Prueba Harley Davidson LiveWire
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
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Cuando oímos por primera vez que Harley Davidson pondría en el mercado una moto eléctrica de altas prestaciones nos quedamos altamente sorprendidos. La historia de la marca americana se ha caracterizado por crear motos de grandes motores con sonidos contundentes, pensadas para la comodidad en grandes viajes o siendo en sí mismas la definición de un estilo de vida concreto con el que se identifican los usuarios de Harley Davidson.
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Pero de un tiempo a esta parte Harley Davidson está en un proceso de renovación e innovación, buscando un público más joven, ampliando sus horizontes creando nuevos modelos que distan de sus motos tradicionales. Y es que en la marca americana han visto que se avecinan nuevos tiempos, con nuevas tecnologías, nuevos usuarios, y una nueva concepción de la movilidad, y han decido buscar la manera de adaptarse a todos estos cambios creando y poniendo a la venta la primera moto eléctrica con todas las letras, dando así un golpe sobre la mesa posicionándose a la vanguardia de la innovación.
Y es que si de algo sabe Harley Davidson además de hacer motos, es adaptarse a los tiempos, ya que es la única marca que ha producido motos ininterrumpidamente desde su creación en 1903, pasando por dos Guerras Mundiales, depresiones y crisis económicas… y esperan seguir haciéndolo en esta nueva era de lo eléctrico.
La Harley Davidson LiveWire lleva desarrollándose desde 2010 pero el modelo definitivo no fue presentado hasta finales de 2018, en la celebración del 115 aniversario de la marca, cuando pudimos ver su aspecto definitivo. Su apariencia es la de una Sportster futurística, una mezcla entre una Custom y una Naked, con un motor visualmente muy llamativo situado muy cerca del suelo, cambiando así el característico motor bicilíndrico en V de la marca por un motor eléctrico de última generación.
El propulsor H-D Revelation, situado en esta posición muy baja para bajar el centro de gravedad y mejorar el comportamiento del conjunto, tiene un aspecto imponente, transmitiéndonos una sensación de moto musculosa a simple vista. Y no es para menos, ya que este motor eléctrico esconde una tecnología de imanes permanentes que rinden 105CV de potencia con un par motor de 116Nm, con un comportamiento que seguro dejará con la boca abierta a cualquiera que se suba a ella.
Poder eléctrico
Una vez probada podemos decir que Harley Davidson ha clavado a la perfección la idea de crear una moto eléctrica de altas prestaciones. Vamos a empezar con el plato fuerte hablando de las sensaciones del motor y vamos a dejar la parte ciclo para el final, que tampoco se queda corta…
Bajo mi punto de vista la frase que mejor define a este propulsor es que es “una Superbike de dos tiempos”. Cuando comenzamos a rodar en ella lo primero que sorprende es la ausencia de vibraciones, así como que no disponemos de maneta de embrague ni de palanca de cambios, solo tenemos que prestar atención al acelerador y a los frenos, estos sí, situados como en una moto convencional. Respecto al sonido, es completamente silenciosa mientras circulamos a punta de gas, pero cuando abrimos el acelerador a fondo emite un sonido muy característico y bonito bajo mi parecer; sutil, discreto y contundente, evocando al de una mini turbina, que nos hace intuir un atisbo de lo que esconde este motor.
Por consejo del personal de Harley Davidson salimos a carretera en el modo Rain, que hace que la entrega de potencia sea la más suave de los modos disponibles con una retención de motor también suave. Pero ya en este modo sentimos una aceleración mucho más fuerte de la esperábamos, y tenemos que estar atentos a dejar el acelerador abierto por completo ya que alcanzamos mucha velocidad más pronto de lo esperado y, con una retención tan reducida, al soltar el acelerador la moto tiende a seguir rodando, con mucho menos freno motor del que estamos acostumbrados.
La suavidad en todos los sentidos es la nota predominante, ya que no tenemos un régimen de motor como tal, no hay una curva de potencia ni hay variación de vibraciones de motor. El propulsor eléctrico se comporta igual en todo momento, teniendo la sensación de que toda la cantidad de empuje la ejercemos solamente con el tacto de acelerador. No tenemos bajos, medios y altos, tenemos todo a la vez disponible con un giro del puño del acelerador, independiente de la velocidad a la que vayamos.
El recorrido de la caña de gas en un primer momento lo sentimos demasiado amplio, teniendo que girar mucho la muñeca, pero cuando pasamos del modo Rain al Sport entendemos el porqué de este largo giro de acelerador.
Al llegar a una carretera secundaria estrecha pero de buen asfalto cambiamos a este modo -Sport-, cambiando la moto por completo. Ahora el motor se muestra brioso y enérgico, con una subida de revoluciones extraordinariamente rápida, que hace que al abrir el gas inclinados sintamos como desliza la rueda trasera con suma facilidad, siendo sujetada a la perfección por el control de tracción. Esta combinación de sensación de moto de 2T nerviosa con un empuje fulgurante controlada por la electrónica de última generación, ha sido una de las sensaciones más emocionantes que he vivido en carretera abierta. Es por esto que al tener tanto par motor a nuestra disposición entregado de forma instantánea, el disponer de más recorrido de acelerador hace que podamos dosificar este empuje con más facilidad.
Este motor eléctrico en lugar de tener una banda de revoluciones con la que jugar, dispone de un rango de uso perfecto, siendo además siempre el mismo independientemente de la velocidad a la que vayamos. Cuando salimos desde parados el motor si se siente más contenido pero, desde los 40 km/h hasta la velocidad máxima, la sensación es de disponer de toda la potencia de golpe, dosificándola uno mismo con el recorrido del puño del acelerador y siendo “supervisada” por el control de tracción.
La Harley Davidson LiveWire monta neumáticos específicos Michelin Scorcher desarrollados de forma conjunta con Harley Davidson. Me hubiera gustado probarla con menos presión en las ruedas y con más temperatura, así como con unos reglajes de suspensiones más blandos acorde a nuestro peso, para ver cuánta tracción podríamos conseguir, siendo seguro mucha y muy controlada.
Al incorporarnos en autovía en el modo Sport y abrir el gas a fondo, en un pestañear estamos a 120km/h. Cuando dejamos el acelerador abierto el sonido de potente mini turbina aparece de forma continua para catapultarnos de forma lineal hasta alcanzar una velocidad en la que ruido del viento tapa este característico zumbido. En Harley declaran una aceleración de 0 a 100km/h en 3 segundos y seguro que así es. Y es que además de tener una aceleración brutal, el no tener saltos de marchas hace que sea un continuo de empuje sin vibraciones, transmitiendo un tipo de empuje diferente al que se experimenta con motos convencionales.
En el modo Sport la retención de motor se coloca en el máximo nivel, lo que hace que al soltar el acelerador tengamos una retención muy similar a la de un motor convencional cuando dejamos de acelerar a un régimen alto. Así la entrada en cuerva es más intuitiva y tenemos que tirar menos del freno trasero para colocar la moto que en los otros modos.
En total tenemos 7 modos, 4 predefinidos -Rain, Eco, Sport y Road- y dos configurables a nuestro gusto, donde podemos elegir la entrega de potencia y la retención de motor.
Parte ciclo superdeportiva
En la parte ciclo, se ha usado un chasis de aluminio de última generación, sobre el que van montadas suspensiones Showa totalmente regulables -monoamortiguador trasero Showa BFRC-lite y horquilla Showa SFF-BP-. Las sensaciones son de chasis rígido con suspensiones muy consistentes que, sin llegar a ser duras tienen un tacto de moto deportiva. Tanto chasis como suspensiones conforman un conjunto de alta capacidad acorde, sin duda, a la potencia del motor.
En la misma línea de que suspensiones y chasis están los frenos de la LiveWire; monta pinzas de freno Brembo Monoblock de anclaje radial con discos de 300 mm de diámetro, con un tacto muy sólido y dosificable y una potencia capaz de parar el conjunto de 249kg sin inmutarse.
La parte ciclo en definida se siente rígida y con capacidades de sobra, haciendo fácil tanto la entrada en curva como la salida, sumando un paso por curva realmente firme, pudiendo llevar ritmos altos quedándonos todavía lejos del límite el conjunto. El hecho de que el centro de gravedad se sitúe muy abajo y no tengamos inercias internas de motor de ningún tipo, hace que se sienta el conjunto como un bloque rígido y limpio. Lo que unido a una posición de conducción con un manillar convencional alto y adelantado con de las piernas no demasiado retrasadas, hacen que sea una moto cómoda, con una posición que nos permite también rodar “al ataque”.
En conducción en ciudad las suspensiones no se sienten tan duras como nos haría pensar su comportamiento en carretera, lo que hace que a bajas velocidades también el conjunto también sea cómodo.
En definitiva es una moto de muy altas prestaciones con una posición de conducción cómoda que, además de darnos todo lo que la pidamos en conducción deportiva, hace que cuando nos movamos en ciudad también dispongamos de una conducción agradable.
Autonomía
El tema de la autonomía sigue siendo un punto crítico en las motos eléctricas. En Harley Davidson han mejorado mucho consiguiendo 185 km en uso urbano, que configura un modo con potencia de motor reducida y mucha retención de motor. Es esta retención de motor es la que recarga las baterías y permite realizar kilómetros extra.
La batería principal de 15,5Kw que alimenta el motor está compuesta por células de iones de litio, unida a una carcasa de aluminio con aletas de refrigeración. La alimentación de las luces y la pantalla TFT de la instrumentación corre a cargo de otra batería de 12v como la que podemos encontrar en una moto convencional.
La carga se puede llevar a cabo con un cargador de Nivel 1 integrado en la propia moto y que se conecta a una toma de corriente doméstica mediante un cable de alimentación oculto bajo el asiento. La LiveWire también puede recargarse con unos cargadores de Nivel 2 y Nivel 3 de carga rápida, a través de un conector de tipo SAE J1772, (EE. UU.), o CCS2 - IEC tipo 2 internacional. Si optamos por el enchufe convencional necesitaremos 15 horas para completar la carga, mientras que si lo hacemos en uno de carga rápida en 40 minutos alcanzamos el 80% de la carga.
Con este último tiempo de carga sí que se puede hacer un uso más o menos cercano al de una moto convencional. Por otro lado, si se aumentaran unos cuantos kilómetros de autonomía y se redujera el tiempo de carga a 8 horas -el tiempo de sueño de una persona media- sí que se podría usar sin problema como una moto de combustión en el uso diario. Tiempo al tiempo…
Por su parte, la marca garantiza que todos los concesionarios Harley-Davidson que vendan la motocicleta LiveWire ofrecerán un punto público de recarga rápida.
Electrónica
En el apartado de la electrónica, como no podía ser de otra manera, esta moto hipertecnológica cuenta con IMU de última generación, ABS en curva y control de tracción.
Los modos de conducción así como la conectividad se controlan a través de la pantalla TFT a color de 4,3 pulgadas con regulación de inclinación y de fácil lectura. En ella podemos cambiar entre los diferentes modos de conducción así como controlar la navegación, música y otras funciones mediante la conectividad Bluetooth.
La Harley Davidson Livewire está equipada con el servicio H-D Connect de Harley Davidson, con el que podemos ver toda la información relativa a la moto en nuestro teléfono móvil: estado de carga de la batería, autonomía disponible, tiempo necesario para completar la carga, localización de los puntos de carga más cercanos, alertas de movimiento mientras está aparcada y localización del vehículo mediante GPS -incluyendo rastreo de en caso de robo-, y todo desde cualquier lugar simplemente con nuestro teléfono móvil. Así mismo con la H-D App recibiremos recordatorios y notificaciones de mantenimiento de forma automatizada.
Opinión Harley Davidson LiveWire
Estamos sin duda ante una moto que marca el comienzo de una nueva era. Este modelo reúne grandes dosis de innovación, prestaciones y exclusividad. Al tratarse de la primera moto convencional 100% eléctrica de altas prestaciones del mercado, y de la primera moto eléctrica de Harley Davidson, es una moto que ya ha hecho historia. Su motor eléctrico con potencia a raudales, entregada además de forma instantánea y continua, perfectamente controlada por su electrónica, hace palidecer a muchos motores de grandes superdeportivas. Todo ello combinado además con una parte ciclo del más alto nivel crea un conjunto capaz de transmitir las más altas sensaciones de pilotaje.
Por el lado de los inconvenientes la autonomía y el precio siguen siendo los mayores defectos de esta tecnología, ya que si queremos circular todo el tiempo con el nivel máximo de prestaciones con aceleraciones continuas, probablemente no podremos hacer más de 100 kilómetros.
Ya está disponible en los concesionarios, y lo que es seguro, es que la persona que desembolse su precio de 33.700€ tendrá, además de altas dosis de sensaciones, una moto única, siendo la primera Harley Davidson y la primera moto convencional eléctrica de altas prestaciones de la historia.
Sea como sea, está claro que todas las marcas de motos están apostando por desarrollar lo antes posible su línea de motos eléctricas. KTM en una presentación mundial afirmaba hace unos meses que pronto veremos un catálogo completo de motos eléctricas junto con la Freeride E, el primer aperitivo de lo que nos espera. La mítica Vespa se presentó en versión eléctrica en el pasado Salón de Milán, mientras que BMW es de las pocas que tiene un scooter para el uso diario 100 por cien eléctrico, el C Evolution.
La moto al detalle...
El diseño general de la LiveWire es una mezcla entre lo futurista y lo clásico mezclados a la perfección. A simple vista se podría identificar el estilo Harley pero con líneas más modernas y afiladas.
La joya de la corona del modelo es su motor, tanto en rendimiento como en innovación. El motor eléctrico de 105cv y 116 Nm es capaz de transmitir unas sensaciones de pilotaje del más alto nivel, poniendo en jaque a la mayoría de las superdeportivas.
En el apartado de suspensiones monta horquilla Showa SFF-BP con botellas separadas, una para compresión y otra para rebote, y monoamortiguador con sistema de equilibrado interno.
A la altura de las suspensiones se sitúan también los frenos en lo que se refiere a tacto y deportividad, con pinzas Brembo Monoblock montadas sobre un doble disco delantero de 300mm.
El chasis de aluminio tiene una rigidez y un comportamiento excelente, muy parecido al de una moto deportiva. Esto unido a frenos y suspensiones hacen una parte ciclo del más alto nivel
La instrumentación corre a cargo de una pantalla TFT de 6.5’’ a color, donde tenemos toda la información relativa a la moto. Además podemos cambiar los diferentes modos de conducción y controlamos la conectividad con nuestro teléfono.
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