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Cambiar casco

¿Cuándo debo cambiar de casco?

El casco es el principal y más importante sistema de seguridad del equipamiento del motorista. El buen estado de sus materiales es básico para asegurar su función, pero sus propiedades no son eternas. Estos son los factores que pueden indicar cuándo ha llegado el momento de renovarlo y cambiar de casco.

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Redaccion Moto1pro
Redacción Moto1Pro
Autor Foto
Marcas
Fecha18/06/2019
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Fecha18/06/2019


Cuando nos compramos un casco sabemos que estamos invirtiendo en el principal sistema de seguridad que nos protege sobre una moto, pero ¿cuándo debo cambiar de casco? ¿la vida de un casco de moto es infinita? ¿o debo renovarlo cada cierto tiempo?

Son muchos factores los que influyen sobre la vida de un casco de moto. Desde sus materiales de fabricación hasta el uso que le demos, pasando por sus cuidados y mantenimiento, e incluso el clima que nos rodea. Por eso cada cierto tiempo, cualquier casco, hasta el más caro, necesita ser renovado y sustituido. La clave es saber ¿cuándo debo cambiar de casco?

Ya sea porque el casco tenga fecha de caducidad, haya sufrido algún golpe importante, muestre deterioro en sus materiales o desgaste en sus componentes, habrá llegado el momento de cambiarlo por uno nuevo. Veamos cómo influye cada circunstancia en la pérdida de seguridad de un casco.

Cambiar casco

Cascos con fecha de caducidad

Este es uno de los principales factores que nos pueden hacer cambiar de casco antes de lo que pensábamos, a no ser que cuando lo compremos ya sepamos qué nos estamos comprando. Esta fecha de caducidad de un casco la marca el material con el que esté fabricado.

De esta manera, debemos prestar especial atención a los cascos fabricados en policarbonato o resina termoplástica. En un primer momento, si están homologados, son perfectamente seguros, pero estos compuestos pierden propiedades con el tiempo y deben ser renovados a los cinco años. Estos materiales tienden a degradarse con el uso, los pequeños golpes y la intemperie.

Los cascos de fibras no caducan tan pronto, pero eso no significa que sean eternos. Pueden ser de fibra de carbono, vidrio, compuestas… y por lo general se les suele otorgar una vida de entre ocho y diez años. Tardan más en estropearse, pero solo si se mantienen en buen estado.

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Daños por golpes, impactos y accidentes

A veces, por mucho cuidado que tengamos y aunque nos duela reconocerlo, puede que nuestro casco se lleve algún golpe fortuito. Cualquier tipo de impacto puede comprometer los materiales de nuestro casco y por tanto reducir su seguridad, y un casco poco seguro no es algo a lo que le debamos confiar nuestra cabeza.

Golpes tan tontos como que se caiga el casco al colgarlo del manillar de la moto, o al ponerlo sobre el asiento, pueden dañar la estructura interna del casco, aunque no lo veamos, así que cuidado con esto. Sin embargo, la pérdida de un poco de pintura tampoco significa que el casco esté para tirar.

En caso de accidente o caída, y tras la intervención del casco al proteger nuestra cabeza sobre el asfalto, es sin duda un motivo más que justificado para relegarlo a la estantería como el fiel amigo que nos salvó la vida, y momento de buscarle un sustituto.

El calor, el sol y el clima

Las altas temperaturas también pueden influir en el estado de los materiales, y por tanto en la seguridad de un casco. Las largas exposiciones al sol o a fuentes de calor como estufas o el propio motor de la moto puede hacer que el casco pierda sus propiedades, tanto la calota como el interior de poliestireno expandido (EPS) pueden verse afectados por las altas temperaturas.

Deja el casco lejos del motor, los colectores y el escape de la moto. Si lo lavas deja que se seque a temperatura ambiente, no utilizando fuentes de calor, y al guardarlo mantenlo también alejado de la humedad, esto también podría afectar a su interior y a su propia durabilidad. Si el casco muestra grietas, desperfectos o materiales degradados por el calor… es momento de buscarle la jubilación.

Tampoco son buenos amigos de nuestro casco los disolventes, la gasolina, los combustibles y otros productos químicos, así que cuanto más alejado lo mantengas de ellos mejor que mejor.

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El estado del poliestireno expandido

La calota exterior recibe el impacto, el interior acolchado nos sujeta y ofrece confort, y entre ellos, el poliestireno expandido, o EPS, es la capa encargada de absorber la energía del golpe y neutralizarla en la medida de lo posible.

Esta sección de EPS, o corcho blanco para los amigos, también puede sufrir alteraciones a lo largo del tiempo. Y no solo porque con los años pierda propiedades de absorción, sino porque pueden generarse holguras que comprometan nuestra seguridad.

Si observas que el casco pierde sujeción y que se mueve por el deterioro del EPS, entonces no habrá marcha atrás. Si lo que se deteriora es el mullido interior, ya que a veces puede deshacerse con el tiempo, éste siempre puede ser reemplazado por uno nuevo para así prolongar la vida del casco, si es que el resto de materiales sigue estando en buen estado.

Los cierres de los cascos modulares

El buen estado de la correa es básico en cualquier casco, pero en los modulares además entra en juego el cierre de la mentonera móvil. El uso prolongado puede hacer que los cierres pierdan precisión, ganen holguras o incluso problemas de sujeción, y esos son motivos más que suficientes para cambiar de casco. Si en un casco abatible notas síntomas de falta de seguridad en el cierre de la mentonera… ni te lo pienses. Búscale un sustituto cuanto antes.