Prueba Suzuki Vstrom 1050 XT: Menú para dos
ASPECTOS POSITIVOS
ASPECTOS NEGATIVOS
La Suzuki V-Strom "grande" es una vieja conocida mía. El diseño de su motor es de mis favoritos, y eso que tiene un rancio abolengo: procede de la Suzuki Tl 1000 S de (ojo) 1997. En su momento fue un motor deslumbrante (la moto por desgracia era otro cantar) con distribución mixta cadena-engranajes entre otros detalles interesantes, y el motivo es que era la apuesta de Suzuki para competir en el Mundial de Superbikes con las mismas armas de Ducati (motor V2 de "mil" en lugar de tetracilíndrico 750), lo mismo que hizo Honda con su(s) VTR. Tampoco esa TL 1000 R (la versión para SBK que daba 135 CV de serie) fue un acierto, pero esas motos dejaron su legado con este motor V2 que reaparecería en 2002 en la primera V-Strom 1000, la primera gran trail bicilíndrica de Suzuki.
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Aquella moto sí fue un acierto, hasta tal punto que pese a las pequeñas mejoras recibidas a lo largo del tiempo, y un par de rediseños, la actual V-Strom 1050 es básicamente la misma moto... y ¡muy buena moto! Tiene una merecida legión de seguidores y un hueco "especial" en el mercado trail, ahora superpoblado, porque está un paso por encima de las de mediana cilindrada (800-900 de 90 a 100 CV) y uno por debajo de las maxitrail más potentes (de 1200 cc o más y también 160 o más CV).
Pero en el punto medio está el equilibrio, y precisamente eso es lo que es la Suzuki V-Strom 1050: una moto muy equilibrada. Y fiable, de ahí esa legión de "fans", pues no son pocos quienes han cambiado de moto pero no de modelo con esta maxitrail Suzuki. Por cierto todos celebraron la legada de la nueva estética de la moto que ves en las fotos, que conmemora la que fue primera trail grande de Suzuki (pero con motor monocilíndrico) la DR Big, más con este bonito color blanco/naranja.
Suzuki V-Strom 1050 XT: así es
La V-Strom 1050 XT no es una moto nueva en el mercado ni tampoco lo es para nosotros, pues ya la probamos en nuestro número 119, presentación aparte, así que para los últimos detalles suyos casi que puedes tirar de hemeroteca y yo te voy a contar mi parte. Personalmente y para mí, a todo esto, la V-Strom es una vieja conocida, y no ya porque en su momento fui probando cada una de las versiones anteriores, sino porque con esta moto, y para ser más exactos con esta misma unidad de prensa de Suzuki España, ha coincidido que he hecho ya alguna prueba anterior y varios viajes.
El vértigo de la vida actual no nos deja a veces probar tan a fondo como nos gustaría las motos que nos dejan las marcas, pero en este caso certifico mis opiniones con varios miles de kilómetros realizados a sus mandos. Y, lo que es importante en este número que hemos dedicado a los acompañantes, muchos de ellos no los hice solo. Por eso en algunos aspectos podré ir más allá, y ser más exigente.
¿Cuál es el retrato-robot de la V-Strom 1050 XT? Como apunté más arriba, básicamente la misma moto que tanto a gustado a tanta gente desde hace tiempo. Su corazón es ese motor bicilíndrico en V de todavía hoy moderno diseño, con los mismos 1037 cc de la primera versión pero dotado de una inyección a la última con electrónica también "top". Lleva centralita IMU y todo tipo de ayudas tanto al acelerar (control de tracción regulable, ayuda anti-calado al arrancar) como al frenar (ABS en curva y que detecta la carga), también control de crucero (alguna de estas ayudas no las tiene la versión "no XT" más barata).
En lo demás no hay sorpresas: el chasis es un robusto doble viga de aluminio, suspensión trasera con basculante en aluminio y monoamortiguador regulable, horquilla invertida con barras de 43 mm delante también regulable, y en este caso llantas de radios (tubeless) de 19 pulgadas delante y 17 detrás, con neumáticos de medida algo discreta (y así la moto es más ágil).
Dos en la V-Strom 1050 XT
Importante para lo que nos ocupa son estos detalles: el mando de la precarga del amortiguador trasero está MUY a mano y es de fácil ajuste. El asentamiento de las suspensiones de cualquier moto se calculan de serie para piloto solo (y de unos 75 kg de peso). Si vamos a llevar pasajero es necesario aumentar la precarga del muelle trasero para evitar que se hunda mucho, alterando notablemente su geometría y su comportamiento (a peor). El posible equipaje se suma a eso y por esto es tan importante ese mando, que además en esta moto se nota claramente. Delante es menos crítico pero también podemos aumentar algo la precarga (con una llave se hace bien) para evitar demasiado hundimiento al frenar y mantener el equilibrio con la trasera.
La pantalla es regulable, aunque confieso que me gustó más la de la versión anterior: en aquella no hacía falta bajarse de la moto, ahora sí. Si sueles ir acompañado de la misma persona te tocará hacer varias pruebas (pantalla arriba y abajo) hasta encontrar ese punto ideal que, para mí, es cuando al crucero habitual en autopista el aire todavía te llega directo al casco, pero empieza a desaparecer sin crear turbulencias en el del pasajero. Más abajo, demasiado aire directo, y más arriba, demasiadas turbulencias. Esta pantalla es bastante alta y apenas la subí de la posición más baja.
En cuanto al asiento, es algo duro para los dos, pero nos deja casi al mismo plano y con suficiente espacio. Aquí debo criticar las maletas de serie o las que traía esta unidad: deberían estar montadas unos 10 centímetros más atrás. Seguirían estando por delante del baúl trasero pero dejarían al pasajero menos encajado y, según su longitud de piernas, con éstas libres (ahora es posible que toquen en la maleta y acaba siendo incómodo al cabo de las horas). Ya avisé que he hecho muchos kilómetros con esta moto y eso te permite apreciar mejor estos detalles... ¡o que te lo digan!
Por último un comentario respecto del motor: como hemos dicho más arriba la V-Strom está a medio camino de las trail medias (que han ido creciendo) y las maxitrail potentes (que tiene su propia carrera de prestaciones). En ese punto medio era un equilibrio ideal, pero en esta versión han querido darle un toque algo más deportivo o excitante. El caso es que el motor declara algo más de potencia (5 CV, o sea 105 CV a 8500 rpm) y efectivamente de la parte media hacia arriba del cuentavueltas estira con más alegría que antes. Pero en esa zona media, el motor anterior era sencillamente demoledor: suave y muy vigoroso, sentías la mano derecha (gas) "llena" como en casi ninguna moto. Y se ha perdido, sigue teniendo buenos medios pero a veces buscas una marcha menos para adelantar y eso jamás ocurría con las V-Strom "mil". Si vamos acompañados, y cargados, esto se nota más, lógicamente.
V-Strom 1050 XT: de viaje y de curvas
Una de las cosas buenas de cuando una marca acierta con una moto como lo hizo Suzuki con la V-Strom la notas nada más sentarte a sus mandos: estás como en casa. La adaptación es inmediata, los mandos quedan donde los buscas, y realmente sientes que aunque vayas a hacer un recado, podrías seguir con ella hasta que el depósito diga "basta". Hablando de eso el cambio en el motor no ha alterado el bajo consumo de esta moto, que en uso diario tranquilo ronda los 5 litros cada 100 km, y en autopista acompañado y al límite del carnet por puntos se queda en unos 6'5 litros. Incluso haciendo curvas y aprovechando su elasticidad (que fue mejor pero sigue siendo buena) estás en unos 5'5 litros, así que unas cosas con otras los 20 litros del depósito dan para bastantes kilómetros.
Me gustan las motos con ruedas estrechas, o al menos no exageradas, y aquí tenemos un ejemplo perfecto de ello: seguro que hay alguna 500, qué digo y hasta 125, con 110 delante y 150 detrás, pero nunca te parece que la V-Strom 1050 XT lleve "poca goma" en el suelo con sus 110/80 (19) y 150/80 (17). A cambio, la moto es muy ágil en marcha, y es precisa: la horquilla funciona perfecta, la geometría es ideal, y tienes absoluto control en cada fase de las curvas. Pero es una trail rutera, pese a las llantas de radios de esta versión, con neumáticos menos asfálticos y en buenas manos se defenderá en caminos pero más vale que no estén encharcados o embarrados... Para ir en pareja y aventurarse un poco, bien, pero nadie se pone a hacer enduro acompañado ¿no?
Lo que sí harás con la V-Strom 1050 XT es salir, solo o acompañado, y disfrutar de la moto, la ruta y la eventual compañía. Disfrutar mucho. Es una moto que lo hace todo fácil (bueno moverla en parado, alta y con las maletas, un poco menos). Incluso llegas a rodar a ritmo alegre (léeme bien: rápido) ya sea solo o acompañado y te hace sentir seguro y mejor piloto. En viajes de media distancia es muy buena, si vas más lejos tiene cosillas que podrían mejorarse (más para el pasajero). Pero es un ejemplo perfecto de moto para este número dedicado a montar, o viajar, acompañado.
La moto al detalle...
Nadie diría que tiene más de 20 años este gran "V2" viviendo una nueva juventud.
El mando de ajuste de la precarga trasera es i-de-al... ¿por qué no es así en todas las motos?
Perfecto que sea ajustable, lástima haber perdido la posibilidad de hacerlo en marcha.
Debajo del asiento del pasajero (aunque se cuela suciedad) hay una útil toma de 12V para el acompañante (delante ya tenemos una USB).
El silencioso está colocado bajo y bien aislado: ayuda a evitar quemaduras del pasajero, o en las botas de ambos.
Además de bien situados para cada uno (postura cómoda ambos) está distanciados para evitar que el pasajero moleste al piloto.
Apasionado de las motos, los aviones y la tecnología, llevo más de 30 años viviendo "desde dentro" la información del mundo de la moto en los mejores medios: ahora, en Moto1Pro.
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