Ciclomotor Batabata: el germen de la industria japonesa

Si visitamos la ciberpágina worldometer veremos que de acuerdo con el producto nacional bruto, Japón es la tercera economía mundial, por detrás de Estados Unidos y China… y Alemania la cuarta. Algo es un poco difícil de explicar si tenemos en cuenta que Japón y Alemania fueron los grandes perdedores de la II Guerra Mundial.

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Al finalizar la Guerra, el país del Sol Naciente era una nación humillada, donde su emperador dejaba de ser un dios y el ejército estadounidense mantendría una fuerte presencia durante décadas. El país estaba en bancarrota y para comenzar a moverse hubo que recurrir a bicicletas a las que se les acoplaba un pequeño motor de dos tiempos.

El germen de la industria japonesa

Los humildes ciclomotores de la posguerra se conocían popularmente con el nombre de Batabata por el sonido que hacía el pequeño motor de dos tiempos. En el Japan Mobility Show 2023 (antes conocido como el Salón de Tokio) se ha mostrado esta bicicleta con propulsor como homenaje a aquellos vehículos que sirvieron como transporte individual en un Japón sumido en la más profunda de las derrotas.

La réplica se vende por 400 000 yenes (2500 euros) pero solo como elemento de decoración porque no está homologada para circular por las vías públicas. La atención al detalle queda patente en el color vainilla del vehículo, es igual al de los neumáticos. El faro de bronce es otro aspecto que nos lleva al Japón de principios de los años 50, un país que muy poco tiene que ver con el actual.

Basta echar un vistazo para darnos cuenta de que estamos ante una bici con un minúsculo motor de 2T, nada más. Ya sea por el sillín de cuero o la bomba de aire dispuesta en el cuadro, justo encima del depósito de gasolina. Si se nos permite el estereotipo, de aquellos polvos vienen estos lodos. Humildes vehículos como este marcaron el comienzo de lo que luego sería un imperio motociclista que dominaría el mundo con marcas como Honda, Kawasaki, Suzuki y Yamaha.