Prueba Suzuki GSX-S 1000 GX 2024, la crossover más fiable
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ASPECTOS NEGATIVOS
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Potencia
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La Suzuki GSX-S 1000 GX no es una moto totalmente nueva, pues los elementos principales (motor y chasis) los comparte con sus hermanas de la serie GSX-S, la naked y la G. Pero esta nueva GX presenta unas características y funciones que le otorgan una posición diferente, es la nueva propuesta de Suzuki al movimiento crossover. Las diferencias son bastante significativas, la GX presenta un recorrido de suspensión mayor, una mayor distancia al suelo y una posición de conducción con el asiento algo más elevado, las piernas menos flexionadas, el manillar un poco más cerca y el tronco algo más erguido… en definitiva la posición es más cómoda.
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Suspensiones electrónicas SAES
Un punto importante a destacar, que creo que es la gran baza de esta nueva GX, son sus nuevas suspensiones electrónicas desarrolladas por Suzuki. Las fabrica Showa y es la primera vez que las utilizan, la denominan SAES (Suspensión Electrónica Avanzada Suzuki) que logra un nivel completamente nuevo y funciona en concordancia con otro sistema también desarrollado por la marca, el SRAS (Sistema de Estabilización Adaptativo para Carretera Suzuki).
Bien, sus nomenclaturas son muy elocuentes, pero ¿Qué es lo que hace toda esta “sopa de letras”? Pues su objetivo es conseguir que la GX sea cómoda y controlable en superficies difíciles, como puede ser el pavimento urbano con adoquines, estable y segura sobre carreteras bacheadas de montaña de tercer orden, deportiva y divertida en trazados con buen asfalto rápidos y sinuosos, y que luzca un comportamiento neutro y aplomado viajando sobre autopistas. En todas estas circunstancias tan diferentes, se auto-regula ella misma y busca el mejor compromiso entre seguridad y confort en el tarado de las suspensiones.
Intentaré hacer un pequeño y sencillo resumen técnico de cómo funcionan. En la botella derecha de la horquilla va un sensor de recorrido que mide la posición del pistón con una precisión de 1/1000 de milímetro y autoajusta la amortiguación mil veces por segundo en función del volumen y la velocidad del desplazamiento del recorrido de cada momento. En el cartucho de la parte izquierda va la electroválvula que calibra la amortiguación para compresión y extensión, lo hace continuamente y modifica los ajustes sobre la marcha. En el amortiguador posterior el ajuste de la precarga del muelle e hidráulicos también se controlan electrónicamente, permitiendo que se modifique de forma independiente gracias a un motor de corriente continua que envía o retira aceite cuando se le ordena cambiar la precarga.
A todo esto, en el modo automático, el conductor no ha de hacer nada, solo pilotar, disfrutar de su polivalencia, y elegir el modo que quiera de conducción que en cada uno de ellos tienen unos rangos prefijados para las suspensiones y solas se auto-ajustan. También hay una opción de ajuste manual que lo podemos elegir nosotros en función del peso de carga: podemos elegir cuándo circulamos solos, vamos con maletas, cuándo llevamos pasajero y pasajero con maletas, aunque también el sistema detecta el peso y obra en consecuencia (no es lo mismo un conductor o pasajero que pesen 70 kg, que uno de 110 kg).
Como he comentado, las suspensiones funcionan en concordancia con los tres modos que dispone el motor y es costumbre en Suzuki (que no se lían en exceso con los nombres) los denominan A, B y C. El primero es el más “activo”, el motor tiene una respuesta deportiva, el cambio rápido (quick-shifter) es bidireccional y funciona en ese modo muy rápido y preciso, las suspensiones se auto-ajustan en un tarado bastante firme dependiendo igualmente del peso que lleven encima. El modo B es el “normal o básico”, tiene una respuesta de motor más suave y las suspensiones se comportan de forma más dulce, son más cómodas y absorben mejor las pequeñas irregularidades del terreno. Y el modo C “de confort” es el ideal para lluvia y terreno delicado, con una respuesta super-progresiva del motor, no nos dijeron nada sobre si la potencia máxima está limitada en este modo, pero si no lo está, desde luego tarda mucho más en entregarla.
Suzuki GSX-S 100 GX 2024
Del motor y bastidor no hay novedades respecto a sus hermanas, es el tetracilíndrico que parte de las GSX-R1000 de hace varias generaciones, con una cilindrada de 999 cc y una carrera del pistón relativamente larga si la comparamos con las de otros motores procedentes de modelos de superbike. Desarrolla una potencia máxima de 152 CV a 11.000 rpm y un par de 106 Nm a 9.250 rpm. Se han realizado algunos cambios con respecto a los motores de sus hermanas para lograr una curva de par aún más consistente, con un nuevo escape de tipo 4-2-1, una nueva caja en la admisión de aire y es ligeramente diferente el diagrama de distribución. También se ha incluido un embrague con asistencia (SCAS) para aumentar la suavidad de los cambios y conseguir un accionamiento más blando en la maneta.
El chasis y el basculante fabricados en aluminio son idénticos a sus hermanas, muy capaces de las prestaciones que otorga el motor. Señalar que el sub-chasis posterior, fabricado en tubos de aluminio, está sobredimensionado como en la GT para aguantar sin problemas la carga adicional del conjunto de maletas (muy bien diseñadas, pues parecen pequeñas, pero cabe perfectamente un casco integral en cada una) y baúl trasero. El mayor recorrido de las suspensiones mejora su comportamiento sobre firmes irregulares, lleva llantas de 17” en los dos ejes (nada de rueda 19 delante), calzadas con neumáticos Dunlop SPORTMAX Roadsport 2. Los frenos son de disco de 310 mm los delanteros mordidos por pinzas Brembo mono-bloque y un disco trasero de 250 mm y pinza de un solo pistón.
El cuadro de instrumentos emplea una pantalla LCD TFT a color de 6,5 pulgadas fácil de ver y entender, desarrollada específicamente para su uso en motos, cuenta con una superficie resistente a los arañazos y un revestimiento anti-reflectante que mejora la visibilidad con luz brillante, así como la capacidad de conectarse a teléfonos inteligentes a través de la aplicación Suzuki my SPIN.
Una ruta portuguesa
Lisboa y sus alrededores fueron el marco elegido por el staff de Suzuki para la puesta de largo internacional de su nueva GSX S 1000 GX. El cuartel general de operaciones se encontraba enfrente del cabo de cabo Raso, a orillas del Atlántico. Ha sido una presentación exhaustiva, con dos días de moto intensos, saliendo temprano y regresando poco antes de que se hiciera de noche.
La primera jornada se desarrolló principalmente por Sintra y las estrechas y preciosas carreteras dentro del entorno del Parque Natural de Sintra-Cascais, donde hicimos gran parte de las fotos que ilustran este reportaje. Está bastante cerca de nuestro punto de partida por lo que llegamos temprano y a esa hora, con el microclima que suele imperar por la sierra de Sintra, con frondosas y tupidas arboledas de pinos y de eucaliptus, siempre hay una niebla y una humedad latente que conserva todo el entorno con un fresquísimo y reluciente color verde. Por lo tanto... las carreteras suelen estar bastante húmedas hasta bien entrada la mañana, cuando los rayos del sol van penetrando entre la frondosidad de los árboles y van secando el suelo.
¿Qué te quiero decir con esto? Pues que las primeras fotos en curvas en las que siempre intentas pasar “a por nota”, las hicimos con el culillo más “apretao” que un asterisco. Pero la parte positiva es que al mismo tiempo pude comprobar la nobleza de la moto y el eficiente funcionamiento de su nueva electrónica. Mi primera impresión nada más montarme en la GX fue muy positiva: a pesar de llevar suspensiones más largas que sus hermanas naked y GT, y que mi estatura es de 1,70 m, llego bien al suelo, la posición me resulta muy cómoda y la moto me transmite una agradable sensación de ligereza y buena manejabilidad. El motor es tan bueno como yo lo recordaba, con voluntariosos bajos, muy consistente a medio régimen y una estirada que me deja francamente satisfecho.
Por esas carreteras estuvimos rodando a lo largo de la mañana, parando para hacer fotos y tomas de video, luego cambiamos un poco de escenario, hicimos un poco de autovía y autopista, para terminar de vuelta por la carretera de la costa. Durante esos trayectos aproveché para probar los tres modos de conducción y apreciar sus claras diferencias de comportamiento, me gustan los tres y el poder disponer de ellos en las condiciones que considero necesario, aunque reconoceré que la mayor parte del tiempo, circulo con el A.
En la jornada del día siguiente recorrimos una ruta mucho más larga y variada, tiramos hacia el sur, pasamos por Cascais, Estoril y Lisboa, cruzamos la desembocadura del Tajo por el puente 25 de Abril y bajamos hacia Sesimbra y Setubal recorriendo el Parque Natural da Arrabida y la Reserva Natural do Estuario do Sado. Toda esa zona está poblada de carreteras con muy poco tráfico, bastante estrechas, pero con muy buen asfalto, subiendo y bajando colinas al borde del mar, con las vistas de la Manga de Troya al fondo con sus playas blancas de Costa de Galé. En esas carreteras pude disfrutar de una conducción más deportiva, apreciar el buen comportamiento del conjunto bastidor, frenos y suspensiones…
Me gustaba probar la respuesta y el comportamiento de la moto saliendo de algunas horquillas cerradas, unas veces en segunda y otras en tercera, viendo que la efectividad era prácticamente la misma, aunque la manera de atacar el viraje y la forma de acelerar al abrir el gas, me hacen sentir sensaciones diferentes, aunque ambas divertidas. Me gustó mucho el conjunto en general, sin destacar especialmente en ningún apartado, pero sintiéndome como si fuera mi moto de toda la vida. Me encuentro a gusto a sus mandos con una postura muy cómoda, me puedo mover bien encima de la moto, no me fatiga nada su conducción y todo me sale fácil. Es una moto de altas prestaciones que podría recomendar a una gran cantidad de usuarios.
Conclusiones
Para terminar, quiero hacer una pequeña reflexión: ¿era necesaria esta nueva GX en la familia GSX-S 1000? Pues tengo que decir, sin ninguna duda, que sí. Es una estupenda opción, como dirían mis amigos catalanes…”a més a més”, tiene su propio estilo, su propia personalidad y su razón de ser. Cubre un espacio muy interesante en la familia GSX-S 1000, es la más cómoda de las tres, la más fácil de conducir y también la más segura a la hora de pilotar, gracias a su electrónica de última generación. Pero también es la más cara: entre 2.800 y 4.500 euros más que sus hermanas… No hay que olvidar que la tecnología tiene un precio ¡y normalmente es alto!
La moto al detalle...
La pantalla del parabrisas se puede regular en tres posiciones, con una diferencia de altura de 43 mm entre el más bajo y más alto. El problema es que hay que utilizar herramienta, solo son cuatro tornillos, pero hay que parar a cambiar y lleva un ratito.
Las maletas están muy bien diseñadas y van muy bien adaptadas, sobresalen poco y parecen pequeñas por fuera, pero son muy capaces, cabe perfectamente un casco integral en cada una de ellas. Lástima que no estén incluidas de serie (no son baratas).
De serie cuenta con un sistema de control de velocidad de crucero, es muy intuitivo y fácil de utilizar y se puede cambiar de marcha con el quick-shifter (sin tocar el embrague) sin que se desactive.
Al equipar plataforma inercial (IMU) de última generación, además del control de tracción ajustable en 7 puntos y desconectado, lleva sistema anti elevación de la rueda delantera y ABS de acción en curva.
También incorpora el asistente a bajas revoluciones, que monitoriza las RPM del motor y la posición del mando del acelerador cuando el piloto va a arrancar y suelta la maneta del embrague, garantiza una arrancada suave y evita que se cale el motor.
Galería de fotos
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