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La llegada de la Ninja ZX-6R hace ya 26 años marcó un antes y un después en la historia de las motos deportivas. Es cierto que las naked actuales le han comido mucho terreno, pero todavía hay quien prefiere una deportiva en estado puro, como la Kawasaki Ninja ZX-6R.
El impacto que causó la llegada de la primera Ninja fue tal que se creó una nueva categoría de motos: la Supersport 600. Tras el éxito obtenido, el resto de fabricantes japoneses no dudaron en desarrollar sus propias Supersport 600. Hoy repasamos la historia de la original: la Ninja ZX-6R, una de las motos deportivas medias más polivalentes del mercado.
Kawasaki siempre tuvo un peso relevante en los modelos de media cilindrada. De hecho, tenemos que remontarnos hasta 1981 para hablar del primer modelo realmente deportivo: la GPZ550. Los míticos modelos de color rojo refrigerados por aire ofrecían un rendimiento increíble, los cuatro cilindros con amortiguador trasero doble terminaron dando paso a las motos con suspensiones Uni-Track.
Diez años antes de que llegase la ZX-6R llegaba al mercado otra ninja: la GPZ600R. Un modelo con motor de refrigeración líquida, 16 válvulas y chasis perimetral. Esa GPZ fue un preludio de lo que ocurriría cuando Kawasaki lanzó la ZX-6R. La experiencia que la marca fue ganando con el lanzamiento de los modelos GPZ y ZZR permitió a sus ingenieros crear la verdadera Supersport de peso medio y estética y rendimiento de circuito: la Ninja ZX-6R.
Antes de su creación, el fabricante japonés ya había lanzado varios modelos Ninja ZX pero eran motos de cilindradas superiores como la ZX-7R o la ZX-9R. Aunque ambos modelos fueron muy populares entre los pilotos eran consideradas motos “de tamaño completo”. La ZX-6R se convirtió en la moto “para todos”. Este modelo consiguió alcanzar el equilibro perfecto y convertirse en la deportiva perfecta para todo tipo de pilotos: altos, bajos, más o menos pesados todos se sentían cómodos subidos en ella.
Las cifras de velocidad y aceleración de este modelo eran muy buenas, ya que llegaba a superar a motos con el doble de cilindrada. Con un peso de 182 kg, su innovadora toma de aire Kawasaki Ram-Air y una aceleración de 0 a 97 km/h en 3,6 segundos, la serie F de esta ninja estuvo tres años en los concesionarios antes de ser reemplazado por el modelo G, que incluía mejoras en la potencia - pasando de 100 a 108 CV - y un carenado más moderno.
La aparición de la J aumentó la potencia hasta los 112 CV, actualizó los dobles faros gemelos delanteros y el neumático trasero paso a ser de 180. Pero el verdadero cambio llegó en 2002 con el cambio de cubicaje hasta los 636 cc: un motor excelente en términos de relación de potencia y par. Su diseño exterior no cambió, a excepción de los tratamientos gráficos. El límite para competir en muchos campeonatos de Supersport estaba fijado en 599 cc, por lo que la marca no dudó en ofrecer el modelo en esa cilindrada "legal" para los pilotos que lo necesitaban para competir, pero con los 636cc para la calle.
Con la llegada del modelo B1-H en 2003, la ZX-6R se pasó a la inyección de combustible. El modelo, con frenos de seis pistones de serie y la inclusión de una horquilla delantera invertida, adquirió un nuevo estilo más radical. Además, pasó a vestir marcadores digitales más livianos y su entrada Ram-Air se amplió para aumentar un poco más la potencia. Pero fue en 2005, con el lanzamiento del modelo C1, cuando se aumentó todavía más la potencia: hasta los 113 CV. Esta vez la gran novedad estaba en el diseño, con cambios en la apariencia del cuadro y un sistema de escape debajo del asiento.
La nueva ninja fue lanzada en el complejo Barber Motorsports en Alabama, Estados Unidos, con el apoyo de varios pilotos de la marca, incluido el jefe de equipo actual de Jonathan Rea, Pere Riba. Con el enfoque puesto para su uso en circuitos, tanto el cuadro como el basculante, la suspensión, los frenos y la carrocería fueron completamente rediseñados. Además, el motor presentaba una disposición de engranajes apilados en la que la transmisión primaria, el eje intermedio y el cigüeñal se colocaban de forma triangular para conseguir un propulsor más corto y compacto.
Las novedades en este modelo eran constantes. Tras actualizar el motor e incorporar el embrague antirrebote en 2010, tres años más tarde -en 2013- se convirtió en una moto totalmente nueva. Su cilindrada volvió a dejarse en 636cc e incorporó dos mapas de inyección diferentes disponibles mediante un interruptor en el manillar. Esta nueva versión ofrecía mayor par y potencia, especialmente a revoluciones más bajas. Su control de tracción con tres modos –sport, rider y rain– se equipó de serie.
La siguiente actualización del modelo se produjo en 2019 al incorporar varias modificaciones para cumplir con la normativa vigente en ese año: la Euro4. Además incorporó una palanca de cambios rápida KQS para cambios de marcha ascendentes, carrocería actualizada, nuevos faros LED y un cuadro de mandos. En 2020 incorporó un nuevo cambio de color.
Este modelo, reconocido como parte fundamental para el desarrollo de las Supersport, ha dominado esta categoría de peso medio durante más de 25 años, convirtiéndose así en una moto icónica.
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