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BMW ha patentado un sistema que mejora la aerodinámica utilizando el flujo de aire frontal y sin necesidad de montar alas o alerones...
Ay, las alas en las motos: la vuelta a los 4 tiempos, el final de las 500 2T y la adopción de la cilindrada de 1000 cc supuso un cambio radical en MotoGP. A partir de 2016 los fabricantes, con el liderazgo de Ducati, empezaron a montar alas en los carenados. Una decisión que ponía de manifiesto la importancia de la aerodinámica pero que cambiaba de manera radical la imagen de las MotoGP. Desde entonces la tendencia ha aumentado, con casos extremos en los que incluso hay unos enormes alerones en la zona del colín.
Unos cambios tan prominentes no han venido sin polémica. Los aficionados puristas se quejaban de que las motos de verdad no llevaban alas. Los pilotos, por su parte, destacaban los problemas que acarreaban los alerones: inestabilidad por el aire sucio al seguir a un rival, efecto succión, anchura de las motos…
Una de las ventajas de las competiciones es que sirven de banco de pruebas para desarrollar nuevas tecnologías que luego acaban llegando a la serie: frenos, suspensiones, ayudas electrónicas... y, sí, también la aerodinámica… Esto ha supuesto la llegada de las alas a los modelos de serie más deportivos. Un proceso que tampoco ha estado exento de polémica.
A pesar de que no está en MotoGP, pero sí en el Mundial de SBK, donde ganó el título 2024 con Toprak Razgatlioglu, BMW es una de las marcas que, desde siempre, se toma muy en serio la aerodinámica. Basta recordar el precioso carenado de la R 100 RS de 1976, si no queremos retrotraernos a los años 20 y 30, con los récords de velocidad conseguidos por Ernst Jakob Henne.
El año pasado BMW patentó varios sistemas de alerones móviles, tanto para mejorar la aerodinámica como para proteger al piloto. Así, si nuestras informaciones son correctas, la inminente BMW R 1300 RT hará uso de la aerodinámica activa. Las alas cada vez son más visibles pero, de acuerdo con la mayoría del sentir de los aficionados, no aportan nada (positivo) desde el punto de vista estético.
La idea de BMW consiste en conseguir las ventajas propias de los apéndices aerodinámicos pero sin que estos sean tan visibles y arruinen la silueta de una atractiva moto deportiva. La nueva patente que ves aquí (a la que han tenido acceso los compañeros de cycleworld.com) permite sacarle partido al flujo de aire que circula por los extremos del carenado, justo delante del manillar. Esto se consigue normalmente añadiendo un minúsculo alerón (como los que hay a menudo encima del maletero de los coches). Para evitar este apósito la idea es dirigir el flujo de aire a través de una entrada en el morro para que salga a unos 90 grados de la superficie de la carrocería. El efecto es similar al que se consigue con un alerón (flap) Dan Gurney.
El resultado es que el carenado no necesita apósitos aerodinámicos tan visibles, además de que puede ser más estrecho, lo que mejora la penetración aerodinámica. Además, las entradas de aire se podrían abrir y cerrar a voluntad, para mejorar el comportamiento de la moto en determinadas situaciones, por ejemplo a cada lado en los virajes. Una idea interesante que veremos si tiene secuelas...
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Tras estudiar periodismo e inglés, en los 80 me publicaron una entrevista con Kenny Roberts y desde entonces estoy en este mundo. Dispuesto a aprender hasta la caída de la bandera ajedrezada.
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