La publicación digital del motociclismo
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Si eres joven quizá no los sepas pero Steve McQueen fue una de las grandes estrellas del celuloide en los años 70. En el mundo anglosajón ha pasado a la historia como The King of Cool (expresión difícil de traducir pero, sería algo así como El Rey de lo Guay).
La pasión de Steve McQueen por la velocidad es legendaria, ya fuera en coche o en moto. “He ido deprisa toda mi vida, ha sido para mí mi forma de vivir”, confesó en una ocasión. Quién sabe, puede que en su fuero interno tuviese la intuición que iba a morir joven (con 50 años). Había pocas cosas que le gustasen más que las motos de campo y sobre la Metisse MK3 dijo que era la moto más manejable que había tenido en su vida.
En la ciberpágina de Metisse Motorcycle explican que la McQueen Desert Racer es una de las motos más cool basada en la montura del tío más cool. Se van a fabricar 300 unidades y cada una contará con un certificado de autenticidad numerado.
La réplica se basa en la Metisse MK3 de los años 60. Una máquina con la que la estrella de Hollywood (que había crecido en un orfanato) se escapaba de sus demonios particulares rodando por los desiertos de California. No se trata de una simple máquina de adorno, sino que se puede matricular e incluso disfrutar a dúo con nuestra media naranja (aunque quizá no sea la moto más apropiada para ello).
El motor de la Metisse McQueen Desert Racer es un Triumph T6 de 650 cc con caja de cambios de cuatro velocidades. La horquilla es Ceriani y los amortiguadores Girling. El peso en seco no supera los 135 kg. Si te animas a descubrir cómo es una de las motos preferidas de Steve McQueen, solo tienes que ponerte en contacto con Metisse Motorcycles.
Tras estudiar periodismo e inglés, en los 80 me publicaron una entrevista con Kenny Roberts y desde entonces estoy en este mundo. Dispuesto a aprender hasta la caída de la bandera ajedrezada.
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