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Vídeo: Historia de OSSA: La gran olvidada

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OSSA pudo ganar un Mundial de 250, ganó dos Europeos de Trial, hizo modelos increíbles como la Enduro, la Phantom o la Yankee y demostró una creatividad superior a Bultaco o Montesa.

OSSA fue una marca de motos que pudo ganar un Mundial de 250 con una moto revolucionaria. Ganó dos Europeos de Trial. Hizo modelos increíbles como la Enduro, la Phantom o la Yankee. Demostró una creatividad superior a Bultaco o Montesa. Pero, quizás, le falto suerte. Una ironía de la vida para una marca cuyo símbolo era el trébol de 4 hojas.

Orpheo Sincronic Sociedad Anónima fue una empresa fundada en 1928 por la familia Giró para fabricar proyectores de cine. Pero pronto la pasión de Eduardo Giró, más conocido por “El técnic”, el técnico en catalán, orientó a la empresa a la fabricación de motos que comenzó en 1949. El sueño duró casi 40 años, pues en 1983 la empresa cierra por quiebra.

Los inicios

En sus inicios OSSA tenia relación con Ricardo Soriano, todo un personaje, Marqués de Ivanrey, creador de una marca de coches, de una marca de motos, inventor y promotor turístico… todo un personaje.  Con su ayuda, además de proyectores de cine, OSSA comenzó a fabricar motores fueraborda y más tarde nace la OSSA 125A de 2 tiempos. La gama se amplia con la 175 GT con motor Morini y la “Osita”, un ciclomotor con motor de 50 cc.

Eduardo Giró hijo

Eduardo Giró, hijo del fundador, acaba su carrera de ingeniería y se incorpora en 1964 al departamento de desarrollo de la marca… y la lía. Orienta a la marca hacia una mayor deportividad con la mirada puesta en la exportación a los Estados Unidos, como ya hacían sus rivales. Eduardo prueba el modelo estrella de la marca en ese momento, el de la OSSA 160 y su veredicto es claro: “Esta moto tiene que correr más”. Sube la cilindrada a 175, luego a 230 y luego a 250 y comienza a competir de tú a tú con las Montesa Impala y Bultaco Tralla.

La competición

Llegan la competición y los éxitos. En 1967, OSSA consigue el primero y el tercer puestos en las 24 horas de Montjuic. Eso anima a la marca que ficha a un piloto muy prometedor, como curiosidad, a un piloto madrileño, Santiago Herrero, que gana el Campeonato de España ese mismo año.

El motor 250 cm3 de OSSA era un verdadero avión. Y en ese momento el “Técnic” diseña un chasis monocasco. El cóctel era explosivo: Un motor que era un pepino, montado en un chasis muy rígido y con un pilotazo a los mandos… ¿Qué podía fallar? Pues dos cosas: El dinero y la suerte.

El Mundial y Santi Herrero

En 1968, OSSA participa en el Mundial de 250. En condiciones casi de penuria hacen un tercer puesto en Monza y quedan séptimos del Mundial. El 69 fue prometedor y consiguen acabar terceros tras las Yamaha oficiales de cuatro cilindros, consiguiendo ganar 3 GG.PP. La FIM prohíbe las motos de 4 cilindros, con lo cual la OSSA gana en competitividad.

En el 70 el equipo no lo oculta: Van a por el Mundial. Santi Herrero va líder cuando llegan a la cuarta prueba del Mundial, el Tourist Trophy, la carrera más peligrosa del planeta. En la milla 12+1 del circuito de La Montaña Santi Herrero pierde la vida. El sueño se convierte en pesadilla y OSSA abandona el Mundial. Nunca volverá.

OSSA y los americanos

Eduardo Giró tuvo desde el principio una estrecha relación con los norteamericanos y de hecho OSSA llegó a vender un 75 por ciento de su producción allí.

Llegaron a un acuerdo para fabricar motos de manera conjunta con la empresa Yankee Motor. Y Giró desarrolló un motor bicilindrico que era la suma de dos motores mono de 230 cm3 y daba casi 60 CV. Las Yankee Z500 con motores OSSA no tuvieron buena acogida y OSSA se queda con un motor con el que no sabe que hacer. Hasta que deciden hacer una moto de carretera extraordinaria para la época, la OSSA Yankee que nace en 1976, la moto más rápida del mercado español gracias a sus 60 CV.

El trial con Mick Andrews

Paralelamente a la aventura americana, OSSA inicia su andadura en el Trial y ficha a una promesa británica del off road: Mick Andrews. Giró y Andrews, que se traslada a Barcelona, trabajan juntos y fruto de ese trabajo son los Campeonatos de Europa, no había todavía Mundial de Trial de 1972 y el nacimiento de la famosa OSSA MAR, es decir, la Mick Andrews Réplica.

Pero, a golpe de talonario, Yamaha se lleva a Andrews y las penurias económicas acechan a OSSA. Aún así, Andrews regresaría a OSSA para hacer otra gran moto, la 250TR mas conocida por “La OSSA amarilla”.

Los mitos: Phantom, Enduro, Dessert...

Pero además de las monocasco, de la Yankee y de la MAR, OSSA ha fabricado otras motos míticas. No me quiero olvidar de cuatro motos, la Phantom, la Enduro, la Dessert y la 250T. Las OSSA tenían fama de ser motos especialmente ligeras y bien resueltas.

El final

El final es triste. Yankee Motor no paga las facturas y OSSA no tiene liquidez. El mercado off road se retrae y OSSA reconvierte su motor y chasis para lanzar en 1975 la 250T una moto turística de asfalto que debía complementarse muy bien con la Yankee… pero no hay dinero y la fabrica cierra. Hay un intento de convertir a la fábrica OSSA en una cooperativa, pero sin la gestión de la familia Giró y sin el genio de “El Técnic” no era fácil y el sueño de acaba en 1983.

La vuelta en 2010

En 2010 un grupo de inversores españoles crean OSSA Factory con la idea de refundar la marca. Se llegaron a fabricar 800 motos al año y OSSA trató de alcanzar acuerdos con Gas Gas y Rieju… pero sin éxito. Además, no nos engañemos… no era lo mismo. Personalmente creo que para bien y para mal OSSA era Giró… y sin Giró, pues no era la auténtica y genuina OSSA, mi marca española favorita.

La anécdota del día

¡Que grande ser joven! Así se llamaba una prueba de motocross multitudinaria tanto de pilotos como de público que se hacía en Madrid a mediados de los ´70, patrocinada por los grandes almacenes españoles, a pesar del nombre, “El Corte Inglés”. ¿Y dónde se celebraba? Aunque cueste creerlo hoy día, en La Casa de Campo. Allí fue donde vi mi primera carrera de Motocross de mi vida y donde me enamoré de ese deporte.

Un amigo de mi hermano que tenía precisamente una Phantom se apuntó. Recuerdo que tenía un Mini 850 y aunque cueste creerlo, llevaba la moto en la baca del coche. Pero, ya en el circuito, ¡no llegó a dar una sola vuelta! Volvió enfadado a los boxes, que eran un verdadero barrizal, comentado: “¡Pero has visto que subidas, que bajadas y que saltos!”.

La verdad es que a mi me parecieron impresionantes… pero pensé, ”algún día haré esto”. Y lo hice. Pero no con una OSSA Phantom, sino con motos mucho mejores…

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