto tan grande? ¿No te lleva tu novio?" Me tuve que reír. Al decirle después que además venía de lejos me soltó: "Yo siempre quise tener una moto". Y ahí me quedé sorprendida yo”. Y para las mujeres que no se terminan de animar por miedo, Marta tiene un consejo: “Si de verdad te llama, lánzate porque no estás sola. La comunidad motera es amplia y diversa”.

Yazmina. “Lo imposible es aquello que no se intenta”

Yazmina es una valenciana de 30 años que lleva toda la vida sobre una moto. Desde bien pequeña conducía Pit Bikes y ahora tiene una Yamaha XJ6 y una Suzuki GSX-R 600 en su garaje. Cuando le he preguntado qué significa para ella ser motera, lo ha tenido bien claro: “Para mi ser motera significa libertad, cumplir la ilusión que tengo desde pequeña de vivir a mi manera, de conocer mundo con esa adrenalina y paz que te da la moto, conocer a personas y vivir experiencias que este mundo te da”. Y durante todos estos años no han sido pocos los momentos anecdóticos que ha vivido sobre una moto: “Iba de viaje con una amiga: Ella también es motera y cada una íbamos con nuestra moto. Hicimos una parada para a tomar café y el camarero se pensó que era un chico, ya que llevo el pelo corto, y me dijo: Llevas tú la moto y ella de paquete, ¿no? Por lo que rápidamente nos reímos y le contestamos que no, que llevábamos cada una la suya”. Antes de despedirse, Yazmina quería dar un consejo a las futuras moteras: lo imposible es aquello que no se intenta, por lo que hay que atreverse a vivir y conseguir lo que una sueñe. En este mundo siempre habrá alguien para tenderte la mano”.

Lorena: “Nunca es tarde para empezar”

Lorena es una gallega de 40 años que, tras 3 años de carnet, disfruta actualmente sobre una Suzuki GS500F. Para ella ser motera significa una meta cumplida: a los 16 años ya tenía las motos en mi mente, pero en aquel momento no pudo ser. A los 30 pensaba que ya era tarde para ponerme a obtener el carnet y, vueltas que da la vida, mi pareja se compró una moto. Yendo de paquete dije “esto no es para mí”, así que di un paso al frente. Probé primero con una de 125 para comprobar si era capaz de llevar una y... hasta hoy”. Durante estos años, Lorena no ha tenido ningún problema por ser mujer: “en el círculo de personas en el que me muevo no hacemos distinciones de género, lo importante es montar en moto”. Para terminar, no se podía ir sin dedicar unas palabras a las futuras moteras: “Nunca es tarde para empezar, somos cada día más, así que mejor probarlo y comprobar si realmente te gusta o no, que negarte la posibilidad antes de tiempo de disfrutar de algo que te gusta. Después, paciencia y perseverancia, todos nos caemos y nos levantamos, así que lleva protecciones y haz cursos y kms para ganar habilidad”.

Esther Rabadán
Twitter Instagram Linkedin

Esther Rabadán

Moto1pro
Esther Rabadán

Esther Rabadán

Amante de las motos desde que tengo uso de razón, llevo toda la vida sobre dos ruedas. Tras realizar colaboraciones en distintos medios, en Moto1Pro he hecho de mi pasión, mi modo de vida. Curiosa, analítica y muy digital, además de probar motos, coordino la redacción con mano de hierro en guante de seda.

Twitter Instagram Linkedin