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En la década de los 80 el motociclismo se embarcó en una aventura que duraría muy poco: las motos con turbo. En esa época en el mundo de la automoción la palabra “turbo” se convirtió es un sonido mágico capaz de producir efectos milagrosos. Aunque aquel intento, hablando en plata, fue un fracaso en lo que a las dos ruedas se refiere. Lo que no quita que los modelos turbo cada vez sean más apreciados por los coleccionistas.
Hace 40 años las motos turbo no solo eran un prodigio tecnológico, sino que además tenían una imagen de ciencia ficción que dejaban claro que no estábamos ante un modelo “normal”. Las Honda CX500 Turbo, Kawasaki GPz 750 Turbo, Suzuki XN85 y la Yamaha XJ650 Turbo desaparecieron del mercado con rapidez debido, entre otros factores, al temido “turbo lag” -retraso en la respuesta- (digamos que la conexión entre el puño de gas y la rueda trasera no era idónea).
Si Honda, con su CX500 turbo echó la casa por la ventana, pues entre otras cosas fue la primera moto de serie alimentada por inyección. Yamaha optó por una ofrecer un modelo más asequible a partir de la XJ con un motor tetracilíndrico en línea refrigerado por aire y aceite. Además, no utilizaba inyección sino unos carburadores convencionales que se mostraron muy fiables. El turbo era “todo o nada”, lo que ponía en aprietos a un chasis que, ya de entrada, no era para tirar cohetes.
Donde Yamaha echó el resto fue en una estética que la mayoría de los aficionados no encontraron muy atractiva, aunque no se le puede negar que no se parece a ninguna moto que hubo antes o después… El enorme frontal del carenado, el depósito hacia arriba, la decoración plata y roja… La línea nos recuerda a la serie televisiva de 1985 (solo se hicieron 14 capítulos) titulada “Street Hawk” (Halcón Callejero).
Hace cuatro décadas, con la electrónica todavía en sus comienzos, la tecnología turbo como medio de lograr más potencia en una moto no se mostró como una buena idea. Ello no quita que estos modelos sean una parte importante de la historia del motociclismo y las pocas unidades que se fabricaron solo añaden valor a las que han sobrevivido.
La moto que ves aquí la subastó la compañía iconicmotorbikeauctions.com. Se trataba de un ejemplar fabricado en febrero de 1982 y el propietario aseguraba que hacía 16 años que la tenía después de habérsela comprado a un amigo. Lleva batiempo parada y necesitaba algunas reparaciones.
Quizá no sea la moto idónea para dar una vuelta el fin de semana pero nadie puede negar su valor histórico. La Yamaha XJ650 Seca Turbo es un verdadero icono de los años 80 y ejemplo de que la teoría no siempre se plasma de la misma manera en la práctica.
Tras estudiar periodismo e inglés, en los 80 me publicaron una entrevista con Kenny Roberts y desde entonces estoy en este mundo. Dispuesto a aprender hasta la caída de la bandera ajedrezada.
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