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Seré sincero: He estado tentado de poner el siguiente título: “¡No me gustan las motos retro!” Pero, con la que lié, como dirían mis hijos “sin queriendo”, con el titular de “¡No me gusta el enduro extremo!” esta vez he sido más prudente… bueno, eso y que estas motos me gustan… Me gustan, pero no me entusiasman, y me gustan unas más que otras… eso también.
Escribí un editorial comentando que los aficionados a las motos, respecto a los aficionados a los coches, somos unos afortunados. Por muchos motivos, pero me refería en este caso a que las motos siguen teniendo personalidad, ¡a Dios gracias!
El motor es protagonista, no sólo por estética, porque en una moto el motor “se ve”, sino por forma de entregar la potencia, incluso por su sonido. No es lo mismo una bicilíndrica que una mono, una tricilíndrica que una tetra o una seis cilindros… Incluso en el caso de las bicilíndricas, con solo dos cilindros hay muchas variantes con personalidades diferentes.
En los coches la inmensa, “inmensísima” mayoría son 4 cilindros y muchos de ellos híbridos. De hecho los usuarios no saben qué hay debajo del capó, en ocasiones no saben ni siquiera si su coche lleva motor turbo… O en realidad no les interesa.
Y en cuanto a la estética, hay dos fenómenos que denotan la falta de ideas en los diseñadores: El resurgir de ediciones de modelos “clásicos” como los Mini, 500, Beetle y otros, y el hecho de que, no es un tópico, “todos los coches son iguales” y distinguir la marca del enésimo SUV híbrido es difícil hasta para un entendido.
¿Por qué cuento esto? Porque me gustan las motos que replican motos clásicas… pero me da miedo que detrás de esa tendencia comience a percibirse una cierta falta de ideas en los diseñadores de motos.
En contra de lo que muchos piensan, es más, en contra de lo que muchos pensáis, el mundo de la moto es bastante conservador y con cierta resistencia a lo nuevo… fijaos si no en las suspensiones de las motos, que en 20 años, por decir algo, salvo casos excepcionales han cambiado poco o nada.
Hay motos que innovaron y que ahora se replican, muchas, por citar solo unas pocas las BMW R90 y GS, Ducati Diavel y Scrambler, Guzzi Le Mans, Suzuki Katana y GSX-R, o Teneré… y muchas, muchas más.
Me gustan las motos vintage, heritage, retro o como las queráis llamar…. Pero me preocupa ver una cierta falta de capacidad de innovación, de capacidad de sorprendernos a los aficionados por parte de los diseñadores de motos.
¿Estáis de acuerdo o es cosa mía?
Soy un motero atípico. De pequeño me preguntaban si quería más a mi madre o a mi padre y ahora si me gustan más los coches o las motos. No lo sé, pero me gustan mucho. De hecho llevo casi ¡40 años! en esto del periodismo del motor… y no me aburro.
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