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Ya hace más de ocho meses que empezó esta pesadilla en nuestro país. Una pesadilla que veíamos venir pero que jamás pensamos que sería lo que es. Como siempre, la realidad supera la ficción.
En la primera ola, con la novedad, todo fue diferente. Muy duro sí, pero más llevadero por el hecho de ser novedad, de no haber nadie que dudara nada de lo que nos cuentan y ser una masa dispuesta a mejorar como personas.
Con el tiempo todo ha cambiado. El dolor de las víctimas, las mentiras, los recortes en nuestras libertades a golpe de decretazos... Todo ha hecho que la gran masa empiece a romperse.
Pero por desgracia, somos una sociedad controlada, nuestros teléfonos hablan por nosotros y lejos quedó eso de ser libre. ¿O no? Ahora, a estas alturas, uno de los antídotos contra la falta de libertad la tenemos en el garaje o nos está esperando en el concesionario.
Y es que a día de hoy, pocas formas se nos ocurren mejor para sentir la libertad que girar el contacto y perderte en carretas secundarias. Muchas veces con "fronteras" cerradas, pero es que la moto te insufla grandes dosis de libertad desde el momento que sales por la puerta del garaje.
La moto es la solución para desconectar, para dejar a un lado cifras, para dejar a un lado las noticias que taladran tu subconsciente y te encierran en una jaula. Usa tu moto, y si no la tienes, cómprate una, no te arrepentirás.
Y esto lo respalda un estudio de la Universidad de Tokio, que arroja que montar en moto tiene efectos muy positivos en las actividades cognitivas del cerebro y mejora la agilidad mental, que en tiempos de pandemia y bombardeados por un solo tema viene muy bien para nuestra salud.
Pero algo aún más importante y que la moto te regala, es que relaja. De hecho, en muchos casos, podría superar a muchas terapias de diván. Al tener que mantener nuestra concentración al máximo nos evadimos de nuestros problemas del día a día y de todo lo que nos rodea. Y ahora, en época de pandemia, se agradece y mucho.
Eres tú, la carretera y tu moto. Relájate, desconecta, coge “kilos” de libertad y vuelve renovado.
Amante del mundo del motor desde que tengo uso de razón. Las motos han sido mi pasión y mi modo de vida durante los últimos quince años. Sin duda, un sueño cumplido para aquel niño que se bebía toda revista de motos que caía en sus manos. Debilidad por lo clásico y la estética cuidada, escribo sobre motos y su entorno con pasión y sentimiento.
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