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El artista taiwanés Shawn Lin ha preparado una Honda CB350 que es un homenaje a la calidad de fabricación japonesa y a la imagen británica.
Vaya por delante una confesión, somos unos entusiastas de la Honda GB350/CB350, una moto que goza de un gran predicamento en ciertos mercados como el indio o japonés y que nos gustaría que estuviese al alcance de los aficionados europeos y americanos.
La pequeña monocilíndrica conquista con una estética retro basada en la sencillez y limpieza de líneas, en la línea clara, una filosofía que, trasladada al cómic, llevó a muy altas cotas Georges Prosper Remi, más conocido como Hergé, el creador de Tintín.
La preparación con base Honda CB350 que ves aquí ha salido a la luz en la ciberpágina de bikeexif.com. Ha sido concebida por Shawn Lin, un artista taiwanés que trabaja en la industria de los videojuegos. Al ver el modelo pensamos que la inspiración ha venido de icónicos modelos británicos de los años 50 y 60 del siglo pasado como la BSA Gold Star o la Norton Manx.
Shawn Lin ha respetado la sencillez de la Honda CB350 original pero ha elevado el atractivo del modelo a la enésima potencia con un uso exquisito del negro y los cromados. A lo que hay que añadir un precioso y clásico cupolino y unos neumáticos de banda blanca.
El trabajo partió de una Honda CB350 de 2021 -que en Taiwán y otros mercados se comercializa con el nombre de H’ness CB350- (una abreviación de la palabra inglesa highness – su majestad). A pesar de lo espectacular del resultado, no fue necesario realizar cambios drásticos como cortar el chasis o montar otros guardabarros.
“Mi diseño está muy influido por la enorme nostalgia que tengo de la estética del pasado. Pero este proyecto va mucho más allá de mi amor por el estilo retro y es fruto de un profundo compromiso con el trabajo artesanal. El logotipo clásico de Honda en el depósito se complementa con las líneas retro de la CB350. El resultado es un homenaje a la elegancia de las motos británicas y a la excelencia de la fabricación japonesa”, explicó Shawn Lin.
Uno de los detalles más logrados es el carenado estilo Rickman en el que no falta la pieza transparente con forma de burbuja que protege el faro. El cupolino va sujeto por unos tirantes que salen del tapón del depósito de gasolina y que imitan a los cuernos de las armaduras samurai. Otro idea digna de mención es el escape con dos silenciadores (pese a que el propulsor es monocilíndrico), un guiño a la icónica Honda CB750 Four de 1969.
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