La movilidad del futuro es eléctrica y, ¿asequible?

Vivimos tiempos confusos en cuanto a la movilidad y es hora de analizar el futuro. ¿Son las motos eléctricas la panacea? A priori, no. Pero viendo las medidas de los Ayuntamientos, será un sí, ya que cada vez complican más el uso de la moto tradicional en el centro de las ciudades.

A Madrid Central ya solo se puede entrar en moto desde las 7 hasta las 22 horas, a menos que la moto cuente con distintivo medioambiental ECO o 0 emisiones. En Barcelona aún se desconoce qué sucederá, aunque sí se sabe que el equipo de Ada Colau está redactando un borrador para llevar a cabo un plan similar al madrileño.

Debido a ello, ya hay marcas que se están metiendo en el mercado eléctrico. BMW o Harley Davidson ya cuentan con un modelo 100% eléctrico. Aunque hay otras que apuestan de pleno por este tipo de movilidad. Es el caso de la española eBroh, una firma muy interesante, ya que se sitúa en un nicho de mercado casi desierto: el de las motos eléctricas económicas.

De equivalencia a 125cc en caso de la eBroh Strada Max y a 50cc si hablamos de la Spuma Li, esta marca quiere tomar las grandes ciudades y llegar al público de las scooters, que representa al 58% de las ventas en 2018. Grandes precios (2.309 euros y 4.995 respectivamente) para un gran público y sin someterse a restricciones de ninguna clase. A priori, la fórmula es perfecta.

Eso sí, su mayor rival es el motosharing, que ha irrumpido con fuerza en las ciudades. Cada vez hay más empresas que apuestan por ofrecer este servicio de alquiler por minutos y eBroh tendrá que esforzarse en convencer al consumidor de que es mejor poseer una moto a pagar por un préstamo ocasional.

Un reto complicado, aunque sus argumentos son firmes y convincentes: siempre estará a tu disposición, estará hecha a tu gusto y te resultará muy rentable a largo plazo gracias a su fácil mantenimiento y su casi nulo gasto energético.

¿Cómo son?

En el caso de la eBroh Spuma Li, su estética clásica y redondeada nos evoca a cualquier moto de gasolina del segmento, teniendo que fijarnos en la rueda trasera lenticular, que esconde el motor, para darnos cuenta de que se trata de un vehículo eléctrico.

Su autonomía ronda los 50-60 kilómetros y cuenta una batería extraíble, lo que permite cargarla donde uno quiera. Esta se encuentra bajo el asiento, por lo que no deja espacio para guardar el casco. De ahí que eBroh haya instalado de serie un baúl externo para que puedas guardarlo. Tiene tres modos de conducción, que básicamente cambia la gestión de la potencia: hay un modo ECO, perfecto para atascos, un modo normal, que es equilibrado y un modo turbo, que da la máxima potencia en detrimento de la autonomía.

Con el primer modo de motor seleccionado alcanzaremos como máximo una velocidad de unos 25km/h con una entrega de potencia suave. Con el modo turbo tendremos unas prestaciones prácticamente idénticas de una moto de gasolina de 50cc de serie, alcanzando 45 km/h. Con respecto a frenos, suspensiones y calidad de acabados cumple, permitiendo desplazarnos cómodos y seguros.

Esos tres modos de conducción también los encontramos en la eBroh Strada Max, que con un diseño muy parecido a otras maxi scooter de gasolina conocidas, sus principales atributos son un motor que transmite sanaciones de más potencia de la que declaran y una comodidad total. Además, aquí no hace falta baúl externo para guardar el casco: bajo el asiento hay espacio suficiente pese a albergar ahí la batería (en este caso no es extraíble). Es fácil de conducir, soporta bien circular con pasajero a velocidades medias y tiene una autonomía de 120 km.

Por tanto, te recomendamos, si eres un usuario diario de la moto en ciudad, probar estos modelos. Quizá consigan convencerte de que el motosharing no es tan ‘cool’ como te han dicho.