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El otoño mediterráneo quería sumar incertidumbre al pronóstico del GP de Europa. No ha habido dos sesiones de entrenamiento en las mismas condiciones, incluido el domingo. El warm up había sido en seco con parches mojados, (seco para los amigos, pues todos rodaron con slicks), un terreno en el que a veces destacan los que no tienen nada que perder (Aleix Espargaró en este caso). Joan Mir remató la esperanza de Espargaró en la última vuelta del warm up, después de un rodar muy consistente.
En unas circunstancias tan variables y sin haber podido rodar en seco, las favoritas eran las Suzuki. No son las más rápidas en recta, tampoco en paso por curva, pero han estado en la pomada toda la temporada. Además, salían en las dos primeras filas de la parrilla, única asignatura pendiente del curso.
Al final han estado delante los fuertes del warm up: Las Suzuki, Pol Espargaró y Takaaki Nakagami, gran promesa nipona de casi 30 años. Álex Rins lo ha intentado, comandando una carrera hasta que se ha ido largo. Mir ha demostrado concentración y madurez, nivel y determinación. Tras la carrera ha reconocido que lo de ganar una carrera resonaba en su cabeza. Su título valdría lo mismo sin la victoria en el GP de Europa, pero esta victoria muestra a los miopes lo que desde lejos se podía oler: Mir tiene la madera de campeón que se le da por supuesta (porque la tiene) a Rins. Dentro de una semana, además de la consideración, es muy probable que tenga en su vitrina el título de Campeón del Mundo. Ya el segundo.
Pol Espargaró ha cosechado un valioso podio a falta de "su" victoria en KTM antes de pasarse a Honda. Las motos niponas han mostrado mejora y ya no parece la marca desnortada de hace un par de meses. El relevo lo ha tomado Yamaha, cuyo castillo de naipes de desmorona. En Ducati, más que naipes, dominó: 6º, 8º, 9º y 10º.