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Prueba Honda X-ADV: Maldito bendito concepto

Lo admito: llegaba a la prueba de la Honda X-ADV, la híbrida de Honda, cargado de prejuicios. Y como suele ocurrir en estos casos, la realidad se ha ocupado de desmontármelos. La X-ADV es -probablemente- la mayor revolución de concepto de la última década...

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Gonzalo de Martorell
FM Images/Honda
01/10/2019
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Gonzalo de Martorell
FM Images/Honda

01/10/2019


ASPECTOS POSITIVOS

Versatilidad
Prestaciones
Ergonomía y conforet

ASPECTOS NEGATIVOS

Manejabilidad en parado
Ausencia de guantera
Plaza trasera

Cilindrada

745cc

Motor

2 cil. EFI SOHC

Potencia

54.8 CV a 6.250 rpm

Peso

238kg

Carnet

A2

Precio

11.800

Ver ficha técnica completa

Soy de la vieja escuela; no suelo sentirme cómodo con los modelos híbridos. En su loable empeño de querer servir para varias cosas a la vez, la mayoría de los que he probado no hacían bien ninguna. Llámenme purista que soy de los que quiere que una moto urbana sea urbana, una trail sea una trail y una GT sea exactamente eso... así que cuando Honda me ofreció la posibilidad de probar la X-ADV con un largo desplazamiento hasta el Gran Premio de Aragón acepté con tanta curiosidad como prejuicio.



Era mucho más que prejuicio: me subí a la Honda X-ADV absolutamente convencido de que no me iba a gustar y en realidad casi deseando que no me gustara para poder -de ese modo- reafirmarme en mi poco gusto por los productos híbridos y por los excesos de modernidad en el sector.

Una moto única

Y no quiero decir con ello que no exista otra igual en el mercado -que también- sino que la Honda X-ADV rompe con la tradicional dicotomía de “moto para la carretera y scooter para la ciudad”. Lo que Honda ha puesto en la calle es una propuesta que sirve para todo; que puede usarse tanto en dinámica urbana como cualquier scooter al uso y como una divertida máquina de hacer curvas. Es, literalmente, una moto única en tanto en cuanto sólo necesitas una.

Pero vayamos por partes; muchos periodistas del sector siguen catalogando a la Honda X-ADV como “maxiscooter”... y en cada una de estas ocasiones Honda les responde que no lo es. De hecho, en su web oficial, la tiene catalogada como modelo "Adventure". Yo mismo he tenido que colocarla en el apartado "scooter" de Moto1... ya que no existe el de "moto de vanguardia" y en las otras categorías no encaja. En mi opinión ambas partes tienen razón. Estética y estructuralmente -no hay más que fijarse en la postura de conducción- está mucho más cerca de un scooter que de una moto. Dinámicamente, sin embargo, lo que puede ofrecer en carretera está a años luz de cualquier otro modelo de maxiscooter.

Las divertidas jornadas que nos propuso Honda nos permitieron conducir la nueva versión de X-ADV durante casi 700 kilómetros en todo tipo de escenarios y condiciones; travesías, tramos revirados, carreteras rápidas, incluso pistas... y de todos ellos salió perfectamente airosa. Debo hacer la salvedad, sin embargo, de que yo siempre llevé el vehículo en modo automático. Nunca me ha gustado el cambio manual secuencial y el embrague automático que lleva esta Honda es eficaz, rápido y funciona a la maravilla incluso en las retenciones más salvajes.

En un uso ciudadano, con el selector de modos de encendido en D -el más lineal- tenemos la sensación de estar, en todo momento, a los mandos de un maxiscooter convencional. Quizás resulta algo más pesado de maniobrar en parado porque -lógicamente- hay más motor que mover pero tampoco es crítico. El bicilíndrico se siente cómodo en bajos y aunque hay potencia de sobra, la aceleración es casi “eléctrica” en el sentido de que es completamente plana. Como es usual en un maxiscooter Honda -y ahora lo valoramos como tal- todo resulta como debe, todo encaja perfectamente y todo resulta completamente neutro y aséptico. Y no lo digo como una crítica; se supone que en un uso urbanita la X-ADV debe llevarnos del punto A al punto B con economía, limpieza y seguridad.

Y eso es exactamente lo que hace.

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Trazar, cerrar, abrir...

La sorpresa llega cuando sales a un tramo revirado con buen asfalto, aprietas el botón del modo de encendido en S1 -el más deportivo pues estira un poco más las revoluciones y mejora las recuperaciones- y decides lanzarte a por ellas con el mismo ímpetu que si llevaras una ligera naked. Porque entonces ¡sorpresa! la Honda X-ADV se transforma en una divertidísima máquina de hacer curvas. El compromiso de suspensión se muestra excelente y no aparece ningún flaneo, ningún movimiento inesperado y todo es aplomo incluso en las frenadas más delicadas. Todo el conjunto se muestra neutro y estable y transmite confianza pese a que la ergonomía no es, a priori, deportiva.



El motor se suelta y se muestra entonces alegre y sobrado de par. No es un propulsor que de un modo natural busque la zona alta del cuentavueltas, más bien tiende a quedarse en la franja media y exprimirla hasta el último giro pero supongo que eso tiene que ver más con el uso en automático y que en modo manual debe mostrar otro registro. En cualquier caso y en la práctica, conducir la Honda X-ADV de curva a curva se convierte en un divertido ejercicio continuo de trazar-cerrar gas-tumbar-abrir gas... sin que haga prácticamente falta tocar los frenos.

Se dispone de otro modo sport -el S2- que estira aún más también los regímenes medios, ofrece unas recuperaciones excelentes... y que resulta aún más divertido. Lo logra, eso sí, castigando algo el consumo, un aspecto que Honda ha cuidado hasta el extremo de ofrecernos a la prensa especializada la posibilidad de una prueba de mínimo consumo que lo dejó en unos más que notables 3 litros de media a los 100.

Tres pies al concepto

Al valorar de algún modo a la X-ADV hay que tener en cuenta siempre que estamos ante una propuesta de nuevo concepto. Y aunque en algunos aspectos resistiría la comparación, resulta injusto ponerla de tu a tu con una naked o un maxiscooter convencionales. Sería como pretender comparar un plato de cocina molecular con uno de cocina tradicional.



La X-ADV lo hace todo tan, tan fácil que hace incluso mejor a quien la conduce porque su embrague automático, su control de tracción y su chasis casi mágico perdona todo tipo de errores. Evidentemente siempre habrá quien prefiera sensaciones más puristas, reacciones “de toda la vida” y estilos más clásicos pero es incuestionable que la X-ADV representa el primer concepto realmente innovador que aparece en el sector quizás en los últimos 25 años.



Cuesta, por tanto, hablar de defectos en un conjunto en el que Honda ha gastado docenas de millones de dólares de desarrollo para convertirlo en la máquina todo uso perfecta. Realmente no hay ninguno grave; la protección aerodinámica es buena aunque el sistema de regulación de la altura del parabrisas me pareció algo elemental y en términos de funcionalidad sólo eche de menos una plaza trasera más generosa y una guantera que permita albergar pequeños objetos de uso de viaje... tales como tarjetas de crédito, tickets de autopista o incluso el teléfono. 



El único límite a la X-ADV será, en realidad, su propio concepto. Habrá quien lo encuentre muy moderno y quien lo deteste precisamente por lo mismo. Algo que es perfectamente cuestionable ya que, al fin y al cabo, se trata de una cuestión de gusto personal.

Lo otro; su eficacia tecnológica, impecable comportamiento y exquisita finición no lo es.



En este negocio estamos tan acostumbrados a oír las palabras “revolucionario”, “innovador”, “futurista”... que casi han acabado por perder su valor y nos cuesta más reconocerlas cuando algo realmente las merece. Y de la misma manera que -en ocasiones- he criticado a Honda por esa tendencia tan suya a abusar de la tecnología cuando no hace falta, hoy sólo puedo agachar la cabeza en señal de respeto y asumir que no hay nada en el mercado como el X-ADV.



Después, lógicamente, los gustos de cada usuario decidirán entre vanguardia o tradición pero es incuestionable que la marca ha sabido crear un concepto completamente nuevo desde cero y poner en la calle una propuesta diferente que no existía hasta la fecha. Para disfrutarla hay que llegar a ella exactamente como no lo hice yo, es decir sin prejuicios y dispuesto a confiar en Honda y sus ingenieros.

La moto al detalle...

Motor

El motor de la X-ADV es el archiconocido bicilíndrico en línea de 745 cc. sin duda uno de los propulsotes más eficaces y versátiles desarrollados por Honda. Destaca por su respuesta a bajo y medio régimen aunque en esta última versión ha aumentado 700 rpm su rango útil de revoluciones y ha ganado ímpetu en la zona alta. Por cierto, también hay disponible una versión de 35 kW para los poseedores del carnet A2.

cuadro
Cuadro instr.

Los pulsadores nos permiten elegir dos modos automáticos (D y S) y uno manual. El modo D está pensado para un uso en ciudad mientras que el S dispone a su vez de dos submodos que radicalizan las recuperaciones. A destacar la inclusión del interruptor G que permite desconectar el control de tracción para uso off-road.  Disponemos también de dos niveles de control de tracción más o menos intrusivo.

cofre
Cofre

La capacidad de carga no es el punto fuerte de un modelo en el que se nota a faltar una guantera... aunque ofrece bajo el asiento un más que destacable espacio de 21 litros de capacidad suficiente para guardar un casco integral y algún pequeño objeto personal.

DCT
Embrague

La estrella mecánica del modelo es su embrague. Tanto en modo automático como en manual, los dos embragues se autogestionan de manera independiente en su propio circuito electrohidráulico, de modo que al engranar una marcha ésta cambia de un embrague a otro para evitar tirones y saltos. La suavidad es tan sorprendente como la rapidez. Cuando se circula por pendiente el sistema genera su propia retención.

Llave
Smart Key

Como no podía ser de otro modo en un modelo que presume de ser lo último en tecnología, la X-ADV dispone también de un sistema Smart Key que permite no tener que introducir físicamente la llave en ninguna cerradura y gestionar la alarma con total comodidad.

Concepto
Concepto

Desarrollada por los ingenieros de Honda Italia, la X-ADV es el primero de una serie de vehículos "crossover" que la marca irá lanzanado paulatinamente y con la que pretende iniciar una nueva etapa y una nueva gama en propuestas motociclistas que la llevará a ir abandonando, poco a poco, conceptos más conservadores.

Gonzalo de Martorell
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Gonzalo de Martorell

Gonzalo de Martorell

Siempre periodista y siempre motero. Y a ambas cosas me dedico desde hace casi 30 años. También viajo, hago radio, me defiendo con la cámara de fotos, soy un apasionado del RCD Espanyol... y tengo un gato que se llama Palpatine.

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