¿Multas por exceso de ruido? Puede ocurrir a partir de otoño

¿Empezará España a usar radares de ruido? Su utilización podría estar más cerca de lo que pensamos. Países como Francia y Suiza llevan más de un año probando estos aparatos para conseguir la máxima precisión y garantía de que miden detalladamente los sonidos.

Después de una larga temporada de ensayos, estos radares podrían recibir su autorización legal en Europa este mismo otoño, por lo que previsiblemente a partir de 2022 estos aparatos comenzarán a sancionar económicamente a todos aquellos vehículos que superen el máximo de decibelios.

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Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) la contaminación acústica es el segundo problema medioambiental de Europa. El límite considerado como “normal” está en 55 decibelios (dB), en cambio, 1 de cada 5 personas se somete a ruidos superiores a 65 dB a diario. En una carretera con mucho tráfico el ruido supera los 90 dB, una cifra muy por encima del nivel máximo que recomienda la OMS y que, tal y como explica a organización, puede provocar problemas de estrés, insomnio o enfermedades cardiovasculares.

Cómo funcionan

Estos dispositivos, que aplican su tecnología tanto en coches como en motocicletas, están equipados con un sonómetro que mide el nivel de decibelios. Además, integran una cámara de 360º que se activa automáticamente cuando detecta algún vehículo que supera los niveles máximos permitidos, mostrando la imagen de una estela acústica con hexágonos de colores.

El primer radar de ruido fue creado en París en el año 2016. Ese mismo año, en los Emiratos Árabes también se comenzaron a instalar estos dispositivos para multar a las motos y coches más ruidosos. Ya en 2019 en Edmonton, Canadá, también comenzaron a utilizarlos. Desde hace algo más de un año Reino Unido, Suiza y otros regiones de Francia han estado probando y ensayando con ellos.

Si finalmente Europa aprueba este proyecto y permite que a partir de este otoño puedan multar a los vehículos que superen los límites de ruido, sería muy posible que esta práctica se extendiese a otros países como el nuestro. Es más, en España se anunció uno la carretera C-31 de Cataluña, por lo que será cuestión de tiempo que se instalen entre nosotros si en otros países cumplen con su objetivo: conseguir reducir el exceso de contaminación acústica.