Prueba Honda Transalp 750: la trail media universal
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
Cilindrada
Motor
Potencia
Peso
Carnet
Precio
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Han pasado nada menos que 37 años desde que apareció la primera Honda Transalp en 1986, lanzada en su momento en pleno nacimiento del segmento trail como opción más rutera que su hermana Africa Twin. Montaba un inédito motor bicilíndrico en V (de base compartida con la Africa) que empezó con 583 cc y subió hasta los 680 cc en varias evoluciones antes de desaparecer hace cosa de década y media. Su reaparición era algo que Honda tenía pendiente, y tras años de rumores y posibles “encarnaciones” por fin la tenemos aquí: con el mismo motor bicilíndrico 750 de la nueva Hornet pero chasis, ruedas y suspensiones adaptadas al uso mixto asfalto-campo y mejor dotada para viajar. Las cifras clave son su precio, 10.900 euros, su potencia, 92 CV o su peso: 208 kg.
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Honda Transalp 750 2023
Hace poco pudimos probar a fondo la Honda Hornet y esta Transalp toma su misma base mecánica: el motor es idéntico, pero añade un modo “Gravel” dedicado al campo. El chasis es muy similar (acero) pero usa tubos más rígidos además de tener un subchasis pensado para pasajero y maletas. Las suspensiones cambian más: diferente geometría, basculante (en aluminio) más largo y tijas más fuertes para una horquilla con barras de 43 mm y 200 mm de recorrido (190 mm detrás). Y las ruedas, claro: 21 pulgadas delante y 18 detrás apunta, a priori, a una moto “campera”, aunque sus llantas de radios exigen usar cámara (no nos gusta eso). Delante lleva dos discos de 310 mm pero usa anticuadas pinzas flotantes de dos pistones (otro punto negativo), y detrás un disco tampoco holgado de 256 mm.
Unas cosas con otras, la Transalp pesa 18 kg más que la Hornet con idéntica planta motriz, pero es que la naked es “minimalista” y ahorra peso en cosas como su estrecha rueda trasera o lugar casi inexistente para el pasajero, que en la Transalp es bien recibido, como el piloto, en un largo y mullido asiento, además de contar con carenado completo; la pantalla parabrisas es fija y las luces LED. Nuestra unidad de prueba montaba además un “kit” Adventure de protecciones que seguramente añadía en torno a 10 kg extra en total.
Del motor cabe recordar que es de nueva generación, inédito hasta la llegada de la Hornet y esta Transalp, con una estructura similar al 1100 de las Africa Twin/NT/Rebel: bicilíndrico en línea muy compacto, con cigüeñal calado a 270 grados, cuatro válvulas por cilindro y un solo árbol de levas (sistema “Unicam” de la casa que ofrece más ligereza y compacidad). Honda no se ha complicado cambiando especificaciones y mantiene la potencia de la naked (92 CV a 9500 rpm). En lugar de modificarlo buscando mejor bajo y medio régimen, que no son malos pero brillan menos que la parte alta, el desarrollo final se ha elegido (en mi opinión muy acertadamente) muy largo para que en sexta el motor vaya bajo de vueltas, desahogado, y... gastando muy poca gasolina. Se echa de menos un control de crucero dado que tiene acelerador electrónico y gestión de motor avanzada (pero sin IMU ni ABS en curva).
En marcha: un comportamiento intachable
Si la Hornet es una moto pequeña, de entrada la Transalp impone bastante al ser alta y parecer voluminosa, aunque nada más subirte ves que las suspensiones son blandas y baja bastante: con mi 1’83 m llegaba con ambos pies al suelo bien pese a esos 850 mm de altura de asiento anunciados (también es estrecha). Manillar, mandos y estriberas me quedaban perfectos y en la segunda esquina ya parecía mi moto de toda la vida… una frase que recuerdo solíamos aplicar a las Honda en los viejos tiempos. Embrague suave, gas directo, cambio perfecto, menús de pantalla familiares (igual que la Hornet que tenía reciente pero intuitivos)… El comportamiento es muy neutro y es más ágil de lo que pensaba en el tráfico urbano, donde se siente ligera y precisa.
Fuera de la ciudad su estabilidad es impecable, y el motor la puede mover bien por encima del límite “criminal” de velocidad con sorprendente facilidad… Una buena rutera si podemos mantener un equilibrio entre crucero y consumo, para que los casi 17 litros del depósito (algo escasos para viajar) nos lleven lejos, mientras carenado y pantalla desvían muy bien el viento. Dejando las autovías al margen y entrando en carreteras secundarias, con la Transalp disfrutaremos cuanto menos rectas tengan y no nos importará que el firme sea irregular porque estas suspensiones se lo comen todo y ofrecen buen confort de marcha.
Las ruedas grandes (21 y 18 pulgadas recordemos) permiten guiarla con precisión y pese a ellas o las suspensiones blandas sí se deja cambiar de lado, o en plena trazada inclinada, sin perder nobleza; me gustó el tacto de los Metzeler Karoo originales. También la probamos fuera de la carretera: por caminos va muy bien y podemos tocar la electrónica para derrapar o bloquear freno trasero, necesario en ese ámbito, pero las suspensiones blandas pronto avisan si nos animamos mucho y el suelo es muy irregular (es fácil tocar el cubrecárter en badenes). La Transalp tiene su faceta “off road” pero es más bien tranquila.
Motor bipolar
Hablando del motor me sorprendió la valentía de Honda usando el mismo de la Hornet sin modificaciones: en la naked su carácter deportivo “pega” muy bien, pero en esta trail de apariencia viajera y tranquila le da cierta personalidad bipolar. Cuando conduces sin prisa empalmas marchas (excelente cambio y más con el quickshifter opcional que montaba nuestra moto) sin subir mucho de vueltas y llegas a dejar la sexta, larguísima (25 km/h por 1000 rpm de motor daría una punta teórica de más de 260 km/h...). Andando así por carretera secundaria el consumo puede bajar bien de los 4 litros a los 100 km (sí) pero será un ritmo relajado, aunque pueda no ser necesariamente lento; en vías rápidas irías a 150 km/h con el motor a 6000 rpm, justo en mitad del reloj…
Pero para adelantar con agilidad, o si quieres buscar más prestaciones, sí usarás mucho el cambio y rara vez pasarás de cuarta… gastando entonces más cerca de los 6 litros, que tampoco es exagerado. El motor es emocionante y “ruge” a partir de unas 7000 y hasta 9000 rpm (corta pasadas las 10.000 y es un útil sobre-régimen si lo necesitas): a sus futuros propietarios les espera una buena sorpresa después del rodaje, cuando empiecen a buscar la zona roja del cuentavueltas. Pero este motor es tan bueno que a partir de 2000 vueltas, incluso por debajo, “tira” y nos permite movernos ágilmente en marchas largas. Yo soy muy partidario de los desarrollos largos, porque para eso tenemos el cambio: si la moto va corta en sexta, por más que busquemos no hay más marchas… Así que muy bien, Honda.
Conclusión
Me ha gustado mucho esta nueva Transalp: confieso que la antigua, sobre todo en sus últimas versiones, era una moto que me dejaba bastante frío… Estéticamente me parece muy bonita (así blanca al menos), Honda ya me sorprendió con el motor de la Hornet y me ha vuelto a sorprender (para bien) con el mismo motor en una moto totalmente diferente a la pequeña naked: es una moto un poco “bipolar”, eso sí, muy tranquila, cómoda, suave y agradable si la llevas relajadamente, pero más excitante si llevas el motor a su zona “buena” (alto régimen). En ese caso la parte ciclo te sigue muy bien pese a tener suspensiones algo blandas, y solo fuera del asfalto eso puede limitarla un poco. Una moto con la que me iría de viaje acompañado sin problema, que usaría cada día feliz, y con la que me podría divertir cuando quisiera… ¿se puede ser más polivalente?
La moto al detalle...
Es la estrella de las nuevas Honda Hornet y Transalp, sigo apostando que lo veremos en más modelos. Es “fino”, es potente y con esta sexta tan larga gasta muy poco.
El asiento es largo y amplio, a 850 mm del suelo para el piloto pero rebajado en esa zona que es muy estrecha: se llega mejor de lo que crees. Excelente postura, con estriberas algo bajas (mejor, aunque no tardas mucho en rozarlas si te aplicas en curvas).
Sorpresa negativa... ¿y las pinzas radiales de la Hornet? La Transalp cuesta 3000 euros más y monta unas viejas pinzas flotantes de doble pistón. No muerden mal pero cuando necesitas frenar fuerte falta potencia: mal.
Además de esas pinzas de freno delanteras la otra cosa más criticable en la Transalp son las llantas de radios “no tubeless”. Llevar cámara en moto muy de campo puede valer, pero ésta no lo es y un pinchazo será un problema de seguridad.
La misma y buena pantalla TFT a todo color de 5 pulgadas con varios formatos de visualización (cinco “estilos” con la misma información) y conectividad Bluetooth. La parte inferior tiene números algo pequeños pero mucha información fácil de elegir… ¡Echamos de menos un control de crucero!
Un faro que ilumina correctamente de noche y que no sé si viene de otros modelos pero se ha integrado muy bien en este carenado. Nuestra unidad llevaba dos faros extra que ayudan a que te vean mejor.
Nuestra moto de pruebas llevaba el cambio rápido: el cambio es bueno y con esto, mejor.
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Apasionado de las motos, los aviones y la tecnología, llevo más de 30 años viviendo "desde dentro" la información del mundo de la moto en los mejores medios: ahora, en Moto1Pro.
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