¡Cómo hemos cambiado!

El título de esta canción de Presuntos Implicados me viene perfecto hoy que vamos a hablar de rodar en circuito. ¿Por qué? Porque no hace tanto que rodar en circuito era una rareza por muchos motivos… entre ellos que no había circuitos. A principios de los ’80 había un circuito y medio, el Jarama y Calafat, en pleitos con la urbanización vecina.

Pero en 1980 las cosas comenzaron a cambiar. En 1985 llegó Jerez, a primeros de los 90 Montmeló y ahora España, con la excepción de la cornisa cantábrica, está llena de circuitos de todo tipo.

Por eso antes los motoristas disfrutaban de sus motos deportivas mayoritariamente en carretera. Además, las motos deportivas y R eran las reinas del mercado… Hoy día son motos casi desaparecidas. Si ves las fotos de los puntos de encuentro más famosos, ya sea la Zona del Montseny en Barcelona o la Cruz Verde en Madrid, no hace tanto que la mayoría de motos eran deportivas o muy deportivas. Ahora ves naked, touring, montañas de trail de todo tipo… Pero encontrar una RR se hace difícil.

Y es que disfrutar de una moto deportiva en carretera abierta por un lado es imposible, por otro es una locura y por otro es una ilegalidad. Así que los aficionados a la conducción deportiva nos hemos ido a los circuitos, que es el lugar ideal para disfrutar de una moto deportiva.

También en eso hemos cambiado, porque antes en la mayoría de los casos se organizaban cursos y ahora son más frecuentes las rodadas.

Pero te digo una cosa: Aunque tu moto no tenga ninguna “R” en su denominación, en un circuito no solo vas a disfrutar mucho, sino que vas a aprender mucho. Y lo que aprendes en un circuito, luego te servirá para ser un mejor conductor fuera de los circuitos.

Así que mi consejo es claro: ¡Anímate a rodar en circuito! El que lo prueba, repite.